Han sido varios los artistas internacionales que han querido tener Cuba como escenografía en sus videoclips. Las razones varían, desde el clima y los paisajes de la isla, hasta la candidez y la sabrosura de su gente. La venezolano-canadiense Aiona Santana es una de esas figuras. Recientemente, contó a OnCuba cómo fue su experiencia durante el rodaje de “La Santa”, videoclip dirigido por Freddy Loons, con el que alcanzó el Premio Latino (Canadá) en 2023.
Con más de 400 mil visualizaciones en YouTube desde su estreno en 2023, “La Santa” es todavía una de tus canciones más sonadas. ¿Cómo surgió la idea del tema?
La sociedad espera que las mujeres seamos y nos comportemos de determinada manera. Esa premisa fue mi inspiración. La letra de la canción trata de cuestionarlo: una mujer puede ser santa, diabla, grande, pequeña, profesional, cantante, lo que quiera; no pueden imponernos estereotipos y tratarnos como una única cosa. Somos versátiles.
Con la canción quise mostrar todas esas facetas que podemos tener las mujeres. Personalmente, mucha gente me ha tratado de limitar. Me ha tocado decirles que puedo ser más que lo que piensan. “La Santa” está inspirada en esa gente que siempre me vio de esa manera, como una santa. Puedo ser lo que yo quiera.
La letra busca empoderar a cualquier persona que esté pasando por un mal momento.
Como mujeres, no debemos dejarnos limitar. Somos muy poderosas. Lo que busca el tema es eso: empoderar a la gente. Varias personas me han dicho que cuando se sienten mal ponen “La Santa” y se inspiran, sobre todo mujeres que están pasando por momentos tristes. Cuando escuchan la canción recuerdan quiénes son. Eso es lo que quiero, inspirar a esas mujeres, motivarlas.
El videoclip fue grabado en Cuba, dirigido por el realizador Freddy Loons. ¿Por qué esta elección?
Escogí Cuba porque me encanta, y también porque estaba Freddy. Buscaba un profesional que pudiera crear algo único, y, además, quería apoyar el talento latino. Vivo en Canadá, pero eso no significa que tenga que hacer mis videos aquí, sobre todo porque mi música es latina.
Llevaba mucho tiempo siguiendo el trabajo de Freddy y me encantaba. Conocía a artistas que habían grabado con él y me habían hablado bien sobre su trabajo. Llevábamos tiempo intercambiando ideas sobre el proyecto. Como él estaba en Cuba, lo organizamos todo y me fui para allá a grabar.
¿Cómo se conocieron?
Lo conocí escuchando música y viendo videos en YouTube. Sigo a muchos artistas cubanos. Mientras veía sus videos me di cuenta de que el director que quería era Freddy. Me agradaban los colores, la escenografía. Sentía que había potencial y talento para destacar lo que yo quería con “La Santa”. Cuando empezamos a hablar del proyecto se alborotó. Desbordó ideas, inspiración y creatividad. Cuando llegué a Cuba y vi lo que tenía montado en el set, me quedé loca. Mi mánager conoce a Freddy desde hace tiempo, por eso también lo contacté.
Comenzamos a rodar en plena pandemia, después de pasar unos diez meses conversando por mensajes de texto vía WhatsApp y videollamadas; no se podía viajar. Lo conocí en persona cuando llegué a Cuba. Tenía expectativas y a la vez miedo. Me decía: ‘puede que sea un estafador, o capaz que no haga el video que espero, pero ya estoy metida de cabeza y hay que darle’.
En Cuba me di cuenta de que lo que me decía mi corazón era correcto; había tomado la decisión adecuada.
La grabación duró 24 horas, pero se logró el resultado que todos esperaban.
Antes del rodaje ensayé con las bailarinas, que también eran cubanas, y la coreógrafa. Todo el mundo fue muy simpático, me hicieron sentir muy cómoda, muy yo. Capturaron mi esencia en el maquillaje y en la escenografía. Logré todo lo que esperaba de este video. Fue una de las cosas más bonitas de mi vida. Todos me trataron como una profesional y eso me hizo sentir como en casa. Jamás olvidaré el talento, la creatividad y simpatía del pueblo cubano. La pasamos chévere, fue una fiesta. Nos poníamos a bailar y cantar entre los sets. Fue una experiencia brutal.
¿Cuál fue la escena más compleja del video?
Fueron dos. La primera es la escena en la que aparezco con un paraguas rosado en una isla. Se hizo en 3D, con efectos especiales. Durante la grabación lo que había detrás de mí era una pantalla verde. No podía tocar algunas cosas, tenía que limitarme a cierto espacio y al mismo tiempo bailar, expresarme. Editar la escena también fue complicado.
La segunda es la toma en la que salimos con el planeta detrás. La escenografía es blanca y yo aparezco con un traje rojo. Es de mis escenas favoritas, pero interpretar la coreografía fue difícil. Había un huequito en el piso. Yo tenía tacones puestos. No me podía caer ni mirar hacia abajo. Bailé con estrés. Pensaba: ‘no puedo pisar ahí porque me caigo, me puedo partir una pierna o quién sabe’. Al final todo salió perfecto.
La canción y el videoclip ganaron el premio al Mejor Video Musical en los Latin Awards de Canadá, en 2023.
Me nominaron en varias de las categorías. Decía: ‘si gano en la categoría de Mejor Video Musical, la gente en Cuba se va a sentir bien’. El equipo era de unas 50 personas. Ellos se aseguraron de que todo saliera perfecto; estuvieron pendientes de cada detalle.
Sentimos que el premio fue de todos, y me encantó compartirlo con gente a la que quiero, a quienes les tengo tanto respeto, profesionales de esta industria que me respetan y que son mi familia. Después de haber trabajado con Freddy y con su esposa nos volvimos familia, somos muy buenos amigos.
Me alegró que se reconociera el talento cubano, así como el de mi equipo y el mío.
En ese tipo de eventos nunca sabemos qué esperar y, aunque el video era muy bueno, no pensaba que ganaría. Cuando dijeron mi nombre me quedé loca, sobre todo porque no había ganado en otras categorías, y pensé que quizás en esa tampoco lo haría.
Lo merecimos por todo el sacrificio, trabajo, estrés y amor que le pusimos a ese proyecto.