La escritora cubana Susana Camino ha vivido casi tres cuartos de su vida en Alemania. Salió con 19 años de la isla, y ni aún así ha dejado de sentir por ella.
Emprendedora por vocación y necesidad, tiene su propia agencia de aprendizaje de español, donde se desempeña en varias funciones. Reconoce que a veces esto compite con su oficio de escribir, uniendo una jornada con otra, hasta que está nuevamente frente a su alumnado.
En medio de esa disputa de tiempos, Camino ha desarrollado una notable carrera literaria, que la ha llevado a presentar su primera novela La salahombres, tanto en Cuba –donde fue editada por Extramuros– como en Alemania y Suiza.
Tengo entendido que tu carrera como escritora comienza y se desarrolla en Alemania. ¿Qué tan fácil o difícil es para una escritora caribeña insertarse en el mundo literario germano?
No fue jamón, como decimos en Cuba. En realidad, la carrera la empecé en la isla con la presentación de mi primera novela La salahombres (Ediciones Extramuros, 2015). Pero llegar a presentarla fue un reto duro. Todavía no sé de dónde saqué tanta fuerza y optimismo.
Estando ya en Alemania decidí seguir la carrera y ha valido la pena. He tenido mucha acogida por los lectores y el hecho de ser autora cubana es un punto a mi favor aquí. A muchos alemanes les gusta Cuba y sus intelectuales.
Tengo que trabajar mucho, muchísimo: presentaciones en bibliotecas, centros culturales, entrevistas en la radio. Miriam, (que es la versión en alemán de La salahombres), está teniendo muy buena acogida también, estoy muy contenta con los resultados.
Se trata de una novela costumbrista, con pasajes que no existen en Alemania y son típicos de la isla. Muchos lectores me preguntan “¿Y eso pasó de verdad?”
Sobre La Salahombres noto la importancia del tema de la violencia –en especial contra las mujeres–, dado que la protagonista es quemada por su pareja. ¿Cómo abordas un tema tan peliagudo y actual?
Muchos de los personajes femeninos en La salahombres sufren el maltrato de la pareja. Miriam lo sufre desde pequeña viendo cómo su madre es golpeada por su padre, que tiene otras mujeres. Miriam ve cómo su papá va y viene sin dar explicaciones, ella sufre cada lágrima de su mamá. Y para colmo de males, su pareja la quema después del acto sexual.
Pasan muchas cosas más al respecto, pero estoy contenta de haberlo escrito y de que haya llegado a la conciencia de muchos. La violencia contra la mujer es un tema que hay que tocar siempre, porque desgraciadamente existe globalmente.
Miriam es una luchadora y siempre se sale con las suyas, eso es bueno para las lectoras que han sido víctimas de violencia.
Si te propusieran escribir una novela cuya trama transcurriera en Alemania, ¿cuáles tópicos o personajes no faltarían?
Precisamente acabo de culminar El amante de Stammheim. El protagonista es un empresario que vive en Alemania y su socio y amigo lo manda a la cárcel de Stammheim, para apoderarse de todo lo que han construido juntos.
La novela está basada en hechos reales. En ella el dinero juega un papel muy importante para varios personajes: por dinero son hasta capaces de deshonrar a su madre. También se refleja la envidia, el egoísmo y la vida de presidio en Alemania.
¿De qué trata la nueva novela que tienes en preparación?
Estoy escribiendo la vida de una mujer cubana que vivió a principios del siglo XIX en La Habana. Me remonto a una Cuba más dura, muy histórica. Leeremos los prejuicios de aquella época, el racismo ardiente, ese que te quema y te deja unas heridas muy visibles, además del poco valor que se le daba a la mujer en ese entonces.
Mi personaje principal es una guerrera de siglo. Adorada por su familia y odiada por la mediocridad. Hoy, después de tantos años de muerta, sus familiares y descendientes la siguen adorando por todos sus sacrificios y caridades. Es una auténtica mujer cubana.
¿Cómo ha influido tu vida como migrante en tu escritura ?
Vivo hace veintiocho años en Alemania y nunca he tenido problemas, aunque no parezca creíble. Únicamente el invierno me sobrecoge. Hay veces que me asomo a la ventana y no quisiera ni salir a buscar el pan. No me gusta la nieve. La detesto. Solo me gusta en las postales.
Pero aquí me instalé, nació mi hijo Christopher y ya tengo una vida construida. Lo primero que hice para sentirme mejor fue aprender el idioma correctamente. Hoy día el idioma alemán forma parte de mí y de mi rutina.
La integración social es muy importante cuando decides vivir en otro país. Conozco a cubanos que viven aquí como en Cuba. Lo entiendo porque la nostalgia nos azota a todos.
En El amante de Stammheim reflejo mucho sobre mi vida en Stuttgart, la ciudad en la que he vivido más años que en mi Habana natal.
Cómo habrá salido Susana Camino para Alemania en 1989? Seguro que se quedó en Alemania cuando se cayó el muro…
Susana por Dios quedate en el primer mundo,porque si te quedas aqui 6 meses una novela no,vas a escribir la Odisea,por eso mantente tranquilita en Alemania tomando buena cervezas y comiendo buenos quesos y embutidos,y de esa manera la inspiracion se te subira a lo maximo.,y trata de sacar a tus parientes para Alemania ya que la Ley de Ajuste se jodio.por favor ayudalos y sacalos rapido de este infierno.