Este era un tema obligado. Había que cantarlo. Ante tanto tiqui-tiqui, ante tanta alevosía, pseudo-credos y atrincheramiento en el dolor, en la rencilla y en la división entre los cubanos, este tema no podía faltar. Como tampoco podía faltar el homenaje al Cine Cubano. Era una promesa. También era el objetivo del Concierto. Allá los que, apoyados en la memoria histórica, se apostillan en el inmovilismo, en la resta, en dividir.
Todo el mundo cuenta. Todo el mundo
Jóvenes, viejos, todos –a lleno casi completo– tararearon cada uno de los temas que la banda, pletórica de buenas intenciones –de sumar– vino a ofrecernos un concierto único, diferente, o igual para todos. Esa, y no otra, era la voluntad de sus músicos. Afuera, trescientas personas se oponían. Adentro, muchos, muchísimos más, enardecían tras cada arpegio, tras cada verso, el deseo por la buena música, por la letra inteligente, por la gracia de pensar, de construir –valga el puente o el intercambio– un mejor mundo para todos.
Por acompañar. Sea quien sea
Si de algo no puede acusársele a Buena Fe es de tener miedo. Incluso en las imágenes proyectadas en la pantalla gigante que generaron no poca controversia en el pensamiento de los presentes. Incluso en la trasmisión de ideas, en la buena voluntad de decir, de plasmar, de continuar siendo un paradigma de la música cubana; en el deseo a ultranza por lo mejor, por el futuro… Buena Fe fue algo diferente, y esta noche fue distinta y mágica; no bastaron los gritos a favor de Cuba. Aunque cada cual piense Cuba como mejor le plazca.
Había un precedente. Un precedente alimentado, y amamantado por una frase, dicha al calor de las circunstancias, que sentó pautas en una comunidad dividida –o nunca homogénea, como pretenden hacernos ver– y que a todas luces nunca entenderá que, más que nada, Buena Fe es uno de los íconos actuales de la música en la Isla. Y lo mejor: no será perecedero. Tampoco los cumpleaños serán eternos.
Había –válganos Dios– un deseo por impedir, por boicotear, por prohibir. Las grandes sociedades, los grandes países, la gente grande, no se escudan –ni deberían– en esqueletos; ni tampoco debería refocilarse en el pasado. Todo tiempo futuro es, y debe serlo, aún mejor. Buena Fe y quienes entendemos sus textos, siempre ha (hemos) apostado por ello.
“Yo soy de los que sigue a los peloteros cubanos en Japón. Yo soy de los que sigue a Pito Abreu. Yo soy CUBA”.
Lo somos. A fin de cuentas, la música, el arte, trascienden todas las fronteras geográficas y del tiempo. Ninguna música es intrascendente. Sea cual sea.
Veintitrés temas. Un Arsenal
Hay conciertos que marcan. Que marcan un antes y un después. Este fue uno de ellos, más que nada porque, imágenes dentro: bandera, sonido, Martí, Sergio Corrieri, Juán Padrón, Miravalles, todos, absolutamente todos, cantaron, rieron, recordaron, gritaron, tararearon. Apoyaron, sobre todas la cosas, a un dúo que no cesa de ser el Maná para millones de cubanos. Aunque Israel –o Joel– no sean Cristo, ni Dios, y mucho menos Judas, que venidos a nos, solo intenten otorgarnos un reino. Buena Fe es un pan. Y también puede que sea el Vino amargo y con etiqueta casera, pero cubana ciento por ciento. O puede que sea la ostia, sí, la ostia, o qué sé yo; porque a la gente buena, ahora, por sobre todas las cosas, les importa botar lo malo. Así de simple. Lo malo, se bota a matar.
Así de firme, lo que ya no sirve.
Porque a pesar de los pesares –y así fue como comenzó el concierto– CUBA VA. Ellos van.
Ellos van, papel en blanco, de tu país a tu raíz. Donde quiera que estén ambos. Donde quiera que estemos. En esta orilla o en la otra, CUBA es CUBA, mal que les pese a los que no sepan que amparados en la ley que sea, tenga el número en la Constitución que tenga, el artista es libre, o quiere serlo; y quiere siempre que su arte curse sobre los caminos tortuosos de la memoria o del presente, y se afiance, sabiendo que para lograrlo no puede ser un marabú en las agrestes tierras de la ignominia. Haya un océano, un mar, o un estrecho por medio.
Buena Fe tiene algo. Una sonrisa. Una voluntad. Un decoro. Una frase mal dicha –por eso son (somos) humanos. Un deseo por decir. Una sinceridad. Nunca la hipocresía. Poco temblor en las piernas. Cautela. Mesura… una idea, un tiempo nuevo. Y todo tiempo nuevo es mejor. Tiene que serlo. Si no, estamos viviendo por gusto.
FELICIDADES BUENA FE Y LOS QUE FUIMOS A VERLOS, QUE VENGAN MAS DE NUESTRA QUERIDA ISLA, DIOS LOS BENDIGA A TODOS Y A TODOS LOS CUBANOS DONDE QUIERA QUE ESTEMOS
Excelente trabajo de Roberto Lamelo, bien por él, por participar de la unión de los cubanos y ofrecer su punto de vista de exiliado cubano, cienfueguero… Es preciso recordar, y que él recuerde, que somos un solo pueblo, los de aquí y los de allá y que atacar no es el método ni la estrategia, para unir, se necesita de buena fe!!! Gracias, buenas fotos, una perspectiva diferente del concierto
Si estuviera en Estados Unidos y Buena Fe diese un concierto de seguro iria. No cabe duda que las nuevas generaciones de cubanos tenemos un pensamiento evolucionado más democráticos que las generaciones anteriores, sin subordinaciones a los prejuicios históricos y a las intolerancias. La democracia no se logra prohibiendo los derechos que despues exigimos nos sean respetados, la democracia no es propiedad privada de nadie, la democracia por sobre todas las cosas es una cultura que desborda lo estrictamente político para asentuarse en nuestro comportamiento cotidiano y en todas las esferas de la realidad. En hora Buena Buena Fe. Viva la Nación cubana.
muy bueno este seguimiento del concierto de Buena Fe
Ya se puede escuchar a Willy Chirino o a Celia Cruz en Cuba o siguen prohibidos? Me perdí la parte de la historia en la que Cuba dejó de prohibir ciertos artistas.
Sigan alabando a tracatanes y tomando estos conciertos por victorias.La realidad es que hacía mucho tiempo no se veía una reacción tan descomunal del exilio que estará ahora más alerta y los políticos están bien avisados.Estos necios de Ego inflado siguen alabando al comunismo.Miengtras hasta paises como Bolivia buscan soluciones a sus problemas y la Cuba miserable cayéndose a pedazos y prendida de la teta de venezuela…
http://elpais.com/elpais/2014/09/18/planeta_futuro/1411056662_501339.html
Buena Fe, eso es y será siempre lo que veran en sus conciertos .Buena Fe es lo que veran las futuras generaciones de cubanos donde quiera que esten .Buena mùsica con letra comprometida y que reflejan la vida misma .A sus exponentes guantanameros que pusieron mucha fe en sus sueños y lo hicieron realidad . La mùsica no tiene frontera porque une y multiplica.
Hay gente en Miami q tiene los …. bien puestos
Por cierto que algo raro hay en las fotos porque en los videos de la tele se parecian perfectamente los muchos asientos vaciós en las hileras posteriores,lo cual en estas fotos no se aprecia.Ellos no llegaron ni a la mitad de la capacidad de ese teatro.
…..mentira!!!!, mentira estaba mitad lleno, no mientan mas comunistas de pi, hasta cuando? no tienen verguenza?
Excelente articulo! Excelente concierto!
Han hecho de este concierto un aparente triunfo.Llenar medianamente el Dade County de Flagler no es triunfo alguno y no significa nada para esta ciudad que tiene grandes plazas y grandes visitantes que llenan el Arena. No entiendo cual es el merito y la valentia de Israel Rojas y su aparente “Buena Fe” , Valor el de Boris larramendi de ir a cantar a la boca del lobo , en una Habana nerviosa por el dia de los Derechos Humanos.venir a cantar a Miami es un paseo y un gran negocio, todos, incluidos los que llevan esta On CUBA han hecho de la nostalgia un negocio. El verdadero trganador con la presencia de Buen Fe en Miami lo ha sido la democracia de esta Estados Unidos, el respeto a las leyes de Miami..que no suspendio el concierto, que fueron los que quisieron , que protestaron los que quisieron….Nada de eso es imaginable en una Habana y luego se llenan la boca para hablar de Miami como ciudad intolerable.
Ahi estaba yo en su concierto hace dos años. Pero me perdieron por completo. Que vengan las veces que quieran pero mi dinero no va para personas oportunistas e hipócritas. Es una pena. Fui fan a Buena Fe desde el principio. Cuando sacaron Déjame Entrar y yo todavía era estudiante de secundaria básica. Sus canciones resonaban, pero saber que sus letras no encajan con su discurso populista, me es chocante.
No se, ni me interesa, si buena o mala fe, pero no se, y vale la redundanciaa, hay un alarde que no vale la pena, abracense, y besos
Muy bien por estos valerosos jóvenes, que no cedieron ante las amenazas y presionaes, incluso llamadas amenazantes de madrugada. Hay que reconocer esa valentía. Mira José, Boris Llaramendi, vino a CUba y se escondió en casa de Rodiles, bueno, en la mansión de Rodiles en Miramar, allí cantó, se emborrachó y se drogó.