“Find Me in Havana”, una novela escrita a partir del testimonio de la única hija de la actriz cubana Estelita Rodríguez, rescata del olvido a una figura hispana del Hollywood de los años 50 y apunta a su último esposo como posible autor de su nunca investigada muerte, ocurrida cuando tenía 37 años.
La actriz y cantante, que interpretó fundamentalmente papeles en filmes del Oeste como Río Bravo (1959), de Howard Hawks, en cuyo rodaje se hizo amiga de John Wayne, o South Pacific Trail (1952), de William Witney, sufrió violencia doméstica, dice a Efe Serena Burdick, autora de Find Me in Havana (Park Row Books).
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En el libro se apunta que presuntamente la envenenó su último marido, el médico Ricardo Pego, que no aceptaba que ella quisiera divorciarse por el abuso y el maltrato que le recibía, y tampoco que hubiera abandonado el hogar junto con su hija, Nina López, subraya la novelista en una entrevista telefónica con Efe desde su casa en Massachussets.
Estelita Rodríguez, nacida en Guanajay (Cuba) el 2 de julio de 1928, murió en Van Nuys (California) el 12 de marzo de 1966 en una casa donde una médico amiga las había acogido a ella y Nina.
Tenía 37 años y su hija, que contaba 19 años, tiene “vivo el recuerdo” de lo sucedido aquel día, dice Burdick.
“Me han dado algo”
Estelita tuvo ensayo ese día para el que sería su último filme, pero cuando regresó a casa empezó a no sentirse bien y le dijo a su hija que le “habían dado algo”.
Nina López, hija del primer esposo de Estelita, el cantante mexicano Chu-Chu Martínez, que tenía su propia orquesta de ritmos latinos en los años 40 y 50, contactó a Burdick, hija de una conocida suya, para contar la historia de su madre en un libro de ficción, pero basado en hechos reales.
Nina, que reside en California, “quería que su madre fuera recordada y que se supiera lo que pasó”, pues no hubo autopsia ni investigación alguna sobre la muerte de la actriz, afirma Burdick, autora de obras como The Girls with No Names y la premiada Girl in the Afternoon.
En el libro, en el que Burdick ha tratado de ajustarse lo más posible a la historia real, aunque hay personajes y escenas inventados en aras del interés literario, no hay mención al destino de Pego tras la muerte de Estelita.
“Murió un año después de la muerte de ella de un tumor cerebral”, dice la escritora, quien se pregunta si su estado de salud no influyó en su conducta agresiva hacia la actriz.
UNA CARRERA PRECOZ
La historia de Estelita está marcada por la decisión de su madre, Antonia Santurio Cantos, de llevarla a hacer carrera en el mundo del espectáculo en Estados Unidos, dejando en Cuba a su esposo y los otros cinco hijos del matrimonio.
Estelita debutó como cantante a los 9 años en un club nocturno de La Habana y a los 14 años su madre ya había firmado un contrato por ella con Metro-Goldwyn-Mayer, pero no llegó a filmar nada con esos estudios.
Debutó con Republic Pictures en 1945 en Mexicana, una película musical estadounidense dirigida por Alfred Santell y protagonizada por Tito Guízar, Constance Moore y Leo Carrillo.
Musicales y “westerns” fueron los géneros en los que la actriz y cantante cubana más se prodigó, siempre en papeles “raciales”. Según el American Film Institute, entre 1945 y 1966 actuó en 24 películas.
Su último filme, para el que estaba ensayando cuando murió, Jesse James Meets Frankenstein’s Daughter, de William Beaudine, era una mezcla de “western” y terror de bajo presupuesto y rodado en solo ocho días en el que hacía de “Juanita López”.
Burdick considera que, aunque la madre de Estelita fue la que la impulsó a hacer carrera en Hollywood, ella no solo se dejaba llevar sino que “realmente adoraba la actuación”, tanto que siempre la puso “por encima de todo, incluso de su familia”.
Estelita en la Cuba revolucionaria
La familia de Estelita pasó por altibajos económicos a causa de la revolución de 1933 en Cuba. La preocupación por su padre, que fue un jefe policial durante la dictadura de Fulgencio Batista, hizo que la actriz, junto con su madre y su hija Nina, regresara a Cuba en 1959, después del triunfo de la revolución comandada por Fidel Castro.
Nina recuerda que le dijeron que iban a Cuba a sacar a su abuelo de allí, pero llegaron tarde y ya había sido detenido. Después sería ejecutado, dice la autora de Find Me in Havana.
“La abuela, la madre y la hija estuvieron bajo arresto domiciliario en La Habana hasta que los estudios de Hollywood usaron sus influencias para que las dejaran marchar”, dice Burdick.
La escritora se sorprendió mucho cuando conoció la historia de Estelita a través de Nina por el hecho de que “nunca antes se hubiera publicado nada” sobre ella.
Nina, que fue secuestrada por su padre y llevada a México cuando tenía un año, aunque en la novela Burdick sitúa este hecho biográfico en los 12 años de la niña, leyó el borrador de Find Me in Havana e hizo algunos ligeros cambios, como el trueque de algunos nombres de personajes para que las personas reales “no se sintieran incómodas”.
A la hija de Estelita le gustó mucho el libro y le dijo a la autora que hay pasajes en los que sintió que estaba de nuevo con su madre, una mujer “vibrante, sexy y divertida”, según como la describe la escritora, quien espera que Find Me in Havana, una historia “de madre e hija”, como ella la define, llegue también a los lectores en español.