Estamos sufriendo, explicó, “una crisis en ese aspecto, delimitaciones en cuanto a tener base musical, con la clase de riqueza que tiene Cuba, y estamos empantanados en uno o dos ritmos. Para mi gusto no vale la pena”.
Pablo Milanés esbozó con pocos sencillos su disco Renacimiento, en el habanero Centro Cultural El Sauce. Con Amor de otoño y Dulces recuerdos sedujo el pasado viernes a un auditorio que le reclamó no solo lo nuevo del cantautor, también aquellas historias que como hombre de estos tiempos, refleja en sus canciones.
Es que en Milanés se condensa la poesía con esa mirada racional al entorno, que nos devela con una voz melodiosa y que se reverdece con el paso del tiempo. Por eso disfrutarlo en Yolanda y El breve espacio en que no estás resulta siempre tan placentero. En ellos están intactos, como en todas sus obras, esos ejes simetrales que guían su estética.
Pensaba en ello cuando el cantante nos deleitaba en El Sauce, respondiendo a una invitación del actor Luis Alberto García, quien conduce uno de los espacios nocturnos de ese centro cultural. No pude evitar acercarme a Pablo, tras esa presentación memorable e indagar sobre sus secretos para conservar una voz tan melodiosa, o para que hablar sobre sus proyectos más inmediatos.
“No soy una persona que sea sistemáticamente cuidadosa”, contestó el autor de Para vivir a aquella interrogante que indagaba sobre su manera de ejercitar la voz. “No soy cuidadoso ni con mi salud, ni con mi cuerpo. Lo que pasa es que tengo mis métodos ancestrales de cuidados, algunas cosas que pueden sobrevivir en mi persona y una de ellas es la voz”, aseguró.
Será el teatro Mella de La Habana el escogido por el cantautor para presentar Renacimientoeste 28 y 29 de diciembre. Así, llega a la Isla el último de sus álbumes, de la mano de la disquera Bis Music, que lo distribuirá en Cuba.
“En el Mella quiero que la cosa sea más reflexiva y que escuchen todas las obras”, dijo Pablo, a la vez que adelantó que el disco cuenta con diez sencillos, cuya base musical está anclada en ritmos muy cubanos como la conga, el changüí y el danzón, entre otros.
El trovador se propuso hacer un viaje por esos géneros, que considera olvidados y que sirven “de base para hacer buenas canciones”. Estamos sufriendo, explicó, “una crisis en ese aspecto, delimitaciones en cuanto a tener base musical, con la clase de riqueza que tiene Cuba, y estamos empantanados en uno o dos ritmos. Para mi gusto no vale la pena”.
Reflejan los temas de Renacimiento esa sensibilidad y agudeza del Milanés compositor. Así, el cantante confiesa que este es un fonograma que “considero muy serio dentro de mi obra”, pues se traza filosóficamente problemas que ocupan al cubano de hoy día, y que también preocupan a los seres humanos del mundo.
Siempre sorprendido con que la gente tenga esa receptividad hacia sus canciones, Pablo Milanés tiene muchas expectativas con este reencuentro con el público habanero en el teatro Mella. “Visito ciudades y pueblos intrincados, sin embargo, cuando actúo en Cuba es otra cosa, porque es el público que más quiero, que más adoro y más me entiende”, sentenció.
Simplemente PABLO, es para mi el compositor por excelencia,