La diversidad musical de Cuba es una ganancia tremenda. Esa es una conclusión a la que se llega no solo al apreciar la historia de la manifestación, sino al adentrarnos en los eventos que cada año se desarrollan en la Isla para demostrarlo. Y ese es el caso del Festival Piña Colada, que cada año tiene lugar en Ciego de Ávila y que este domingo cerró las puertas de su oncena edición.
Pero una peculiaridad tiene este certamen que lidera el destacado artista Arnaldo Rodríguez, y es que pone sus escenarios a disposición de la vanguardia artística joven por cuatro días, en un ambicioso programa de conciertos que no discrimina ningún género musical.
Maratónico en la concepción de su cronograma de actuaciones, Piña Colada suma y nunca resta invitados. De ahí que se puede disfrutar desde lo más extremo del metal hasta lo más urbano del hip hop, sin dejar fuera la canción de autor, y esas expresiones melódicas arraigadas en la cultura popular, como lo constituyen la rumba y el son.
Para probarlo el evento avileño propició que se unieran noveles figura de la trova y la canción en una intensa velada sabatina. Motivados por la impronta dejada por el cantautor Santiago Feliú, recientemente fallecido, estos músicos hicieron de su presentación un digno homenaje para recordar al autor de Para Bárbara y Un bolero para ti. Allí estuvieron Gretell Barreiro, Yoan Zamora y Héctor Luis de Posada, así como las agrupación Motivos Personales, entre otros.
Por el Indersito, una de las más fuertes plazas de Piña Colada, desfilaron los cultores de la denominada música fusión y también de nuestras tradiciones soneras. Solo este fin de semana y en presencia de un público multitudinario, actuaron Dayany Gutiérrez, el dúo de Bony y Kelly, JG y su grupo, Deja Vu y Qva Libre.
Una sonada rumba, aderezada con los sabores de la tierra agramontina, también conectó al público avileño con Rumbatá. En la céntrica Casa de la Cultura, ubicada en el bulevar de la ciudad, los tambores del grupo camagüeyano sonaron y fue imposible no dejar de moverse.
Mientras, Rockcolada, el espacio dedicado al metal en el evento, vistió de gala para recibir a Metastasys y Konflit el sábado último, varias agrupaciones de hip hop toparon las expectativas de quienes gustan de la música urbana y encontraron en la sede de la AHS a algunos de sus exponentes.
Porque si bien Piña Colada lleva arraigado en sus bases el acercarnos a la diversidad musical de una Isla como la nuestra, su desafío es aún mayor cuando por más de una década mantiene su fidelidad a ese concepto y lo prueba en cada uno de sus escenarios.
Fotos: Roberto Ruiz