El Niño y La Verdad, sonoridad fresca y bien cubana

El Niño, Pachi y Barbarito Torres

El Niño, Pachi y Barbarito Torres

Tras una estancia muy productiva en la nomina de la orquesta Revé, sin dudas una de las preferidas de Cuba en materia de música popular bailable y con la que hizo popular el tema Agua pa´ Yemayá, el cantante Emilio Frías “El Niño” y el pianista Pachi Naranjo (hijo) dieron un paso decisivo y arriesgado al formar su propia agrupación.

A un año de creado, el novel conjunto, nombrado El Niño y La Verdad, se ha posicionado puntero en el panorama sonoro de la Isla y todo gracias a su empeño de tratar al género con el respeto que merece en consecuencia con la línea trazada por sus grandes figuras, desde el Septeto Nacional Ignacio Piñeiro y Arsenio Rodríguez, hasta Benny Moré, Los Van Van, la propia Revé, Pupy y Los que Son Son, y Habana D´ Primera.

De exitoso califican el trabajo realizado hasta el momento, y es cierto, El Niño y La Verdad ya son conocidos por los bailadores dentro y fuera de Cuba, el tema Dime cuánto y su video clip gozan de popularidad junto a otras canciones que hacen de las suyas en la radio nacional, aunque el “mazazo” definitivo está a punto de concretarse con el primer álbum de la orquesta, casi listo para entrar en circulación.

Con una fresca y muy seria visión acerca de los derroteros que debe seguir la música popular bailable El Niño, director de La Verdad, adelantó a OnCuba detalles de la nueva producción discográfica que aún sin nombre mantiene bien en alto las expectativas de cómo será recibido por sus seguidores.

“El CD está en la fase de postproducción y propone 10 temas que hacen un recorrido por varios géneros de la música popular bailable, entre ellos un bolero con arreglos del maestro Emilio Vega y la participación del laúd de ese “fuera de serie” que es Barbarito Torres. También tiene una canción con arreglos de Manolito Simonet y otros invitados que participaron en los arreglos, y como instrumentistas”.

Es un material bien cubano, dijo, que tiene como base la idea de rescatar el buen gusto por la música popular cubana y la aceptación del bailador, que es el destino final del trabajo de La Verdad.

“Pero, OJO, no estamos grabando un disco por mero interés mercantil, hay un trabajo bien serio detrás de esta placa porque nos hemos propuesto que la gente pueda disfrutar de una cadencia que no tiene porqué ser agresiva, aunque puede serlo si el bailador lo exige. Además hemos sido extremadamente cuidadosos con los textos, nada de groserías ni chabacanerías”

Los productores de la placa son Pachi Naranjo Jr y Dayron Ortega, guitarrista de El Cabildo del Son, conjunto del tresero Pancho Amat, quienes han llevado adelante un exquisito y riguroso proceso de selección de los temas y la grabación. Varias de las canciones del álbum ya son conocidas por el público como  Ese soy yo y La mata, pero sin dudas la que más nos ha reportado ha sido Dime cuánto, sobre todo gracias al video clip dirigido por Orlando Cruzata y Rudy Mora.

Asegura El Niño que el camino apenas comienza, “hay mucho por conocer de lo que hacemos, queremos que la gente nos escuche para que de verdad sepan de qué va nuestro trabajo. Tenemos previstas varias presentaciones fuera del país, pero añoramos realizar una gira por toda Cuba y ¨probar¨ de primera mano la respuesta del público”.

¿Entre tantas orquestas populares cómo pretenden ganarse un espacio?

“En Cuba hay orquestas de muchísima y probada calidad, por lo que abrirse camino para estar entre las preferidas es bastante difícil. Pero creo que lo logrado hasta el momento es gracias, primero que todo, al propósito de buscar una sonoridad propia desde el punto de vista instrumental.

“La sonoridad de El Niño y La Verdad es casi en su totalidad concebida por Pachi, que se las ingenió para disponer las líneas instrumentales de manera que no sonaran parecido a ninguna otra agrupación. Por eso La Verdad conjuga trombones y trompetas e incluye la guitarra del son, que es uno de nuestros elementos distintivos.

“A esto sumo mis características como cantante. Creo que una de las líneas que me define aparte del timbre es la improvisación, una arista, que a mi juicio, se ha perdido dentro de la música popular bailable. A diferencia de la salsa boricua, por ejemplo, somos más espontáneos, nos dejamos llevar más por lo que pasa sobre el escenario y, muy importante en este sentido, la interacción con el público bailador.

“Esa es una de las cosas por la que siempre estaré agradecido de mi tiempo en La Revé, aprender a entender qué es lo que pide el público de los músicos y los cantantes. En el Charangón aprendí cómo se maneja el repertorio, a  buscar el equilibrio para que el bailador disfrute por igual un tema rápido o uno más cadencioso, y desde aquella etapa Pachi y yo logramos una comunicación muy clara y directa sobre qué era lo que queríamos hacer si llegábamos a tener una orquesta propia. Esa fue otra de las razones que nos llevó a formar La Verdad.

“En el caso de la improvisación tenemos a la escuela aquí, en nuestro propio país, no hay que aprender de otra parte. Muchos han sido estrellas, pero Cándido Fabré se lleva las palmas, verlo sobre la escena y compartirla con él me ha ayudado muchísimo a trabajar esa línea y crear una manera de hacer que me distingue de otros cantantes jóvenes del país que por determinadas razones no lo hacen, en parte porque el coro sustituyó esta manera de expresión. La improvisación es un ejercicio muy difícil, de alto riesgo, sabes cómo comienzas pero casi nunca cómo terminarás”.

Salir de la versión móvil