Palabras,
quisiste con palabras engañarme
fingiendo comprender mi sentimiento,
fingiendo que tenías corazón.
No trates
de hacer que muera en mí la desconfianza;
la culpa y la maldad de tus palabras
sellaron el final de esta ilusión.
Perdóname este orgullo,
–por mi sinceridad
perdón te pido–,
pero te has encontrado
con este corazón
que ha comprendido que en ti
sólo hay egoísmo.
Palabras,
aléjate de mí con tus palabras,
aléjate bien pronto de mi vida
y busca un corazón que las reciba.
“El primer contacto físico con la música, siendo tan pequeña que no alcanzaba a tocar el pasamanos en la baranda de hierro del balcón, aunque extendiera los brazos hacia arriba lo más alto posible, no fue por el oído, sino que se sentía una punzada en el medio del pecho que se iba desplazando hacia la izquierda”, relató en la nota al disco-libro Marta Valdés/Chano Domínguez, Tú no sospechas.
“Aterricé en el mundo el día que llegué a mi casa con un bolero en la cabeza y le busqué los acordes en mi guitarra, pero no tuve la curiosidad de anotar la fecha. Ese debió tomarse entonces como el verdadero día de mi cumpleaños. Una canción fue siempre, en lo adelante, lo mejor que podía ponerme a inventar para salvar las tardes y las noches del miedo a lo desconocido. Luego encontré una familia creciente de personas de todas las edades, a quienes pudo considerar sus iguales entre aquellos que las inventan, aquellos que las tocan o las cantan y aquellos que, sabiamente, las escuchan”.
La compositora e intérprete cubana Haydée Milanés, que lanzó en 2015 Palabras, Haydée Milanés canta a Marta Valdés, álbum ganador del Premio Cubadisco ese año, se despidió de quien fuera para ella una madre.
Haydée, quien creció escuchando las canciones de Valdés gracias a su padre, el emblemático Pablo Milanés, preparó el fonograma durante dos años y medio, en el que recoge, según sus propias palabras, “temas complejos, con una atmósfera especial que me encanta y me hacen sentir muy identificada”.