Isaac Delgado made in Havana

Foto: Regino Sosa

Foto: Regino Sosa

Habanero y con su vida atada a su ciudad, Isaac Delgado acaba de presentar un álbum fonográfico en el que revisita la capital antillana desde ese fino son que siempre ha cultivado. Delgado, una de las voces identificativas del denominado boom de la salsa en la década de 1990 en Cuba, hace gala en Made in Havana de todo ese simbólico método de hacer música, el cual complementa con la intervención especial de muchos de los protagonistas actuales de esa corriente artística, como los legendarios Van Van, Alexander Abreu y Havana D’ Primera, y Ricardo Leyva y SurCaribe.

La prueba de fuego la tuvo el Chévere de la salsa el pasado sábado en la noche, cuando decidió mostrar al público su más reciente compacto, avalado por la disquera Egrem. En el Habana Café del Hotel Meliá Cohíba, Isaac interpretó la mayoría de las piezas del disco, sin dejar fuera clásicos de su repertorio como “Control” y “Necesito una amiga”.

El artista quiso remarcar en la velada sabatina que “este disco tiene la característica de haber sido grabado en su totalidad aquí, en La Habana. Se hizo con mucho amor y más que todo porque yo soy habanero, aunque soy descendiente de padres que procedían de Pinar del Río y Sagua La Grande. Pero yo nací en esta ciudad y mi equipo de pelota es Industriales”.

Isaac, quien lleva nueve sábados presentándose en el Habana Café del Meliá Cohíba, dejó una huella en ese auditorio esa noche. Con su voz sencillamente sonera y acompañado por una banda de lujo liderada por el saxofonista Germán Velazco, Delgado propuso piezas como “La mujer de mi vida”, inspirada en su esposa y en la cual el Chévere de la salsa, retoma la cadencia de obras antológicas en su repertorio como “Ella es un reloj”.

Adentrándonos ya en el volumen, debo decir que está hecho esencialmente para el bailador y en ello se toman elementos de esa manera contemporánea de componer para la música popular. Pero no son letras en las que se incita al simple goce, el mero disfrute. Allí el cantante ofrece su punto de vista sobre el son más actual, de ahí que escribiera “Timba cubana”, esa misma que, como hace hincapié, rompe tambo’, es callejera y se permea de la gente sencilla, de barrio. Algo similar sucede con “Para bailar la rumba”, donde se sigue la cuerda de ritmos criollos y se percibe el sentimiento que lleva el guaguancó, la jiribilla y el yambú, las variantes melódicas de ese estilo.

Foto: Regino Sosa
Foto: Regino Sosa

En ese repaso por géneros cubanos, Delgado incluye la sabrosa conga santiaguera, en la que invita a Ricardo Leyva y SurCaribe. “Aprendí caminando” es de esos temas que llevan la sabia popular de las enseñanzas de que deja la vida, con su mirada reflexiva sobre nuestros fracasos y victorias personales.

El bailador puede moverse en Made in Havana al compás de “Toro mata, una versión bien lograda de la canción de Chabuca Granda. Y ya que les comento de adaptaciones, Delgado se apropia de “Removiendo el piso”, hit originalmente compuesto y defendido por Omi Hernández para pop, y que esta vez ambos artistas regalan con los elementos de la salsa más internacional.

Bien anclada en la realidad doméstica, cotidiana, “La vida es buena”, en la que repiten la experiencia de unirse Descemer Bueno e Isaac, tras la versión sonera de ambos en “Bailando” –y se suma Gente D’ Zona.

Dejo para el final dos sencillos que habrá que escuchar atentamente: “Comentarios” y “Cubanos”. El primero lleva la fuerza interpretativa y la candencia de Havana D’ Primera, mientras la segunda cuenta con el sello del denominado Tren de la música cubana, los Van Van.

Grabado en los Estudios Abdala y mezclado en Nueva York (Estados Unidos), la nueva placa de Isaac Delgado tiene el aderezo de experimentados productores del género en Cuba, entre ellos Juan Manuel Ceruto, Dagoberto González Jr., y Germán Velazco, así como los aportes del venezolano Motiv. Se suma a ese concepto de producto netamente insular, las imágenes del Chévere de la salsa en lugares tan representativos de la urbe como el Paseo del Prado o el Malecón. Es que todos contribuyen, con coherencia y creatividad, al concepto general del disco, con el que se desea señalar que son casi una docena de canciones gestadas o hechas desde La Habana, la capital de una isla musical, que ha marcado la escena sonora internacional.

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