Pablo Milanés no ha dejado de crear durante el aislamiento por la pandemia de coronavirus. En medio de sus numerosos proyectos, el notable músico cubano acaba de estrenar en su canal de YouTube una versión a guitarra y voz de su clásico “La vida no vale nada“.
La respuesta a la canción publicada en la mañana de este miércoles ha sido unánime. Cientos de usuarios de las redes sociales han agradecido al trovador esta versión de un tema que ha trascendido en el tiempo y es todo un emblema de la música cubana.
El trovador considera que esta canción proviene de su propio dolor, que es, en verdad, el dolor y la incertidumbre de todos.
“En ella canto a mi propio sufrimiento y a la frustración de no poder hacer nada, solo esconderme y no dar mi vida si fuera preciso, tal y como dice la canción, por todos los que están sufriendo, los que no pueden defenderse”, señala a OnCuba el trovador.
“Al mismo tiempo es una reflexión para los ‘poderosos’ del mundo: que no valen bombas ni misiles para salvar ni destruir a la humanidad, que un simple virus nos puede matar a todos y lo que hace falta es la unidad del planeta para sobrevivir, porque en un futuro podemos desaparecer y será por la propia naturaleza que se cobró todo el odio que le volcaron sin consideración“, agrega el fundador de la Nueva Trova.
Pablo se encuentra en su casa junto a su esposa y manager Nancy Perez cumpliendo con severidad todas las medidas establecidas para evitar el contagio con el coronavirus. Dice que acude al amor para pasar los rigores de este tiempo de confinamiento, que lo obligó a posponer su gira mundial titulada “Esencia“ y la grabación de otros proyectos discográficos.
Le pregunto cómo sobrelleva esta etapa de cuarentena en la que viven millones de personas en todo el mundo. “Con amor, paz, disciplina, paciencia, tolerancia, que son premisas con las que podemos aguantar meses si es preciso”, me responde vía Whatsapp.
El trovador volvió a la guitarra a petición de su hija Haydée Milanés durante la grabación del disco Amor, en el que la cantante grabó temas antológicos de su padre junto a otras canciones menos conocidas. A partir de ahí, el músico ha retomado en varias ocasiones este instrumento, que había dejado por algunas molestias en sus manos.
Pablo estrenó “La vida no vale nada” en 1976 como parte del disco de mismo nombre, en el que aparecen otros clásicos de su repertorio como “Para vivir”, “Yo pisaré las calles nuevamente,” y “El tiempo, el implacable, el que pasó”.
PABLO SI PUEDE HACER ,QUE SE UNA A LAS VOCES QUE RECLAMAN EL FIN DEL BLOQUEO COMO HISO DESEMBER BUENO