Lleva el mismo nombre de su padre. Y el Jr. es para diferenciarse de él, aunque tampoco tiene importancia que lo confundan: su padre es su ídolo, su amigo y su maestro. A Hectico le gusta que lo reconozcan por ser el hijo de Héctor Téllez, aun cuando sus carreras sean opuestas musicalmente hablando. Hoy este muchacho estremece a la gente cuando se sube a un escenario como lo hizo, hace algún tiempo largo ya, el famoso bolerista.
Hoy con 29 años, recuerda aquel día en que le prestaron un casete de Led Zeppelin. Eso fue lo que le dio el empujón musical. Luego saltó para Limp Bizkit, Marilyn Manson, Slipknot, The Beatles, Pink Floyd, y Queen, hasta que vio a Carlos Santana tocando y decidió que él quería hacer lo mismo con una guitarra. El rock and roll le llegó por sus amigos, igual que el jazz y el blues. Por su casa, el filin y el bolero. Hoy es una mezcla de todos esos ritmos. De ellos está hecha también su música.
Dice que es un rockstar, pero en su cuarto; porque cuando tiene una sola persona mirándolo es muy difícil actuar. Para él el rock and roll, más que un género, es una actitud ante la música que se quiere hacer. Por eso lo hace así. Con seguridad comenta que toda su música es cubana, porque la canta y la toca él. Y si algo lo hace exclusivo es su energía, sus arranques con la guitarra y su potente voz. No es suficiente leer esto, hay que verlo trepado a un escenario.
¿Cómo fue tu infancia desde lo musical?
Fue lo máximo, oyendo música todo el tiempo. En mi casa siempre se hacían fiestas y reuniones con amigos de mis padres que a su vez son grandes boleristas de este país. Por supuesto yo era un niño y no tenía ni idea, pero luego vi que eso era algo normal y que me aportó mucho.
En mi casa se oía de todo un poco, sobre todo filin y bolero. Eso por parte de mi papá; mi mamá era más de José José, Miriam Hernández, y Álvaro Torres. Pienso que durante la niñez y la adolescencia uno se va formando con lo que recibe, por una parte de la casa, y por otra de los amigos y la escuela. Así crecí yo. Así fue como aprendí.
¿Te formaste como músico?
No. Siempre me gustó la música, pero siempre fui un niño un poco raro y nunca me gustó hacer lo que mis padres me decían. Ellos querían que entrara a una escuela de música, pero siempre quise llevarles la contraria. Entonces nunca hice nada hasta que con 14 años entré al cuarto de mi papá, saqué una guitarra del estuche, y me puse a trastearla para sentir lo que era eso.
Él me enseñó los primeros acordes y me explicó cómo era. Me preparé y empecé a tocar guitarra, siempre preguntando porque como no estudié en ninguna escuela de música, básicamente lo que hacía era preguntar cómo se ponían los acordes y me prestaban videos, clases, y métodos.
Al principio yo no quería cantar, quería ser Carlos Santana y ya está. Ya luego empecé a inventar un poco. Me encerraba en mi cuarto y me ponía a dar gritos con los discos de Led Zeppelin y de Queen tratando de descubrir lo que iba a ser mi voz en algún momento. Fue todo muy empírico.
¿Pero querías ser músico profesional?
Bueno, eso fue un poco tarde, por decirlo de alguna manera. Yo decidí que lo que quería era ser músico a cualquier precio cuando cumplí 20 años. Para algunos puede ser demasiado tarde, pero antes solo tocaba la guitarra por tocarla. Con esa edad fue que supe que quería ser músico, se lo dije a mis padres y dejé la universidad.
¿Qué estabas estudiando?
Comunicación Social. Terminé el Servicio Militar, cogí la Orden 18 y lo que me tocó fue eso. Empecé a estudiar y como a los cuatro o cinco meses no pude más. Lo dejé y empecé a dedicarme por completo a la música. Comencé a estudiar un poco más mi voz que era lo más difícil para mí porque ya tocaba guitarra, pero cantar era más complicado. Fue así, lo dejé porque no iba a hacer otra cosa que no fuera música.
¿Entonces cómo empezaste definitivamente?
Primero hice algunas canciones que luego olvidé porque nunca las grabé, ni las escribí. Fueron cosas que hacía para mostrarle a la gente. Estuve un tiempo sin hacer nada porque aquí no puedes trabajar sin pertenecer a una empresa y yo no pertenecía a ninguna. Luego preparé un repertorio y me audicionaron en el Centro Nacional de Música Popular y así fue como pude empezar a buscar trabajo.
Hay una banda que se llama Los Gafas que en los 70’ fue la que acompañó a mi papá a grabar sus éxitos y estaban tocando en el Submarino Amarillo. Un día voy y me proponen tocar, subí y pasé tremenda pena porque subirse a un escenario es muy difícil. Pero así se empieza.
Toqué unas cuantas noches con ellos y después empecé como cantante y guitarra líder en una banda que se llamaba Partes Privadas. Ahí estuve como un año o dos. Después estuve dos años más en la banda de Osamu. Y luego me monté en un crucero y me pasé tres años viajando el mundo, haciendo el típico show cubano porque había que ganarse la vida. Cuando regresé no tenía con quien tocar y empecé a escribir canciones de nuevo.
Hubo un tiempo también que compartí escenario con músicos como X Alfonso, Síntesis, David Blanco y tocaba invitado por ellos. Recuerdo que lo primero grande que hice fui cantar en un concierto por la Semana de la Cultura Británica en el Cine Yara donde todo el mundo era conocido menos yo. Me dieron para cantar “We will rock you” y cuando salí al escenario fue como si todos me conocieran. Fue una experiencia súper linda, aunque me dio un poco de miedo porque nunca había cantado ante tantas personas. Eso es muy chocante porque tienes que estar muy conectado con lo que vas a hacer y a la vez olvidarte de lo que estás haciendo. Es cuestión de dejar todo fluir y recibir la energía del público.
Pero ya tienes banda…
Sí, pero ha sido difícil crear una banda porque es complicado encontrar personas que toquen de la manera que tú quieres que toquen. Es muy difícil entenderse musicalmente. Pero sí, finalmente hice mi banda que somos tres en el escenario: yo, un batería, y un pianista y productor musical.
¿Alguna otra razón para que sean solo tres músicos?
Ahora mismo para la música que quiero, no necesito más músicos. Además, estos dos músicos están como leyéndome la mente todo el tiempo. Quiero explorar otros sonidos, otras sonoridades. Quiero hacer un experimento, lograr con pocos músicos expresar lo que siento, que cada sonido que salga esté justificado, que no haya nada sonando por sonar, y que cada cosa tenga un protagonismo. Quizás un día haga una banda con 20 músicos, pero ahora quiero solo dos.
¿Es difícil hacer rock and roll en Cuba? ¿Has logrado insertarte en los espacios musicales del país?
Realmente lo segundo es lo único complicado para mí porque hacer rock and roll es como hacer un bolero, es simplemente hacer algo que te está saliendo y que canalizas a través de lo que te gusta, que es el rock and roll o el blues, el jazz, el pop. Hacer una canción no es difícil, lo difícil es que le llegue a otra persona. Y para eso son importantes los medios, y muchas veces no llegamos a los públicos quizás por la falta de interés de ellos o de las personas que dirigen los lugares donde pudiéramos presentarnos.
¿Y los espacios de presentación? ¿Crees que al público no le guste?
Desde mi experiencia lo que pasa es que casi siempre los directivos o dueños de los lugares quieren poner al público a bailar, pero no todos los conciertos ni las canciones son para eso. A veces también el sonido del rock es un poco agresivo y el público no está acostumbrado a eso. No es todo el mundo porque al cubano también le gusta el rock and roll, pero hay algunos que quizás por la manera en que viven lo que más escuchan es otra cosa, además porque el rock and roll cubano no es lo más radiado.
¿La institución que te representa como músico no debe insertarte en una programación?
La empresa te avala para poder tocar y cobrar en los espacios públicos. Te dan los permisos pero generalente no te buscan el lugar para presentarte. Eso va por nosotros los artistas. Tenemos que partir también de que hay pocos espacios y de que, además, es muy difícil para un músico llegar a una empresa. Sobre todo, para los músicos que no somos de escuela.
¿Cómo lo llevas con las disqueras?
Es lo que hablábamos ahorita. La falta de rock and roll cubano en la radio viene porque no es lo que generalmente escuche el público, y quizás por eso a las disqueras no le interese tanto invertir en un artista novel del género porque hacer un disco cuesta mucho dinero. No es lo mismo hacer un disco a un artista de música popular bailable porque es seguro que se va a vender y se va a poner en todos lados si hace bailar a la mayoría.
Ahora, sí tengo que decir que hay algunos músicos del rock and roll cubanos que tienen discos grabados con disqueras cubanas. Pero es difícil llegarle a una disquera con una propuesta y que la acepten porque no es de fácil comercio aquí.
¿Para eso está BandEra Studio?
BandEra cae en un momento especial porque a todos los que estamos aquí nos interesa la misma música. Somos básicamente un grupo de amigos que nos reunimos, grabamos y hacemos la música que nos da la gana, sabiendo el riesgo que corremos a la hora de distribuir porque no existe ningún mecanismo de distribución para nosotros.
Lo que tenemos es esto y nos gustaría que los que queremos hacer cierto tipo de música tengamos un espacio donde hacerla, al menos grabarla, ya luego nos la arreglamos a ver dónde la ponemos. BandEra entonces es el lugar donde uno puede llegar y grabar algo.
Compones generalmente en inglés. ¿Por qué?
Escribo en inglés y en español porque solo conozco estos dos idiomas, si supiera chino o japonés escribiría también en chino o japonés. Además, porque la música que más he escuchado es en inglés y cuando pienso las canciones las pienso en inglés. Hasta cierto punto, también quiero emular a mis ídolos y es algo normal que pasa, no solo conmigo, porque cuando oyes un disco de los grandes siempre reconoces un poquito de otros.
También haces covers…
Sí, y los hago porque simplemente son canciones que me gustan mucho y quiero tocarlas. También es una necesidad por el hecho de que como la distribución es casi nula, el público no conoce las canciones de los grupos cubanos y la gente que va a los conciertos quiere corear lo que está sonando. La gente quiere cantar las canciones, pero si nadie las conoce…
Mis canciones nadie se las sabe porque no las ponen tanto en la radio, quizás por eso también hago covers. Pero no es mi meta hacerlos para que la gente coree. Yo quiero hacer mis propias canciones, pero también he sido público y siento que merecen sentirse identificados con alguna canción.
Entonces, la razón de manera general es que no todos conocen el rock and roll cubano y no es que no haya producción. Hay discos, al menos de los que grabamos en BandEra Studio, para que estén sonando en la radio todo el tiempo. Y si a la gente le gustan los artistas de rock internacional, estoy seguro que le van a gustar los cubanos porque tienen tanta calidad unos como otros.
¿Qué te gusta tatuarte?
Muchos de mis tatuajes no tenían significado cuando me los hice, lo cobraron después. El único que lo tiene son las siglas de los nombres de mi papá y mi mamá que tengo en el brazo. Los demás son cosas que me han gustado, me las he hecho y ya. Mucha gente busca justificaciones para hacerse tatuajes, pero yo simplemente me los hago porque me gusta como se ven y ya. Al final creo que hasta tienen alguna conexión porque todos son animales, pero nada más. Simplemente están ahí. No representan nada especial para mí. Son una moda, lo veo como una cuestión de imagen.
¿Parte de tu imagen es también cantar sin camisa?
El quitarme el pulóver representa el espíritu ese rebelde que hay en cada roquero. Como el rock and roll siempre fue una música un poco marginada, no solo en Cuba, quizás esa rebeldía se fue transmitiendo y para mí es como una manera de decir: “Me da la gana”. Pero tampoco es nada especial. Es la forma de sentirme libre a la hora de cantar y expresarme artísticamente. Al final la música que vas a escuchar es la misma aunque cante sin pulóver, con un esmoquin, o desnudo.
https://www.youtube.com/watch?v=m0eG6oj99qI
una banda sonor seria apreciada