El cantautor Kelvis Ochoa vuelve a ser noticia. El sábado 8 presentará en El Sauce su más reciente producción discográfica Dolor con amor se cura, bajo el sello BisMusic. Este promete ser un mes memorable para el autor de La conga de Juana, pues desde el jueves 13 también podrá apreciarse, en las principales salas del cine del país, un documental sobre su vida y obra, realizado por el cineasta suizo Beat Borter titulado Yo sé de un lugar, que incluye dos temas del nuevo fonograma.
Kelvis no descansa, actualmente prepara un nuevo proyecto de teatro musical, ya tiene en la boca de la guitarra nuevas canciones que pronto serán otro disco y mantiene sus habituales presentaciones que tanto agradece la noche habanera.
Con sus envolventes melodías, de letras divertidas y apasionadas se suman sus dotes de improvisador con las que sorprende, una y otra vez al auditorio. Lleno de planes, jovial y positivo como sus canciones conversó con OnCuba sobre su vida, música y el nuevo disco.
¿Para qué le sirve la música a Kelvis?
Para ayudarme sobre todo. Para aliviar al mundo a través de ella y para ayudar a la gente a comprenderme, para que sepan que pienso y como los veo reflejados en mí a todos ellos.
Son, Macuta, Milonga, Merengue, Sucu Sucu, Cha Cha Cha, Timba, entre otros, son algunos de los ingredientes de tu música. ¿Cómo la definirías más allá de los géneros?
Es un viaje de trabajo en el cual voy descubriendo cada uno de esos ritmos y los voy combinando entre sí en el tiempo, es una gran búsqueda.
¿Qué importancia le concedes a la improvisación?
Gran parte de mi carrera está abierta a la improvisación, es un factor que no puede faltar dentro de mi obra. No me considero un gran improvisador. Cuba es cuna de inmensos repentistas a los que admiro mucho. Seguiré haciéndolo y esforzándome por cada día mejorar mis improvisaciones, porque es un trabajo bien duro y un gran sueño que tuve desde pequeño.
¿Cuáles son las musas que te convocan a componer tus canciones?
Me inspiran muchos temas humanos pero el amor, las relaciones de pareja y la familia son los más recurrentes.
¿En qué etapa creativa te encuentras?
Considero que en la más sólida y madura de mi carrera. Me estoy acercando a lo justo, justo detrás de lo palabra precisa para decir lo que quiero. Ya no doy tantas vueltas para llegar al sitio exacto en mis letras, he adquirido mayor poder de síntesis. Aspiro a llegar, aunque me estoy acercando, nivel de síntesis que tenía Matamoros para expresar todo un sentimiento en un tema.
¿Qué significó Habana abierta para Kelvis Ochoa?
Fueron diez años de trabajo con ese colectivo de amigos, un gran taller musical que nos sirvió a todos. Aprendimos muchísimos unos de los otros, nos retroalimentábamos mientras bebíamos de fuentes y experiencias comunes. Todos son admirables compositores, grandes artistas que enriquecieron esa linda etapa de mi vida. Si volviera a nacer, sería músico otra vez y me gustaría volver a pasar esa etapa porque fue muy creativa, divertida y mágica. En las últimas presentaciones de esta agrupación en Cuba hemos coincidimos y cantado juntos. Mucha gente nos propone que nos volvamos a unir, lo que ocasionalmente se verá en el tiempo. Creo que es un buen momento para hacer este tipo de cosas, cantar juntos. Ahora que el mercado de la música está a la deriva, esto es lo que nos va quedando a los artistas, compartir, crear y disfrutar juntos.
Tu música es una gran fusión ¿cuánto crees que le aportó tu estancia en España a tus canciones?
Muchísimo. Ahí conocí a grandes músicos españoles que admiro inmensamente que me impregnaron de esa manera de decir andaluza que me influenció. Vivir en España, dejó mucho de esa tierra en mis canciones. Fue una etapa hermosa y definitiva, doce años que me marcaron, lo que se siente en mis composiciones.
¿Cuán importante fue regresar a Cuba?
Cuba es lo más importante. Es mi patria, donde toco con todo mi amor y la gente me quiere y reconoce. Tener una relación como la que tengo yo con mí publico es único y maravilloso. Es un privilegio componer e interpretar en casa, en tiempos tan difíciles de crisis mundial en que muchos músicos andan por el mundo buscándose el sustento con gran esfuerzo. Ya pasé la etapa de estar lejos y está en la que me encuentro es la que más disfruto. Soy muy afortunado de reencontrarme con mi gente día a día.
A tu juicio, ¿que caracteriza a la llamada música cubana contemporánea y cómo encaja tu producción en este panorama?
Me imagino que cada artista cubano esté siempre pensando, como yo, en desarrollar y elevar la música cubana. Lo intentado hasta el momento porque somos herederos de una gran casta de excelentes músicos y géneros que no debes olvidar ni defraudar. Nuestra música se caracteriza por la diversidad. Yo en medio de todo esto me siento estilizando todos esos géneros, trayéndolos a mí y poniéndolos a sonar unos con otros, lo que se hizo anteriormente muy poco. Antes cada músico se caracterizaba por un género o estilo en específico. En mi caso los he puesto a convivir a todos juntos en un mismo tema. Digamos que en tres minutos en un formato de una canción estándar aparecen tres o cuatro ritmos diversos ente sí, con la determinada coherencia para que suenen bien. El cómo ponerlos a respirar en ese tiempo tan corto y que combinen sin atropellarse unos a otros, es todo un reto. Así es como me veo dentro de la gran música cubana.
¿Cómo valorarías la música cubana actual?
Lo veo saludable, con sus altas y bajas respecto a géneros sobre todo. Esto que caerá por su propio peso y en estos últimos años en que el reguetón se ha apoderado de casi todo hay que ampliar los géneros. El verdadero músico se dará cuenta de esto, de que existen otros géneros para desarrollar su creatividad y composiciones y al final saldrán adelante con su estilo. Quisiera que vieran la riqueza musical del patio que es maravillosa e increíble. Hay jóvenes que están haciendo cosas muy buenas, como también las orquestas cubanas de siempre que lo hacen cada vez mejor.
¿Qué propones con Dolor con amor se cura?
Es un disco diez temas, al igual que el anterior, nueve temas míos un tema de Pavel Urquiza, bajo el sello Bis Music. Es un disco muy sencillo, corto pero considero que es mi mejor obra. Logré un buen resultado en cuanto a la selección de temas, muy balanceado y agradable al oído. Es exquisito en cuanto a su factura. Considero que tiene dramaturgia de principio a fin. Tengo de invitados a Luis Enrique, una cantante nicaragüense con el que canto En la penumbra, el tema que Pavel le compuso y que se incluye en su disco que él y Gema Corredera produjeron. También invité al Coro Diminuto, que dirige la profesora Carmen Rosa. Es una producción más coherente y mejor lograda que las anteriores, con la que me siento muy satisfecho.