René Pérez Joglar (San Juan, 1978), conocido mundialmente como Residente, hace un par de semanas comenzó su gira mundial para presentar su segundo álbum en solitario, Las letras ya no importan. Desde el anuncio, las expectativas se dispararon; el boricua no lanzaba un disco ni realizaba una gira desde hace siete años, cuando publicó Residente, su debut en solitario.
Lanzado el 22 de febrero de 2024 bajo los sellos Sony Music Latin y 5020 Records, Las letras ya no importan es un álbum con una base de puro rap latino y contiene una sinfonía de versos y ritmos que exploran el existencialismo, la salud mental y el exitismo. El ex Calle 13 se entrega a la introspección, revela sentimientos, miedos, preocupaciones y frustraciones.
Para dar vida a las 23 canciones que componen su fonograma, René reunió a artistas de diferentes partes del mundo, incluidos Ricky Martin, Rauw Alejandro y Vico C de Puerto Rico; Big Daddy Kane, Jessie Reyez, Arcangel, Nino Freestyle, Christian Nodal, Penélope Cruz, Silvia Pérez Cruz, WOS, Amal Murkus, Ibeyi, SFDK y el rapero AI2, El Aldeano.
Acompañan el álbum varios videoclips lanzados paulatinamente, todos dirigidos por el propio Residente, como “This Is Not America”, “René”, “Quiero Ser Baladista” (con Ricky Martin), “Problema Cabrón” (con WOS), “Ron en el Piso” y el más reciente, “313”, con Penélope Cruz y Silvia Pérez Cruz.
Desde el lanzamiento, el disco ha recibido excelentes críticas. Obtuvo certificación de oro en México por sus ventas y debutó en el número 2 de la lista “Top Albums Debut Global” de Spotify. Además, ha sido nominado en los Latin Grammy 2024 en las categorías de Álbum del Año, Canción del Año y Mejor Video Musical.
“A sus casi 46 años, el rapero nos ofrece un álbum que destaca en su legado, sobre todo por su carácter íntimo y trascendental, que va mucho más allá de la necesidad de ser una obra comercial”, señala una crítica de la revista especializada Rolling Stone.
Luego de recorrer España y Estados Unidos, Residente llegó a Buenos Aires el fin de semana para ofrecer dos conciertos en el estadio Movistar Arena.
El escenario estaba dividido para representar la dualidad de su protagonista: a un lado, un atril con el nombre “Residente”; al otro, “René”. Al fondo, dos escaleras, cada una con su propio sentido artístico. En la primera, María Emegé, con pincel en mano, plasmaba en tinta negra los gestos y movimientos del cantante; en la otra, la actriz Larissa Dones, con una máquina de escribir, hacía como si tecleara las letras en tiempo real. Todo el montaje, como un videoclip en vivo, se proyectaba en una pantalla gigante, fusionando arte visual y música.
El protagonista de la noche apareció en el escenario y se sintió un estruendo. 15 mil personas llenaban el recinto. A lo largo de 2 horas de concierto, la marea humana regalaría ecos de este momento. El cantante no vestía los habituales pantalones deportivos ni mostraba el torso desnudo con frases de protesta, como en los años de Calle 13. A sus casi 50 años, Residente optó por un atuendo sobrio: chaleco negro, camisa blanca y pantalón. El vestuario era parte del espectáculo, cada detalle era parte. Rompía cualquier formalismo con su característica gorra con la “R”. A pesar de los años y la escenografía, la rebeldía y el espíritu contestatario permanecen intactos, más profundos y maduros.
Con ojos cerrados y aferrado al micrófono, el músico empezó a cantar desde el atril de “René” la canción homónima:
Desde pequeño quería ser beisbolista, no llegué. / Así que aprendí a batear hits por encima de una pista.
El público coreaba entre lágrimas. La conexión era fuerte, cada verso desataba una forma de catarsis colectiva.
La banda que lo acompañó tuvo a Kianí Medina como voz principal. Daniel Díaz, en la percusión; Leo Genovese, con destreza en el piano y los teclados; las guitarras de Elías Meister y Justin Purtill complementan perfectamente la instrumentación. El Estepario Siberiano, en la batería, aporta energía y dinamismo, mientras que el cello de Helen Newby introduce un toque de elegancia.
Residente continuó con el nuevo disco, presentando un popurrí de temas: “El Pecador”, “Baladista”, “Pa’ divertirme” y “Yo no sé pero sé”… A través de la música no solo repasó su trayectoria, sino que además mató metafóricamente al René del pasado con la poderosa “Ron en el piso”. En la canción, sin embargo, el rapero masca la nostalgia:
Mientras amanece, / queriendo hacer las paces con mi hermano, / a ver si vuelve Calle 13. / Con el horizonte rojo, / escribiendo hasta que la madrugada / me queme los ojos.
El momento fue ideal para compilar algunos de los grandes éxitos de Calle 13: “Baile de los pobres”, “No hay nadie como tú”, “Cumbia de los aburridos”, “Atrévete”, “El aguante”, “Muerte en Hawaii” y “Vuelta al mundo”.
La mayoría de los asistentes eran muy jóvenes. Algunos de ellos ni siquiera habían nacido durante el apogeo de la banda, y muchos eran aún pequeños cuando, en julio de 2014, Calle 13 anunció su disolución. Cada miembro exploraría caminos personales.
Sonó después “Guerra”, del disco Residente:
Hoy las lágrimas lloran antes de morir / Y a los libros de historia los pongo a escribir / Que le tiemblen las piernas al planeta tierra / Hoy yo vine a ganar / Y estoy hecho de guerra.
Luego fue el turno de “This Is Not America”, un tema que aborda los abusos y sufrimientos en el continente, preparando el terreno para un himno de Calle 13: “Latinoamérica”.
La emoción continuó creciendo en el estadio con “Ojos color sol”, la hermosa colaboración con Silvio Rodríguez. Posteriormente, Residente interpretó “Desencuentro”, “Que fluya”, “Fiesta de loco”, “Portarnos mal”, “Problema cabrón” y “El futuro es nuestro”.
Para cerrar, después de dos horas intensas de música y emociones, eligió “313”, un homenaje a Valentina, una fallecida amiga del artista. A través de versos íntimos y atmósfera melancólica, Residente explora la la pérdida. La voz de la española Penélope Cruz resonaba por los parlantes mientras la cantante catalana Silvia Pérez Cruz aparecía en el escenario: “Y no quiero que se acabe, / eres tanto que no cabes”, dice el estribillo del sentido tema.
La gira de Residente continúa por Montevideo, Santiago de Chile, Lima, Bogotá, Quito, Ciudad de México, Ciudad de Guatemala y San Salvador, antes de finalizar en su natal San Juan, Puerto Rico, el 7 de diciembre.