La tradición insurgente del rock and roll y el metal estadounidense ha descansado históricamente sobre un grupo de bandas que se han opuesto abiertamente al orden establecido, con discos y canciones que por su sonoridad salvaje han enardecido y enardecen aún multitudes.
La lista es bastante notoria, pero a la cabeza de este “lado B” del disco de la rebeldía metalera reina por mucho Rage Against The Machine (RATM), liderada por el vocalista Zack de La Rocha y el experto guitarrista Tom Morello.
Sus discos Evil Empire y The Battle of Angels son dos materiales en los que aflora toda la conciencia política de la banda y producen un proceso de combustión interna cuando los presentan acompañados de la tremenda fuerza escénica de la alineación, sobre todo de ese monstruo de energía que es de la Rocha.
No ha estado sola RATM en esta línea del mestizaje cultural comprometido con letras que han cargado contra el orden de cosas. System of a Down, la banda estadounidense con raíces armenias, también ha sido una especie de coctel molotov en ese ámbito.
Discos como el memorable Toxicity fue una explosión en los terrenos del metal y levantó una nube de polvo que arrastró a millones en todo el planeta que comulgan con la fuerza y la beligerancia de esta formación, comandada por el vocalista Serj Tankian. La imparable estela de su álbum debut la mantuvieron con Hyptonize y Mezmerize, otros materiales que resguardan la rabia contenida de esta banda multicultural y de sus seguidores, que son legión.
La lista de grupos en esta cuerda es muy amplia y no ha dejado de crecer con la incorporación de nuevas bandas que han lanzado un mensaje político o social para sacudir su realidad, sea cual sea. Una de ellas es Ozomatli, nombre indígena que identifica a una ya veterana banda estadounidense de origen chicano, paradigma del rock latino desde hace más dos décadas.
La reivindicación de los aportes y las raíces de los latinos en Estados Unidos es el agua de la que beben para dar forma a su música, pero a diferencia de algunos de los referentes mencionados, su repertorio se acompaña de un directo divertido y lleno de una alegría contagiosa, con el que han brillado en varios de los principales festivales del mundo.
Ozomatli, que se presentará por segunda vez en Cuba durante la ya cercana edición del Havana World Music, es una interesante amalgama de sonidos que van desde el ska, el reggae, el merengue y la cumbia, hasta el hip hop y el rock alternativo. La suya es una mezcla que los ha identificado en Los Ángeles como representantes del rock latino más combativo.
No es para menos. La fiesta que se arman en el escenario es una oda a la adrenalina y al sudor que no termina hasta que los chicanos disparan sobre el público la última canción. Encima, en el escenario se divierten como si se hubieran quedado encerrados en un elevador con James Brown y Molotov con una botella de tequila. Y nadie en su sano juicio se aventuraría a imaginar qué podría salir de ahí.
Los Ozomatli serán la cabeza de cartel del Havana World Music, que se celebrará del 21 al 23 de marzo en el Parque Metropolitano de La Habana. La banda, con más de 20 años en la carretera, desembarcará en la capital cubana en plena forma y se prepara para sacar músculo y estar a la altura de esa energía multicultural que ha repartido a manos llenas en todo el mundo.
En el interior de sus canciones asoma la cabeza la cultura de los inmigrantes mexicanos y todo el centro urbano que atraviesa una ciudad tan variada y cosmopolita como Los Ángeles.
Ganadores de dos premios Grammy en las categorías de rock alternativo por los discos Embrace the Chaos y Street Signs, la banda californiana, que ha tocado con lo que más vale y brilla del rock estadunidense e internacional, está formada por diez músicos que han ejercido visible influencia en otras formaciones como la mexicana La Maldita vecindad.
El banquete rockero ya está servido. Solo falta que los chicanos pongan toda la carne en el asador, como ya es habitual en ellos, para que cocinen a fuego a los cientos de cubanos que de seguro asistirán a su concierto. Como diría la inisgne tropa de Molotov, con Ozomatli no faltará en La Habana un voto latino por la igualdad de razas.