Mucho más que salsa, mambo y chachachá

Foto: Roberto Ruíz.

Si intentan disfrutar de  Salsa, Mambo, Cha Cha Chá deben primero tener en cuenta que su idea original se inspira en el legado musical dejado por Chano Pozo, Dámaso Pérez Prado, Enrique Jorrín, Benny Moré, Celia Cruz, la Lupe y Juan Formell.

Verán quienes se acerquen entre el viernes y el sábado al coliseo capitalino ubicado en la céntrica calle Línea, un espectáculo que vincula la danza a las ricas cadencias criollas creadas por esos emblemáticos artistas.

En su estreno del miércoles, el show que dirige artísticamente el cantante Isaac Delgado y que cuenta con la producción de la armenio-estadounidense Debbie Ohaian, especializada en este tipo de espectáculos en Nueva York, no viene a mostrarnos lo que comúnmente se presenta de la isla antillana. Hay en él una intención marcada en presentar el mambo, el son, el chachachá y la rumba como expresiones mismas de una idiosincrasia mixta, diversa, que se ha enriquecido con el tiempo gracias el ingenio creativo de muchos hijos de esta tierra.

Dos actos componen un cuerpo dramatúrgico que comienza precisamente con esa herencia africana tan presente en nuestra sonoridad. Luego nada mejor que La comparsa, de Ernesto Lecuona, para adentrarnos místicamente en el siglo XX, período esencial donde germinaron varios de los géneros musicales recreados en las casi dos horas que dura la velada.

Foto: Roberto Ruiz.
Foto: Roberto Ruiz.

Un Bobby Carcassés ceremonioso al piano reverencia con su Blue con montuno para el Benny, dedicado a ese Bárbaro del Ritmo que sin conocimientos académicos fue capaz de revolucionar desde el canto y la composición la música nacional. El mismo Carcassés se desdobla y hace, junto a la banda espectacular que lo acompaña, Que bueno baila usted, de Moré, y termina el número con aquel paso mágico y ya paradigmático del músico nacido en Santa Isabel de las Lajas.

Rumba no necesita metáforas para describirla. La pieza es una joya que toca al dedillo la orquesta Salsa Mambo Chachachá, liderada por el saxofonista Germán Velazco. Es en esos pasajes musicales con sabor a guaguancó, donde más destaca el cuerpo de baile del espectáculo, y Barbarito Ramos, heredero de esa tradición cultivada en los Muñequitos de Matanzas, luce sus mejores pasillos, seguido de cerca por el bailarín Maykel Font.

De los momentos más espectaculares de la noche puedo mencionar el de la Suite de percusión, un segmento en el que cuatro jóvenes y prometedores instrumentistas lucen sus más virtuosas ejecuciones. Lo de Keisel Jiménez, Eduardo Ramos, Edgar Martínez y José Morejón deja a muchos sin aliento. En una combinación perfecta de tempo musical, diseño de las luces y concepto del espectáculo, estos cuatro muchachos muestran, como en otras ocasiones han hecho en la Fiesta del Tambor, que con las tumbadoras, los timbales y las baquetas se puede hacer un genuino arte.

Foto: Roberto Ruiz.
Foto: Roberto Ruiz.

Mientras, a dúo, Hayla María Mompié y Geidi Chapman nos invitan a viajar por Cha Cha Chá in Blue, obra de José Curbelo. Ambas artistas luego regresan en dos midley que evocan éxitos de dos grandes cantantes cubanas: La Lupe y Celia Cruz.

Para Isaac Delgado queda encomendada Habana City, de Juan Formell, al tiempo que instrumentales de un peso indiscutible en la música continental también se integran al repertorio: Manteca, de Chano Pozo; Ran kan kan, de Tito Puente; y Oye como va, de Carlos Santana.

Para hacer sonar Chancletas, el cuerpo de baile recurrió a esa emblemática coreografía que también nos identifica y en una pantalla grande se evocan las imágenes del carnaval de Santiago de Cuba.

Después de un intermedio de diez minutos, Isaac se adueña del escenario con esos temas que popularizó en NG La Banda y con su propia agrupación en la década de 1990, etapa medular de la timba en la Isla. Y con ello cierra un show que lleva también la huella de los coreógrafos Santiago Alfonso, Rayma Pérez, Wendy Ferrer y Yusleivis Rodríguez; de Germán Velasco en las orquestaciones; y la colaboración imprescindible de la disquera Egrem.

Ávido de propuestas que mixturen la danza con nuestra sonoridad, el público habanero puede presenciar por dos noches más, la del viernes y el sábado, de Salsa, Mambo Cha Cha Chá.

Foto: Roberto Ruiz.
Foto: Roberto Ruiz.
Foto: Roberto Ruiz.
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Foto: Roberto Ruiz.
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