El barrio de Las Letras –por la zona del Congreso de los Diputados y la fuente de Neptuno- es un lugar clásico para llevar a los amigos que vienen de visita a Madrid. Se le muestra al visitante la casa de Lope de Vega, los textos clásicos escritos en la calle y se siente que la caminata por la capital española eleva su nivel.
Más cerca de la también clásica estación de Atocha al barrio se le llama Huertas y –aunque queda alguna última frase célebre bajo nuestros pasos- lo que más abundan son los bares caracterizados; lugares que tienen poco sentido a la luz del sol, son corrientes a las primeras horas de la noche y resplandecen en la madrugada.
En uno de esos locales de lo mejor de la bohemia pensante madrileña estará este viernes 14 Pavel Urquiza. “Ni tan tarde” reza el santo y seña del punto de encuentro, proclamándose moderado ante la clara vocación noctámbula de la zona.
Hace poco más de un mes estuvo Pedro Luis Ferrer en el espacioso sitio, un punto de encuentro básico para los que amamos la canción de autor. Aunque fue inaugurado hace menos de un año –el primero de diciembre de 2012- sería bueno que alcanzara larga y hermosa vida. Apostar por dos creadores tan legítimos como Pedro Luis y Pavel es un buen síntoma.
Escribo en el título Pavel y Claudia y sé que muchos asociarán enseguida el nombre de él más el de una dama con ese formidable dúo de Gema y Pavel. Madrid, La Habana y Miami fueron sólo tres ciudades en las que se impuso su discografía original, carismática, profunda.
Claudia Gómez, la artista colombiana que compartirá escenario con el cubano en Huertas 53, junta en su rico quehacer profesional la investigación paciente y la actuación diáfana ante el público. Claudia ha ahondado en la música tradicional y sus vínculos con las raíces culturales. Por ejemplo, en su trabajo Los romances del río Atrato entrelaza la historia sonora de la España medieval con las tradiciones más puras de América y África.
La labor como compositor e intérprete de Pavel está signada también por un constante entrar y salir de los géneros clásicos cubanos. Su desempeño –como la de otros creadores de su generación- ha enriquecido el poderoso caudal del bolero, la guaracha, hasta una forma moderna pero esencial de asumir el son o la rumba.
No es casual que se hayan dado cita estos dos creadores en la arrancada del calor madrileño. Anuncian que seguirán hacia Alemania para una gira. Convendría que pongan rumbo al Caribe porque –parafraseando al brillante sonero Cándido Fabré- “La Habana quiere disfrutar con ellos”.