Suicidal Tendencies hace temblar La Tropical

Suicidal Tendencies. Foto: Enrique Smith.

Suicidal Tendencies. Foto: Enrique Smith.

El concierto de Suicidal Tendencies transcurrió según los cálculos. La banda, nacida en Venice Beach, California, en 1981, reunió a miles de seguidores del punk hardcore y el metal en una noche  que permitió el rencuentro con sus raíces al baterista de origen cubano, Dave Lombardo.

“Yo nací aquí, ahí mismo en Hijas de Galicia y hace años quería regresar para encontrarme con ustedes y tocar en mi país. A partir de ahora quiero hacer un pequeño puente entre Cuba y Estados Unidos y traer más bandas”, dijo el drummer, quien se hizo leyenda en la artillería de la agrupación estadounidense de thrash Slayer, y propició esta presentación de la escudería californiana en tierra cubana.

“Si se piensa en la historia del metal, este sería el concierto más importante del género realizado en Cuba. Realmente el de Sepultura fue exorbitante, pero yendo a las raíces, Suicidal Tendencies marcó el cruce de las escenas del hardcore punk y el metal en los ochenta. Ello dio lugar al crossover thrash y la convirtió en un referente ineludible de esta cultura”. Esa fue una de las opiniones recogidas por OnCuba sobre la presencia de la alineación, que encontró en una fila interminable desde horas tempranas de la tarde a amantes del rock, metaleros, skaters y especialistas en estas corrientes.

Sepultura, sin dudas otra escuela del metal proveniente de Brasil,  tocó en Cuba para miles de personas en La Tribuna Antiimperialista José Martí en el 2008. Una década después, lo hace Suicidal Tendencies, en un concierto prácticamente sorpresivo, pues fue organizado en muy pocos  meses, con una escasa promoción en los medios nacionales,  y en  un contexto poco favorable para las presentaciones de grandes bandas de rock estadounidense en la isla.

Para no ir más lejos, poco antes de su desembarco en la escena cubana, el grupo Red Hot Chili Peppers, también de California, no llegó a celebrar el concierto que había previsto en La Habana para el pasado mes de marzo. Para algunos especialistas, fue producto de las nuevas restricciones impuestas a los ciudadanos  estadounidenses por el gobierno de Donald Trump; otros señalaron que respondió a los intereses comerciales de la banda, que no encontró un patrocinador que cubriera los gastos del show.

En el caso de Suicidal Tendencies, la razón comercial quedó aparte. La banda expresó que había corrido con todos los gastos, incluso que con su visita quería ayudar a la economía local. Lo de ellos, explicaron, era tocarle a los cubanos y darle a Lombardo la oportunidad de que se reencontrara con sus raíces.

El regreso para el baterista no pudo correr mejor suerte. Tanto que espera volver pronto, según dijo a los periodistas en una rueda de prensa en La Casa de la Música de Plaza, y remarcó luego, casi al finalizar una presentación donde el público pudo ver con sus propios ojos el desempeño del “padre del doble bombo”.

La banda cubana de metal, Zeus, fue la telonera  de los californianos. Su  frontman, Dionosio Arce, no defraudó y dejó todo listo para el debut habanero de esta una alineación que, pese a su veteranía, mantiene como el primer día la fuerza de su puesta en escena y de sus canciones, es decir, esos temas incendiarios con los que quienes llegaron, especialmente los seguidores del hardcore, hicieron crecer la rueda que respondía con la misma energía a la artillería sobre el escenario.

Mike Muir, el vocalista y fundador de Suicidal Tendencies,  dio muestras de su vitalidad y de su clareza en que la agrupación siga siendo un arma potente dentro del metal. Y en ello, sin dudas, tiene un rol el baterista Dave Lombardo quien, dijo, debe su estilo fundamentalmente a lo que aprendió de la conga y otros sonidos cubanos.

La banda, formada  además por los guitarristas Dean Pleasants, Jeff Pogan y el bajista Ra Diaz, recorrió el repertorio que ha presentado durante su más reciente gira mundial. No faltaron temas como You Can’t Bring Me Down, Possessed to Skate y Pledge your Allegiance, tres títulos que retratan las querencias de un grupo  que ha sido fundamental de la banda  sonora de la California de skaters, punks y metaleros.  Este show también empujó a las calles habaneras a miles de seguidores del rock que posiblemente nunca habían presenciado en vivo a una banda de punk  tan aceitada como ST.

Los estadounidenses respondieron a las expectativas con una energía brutal que fue correspondida por un público que bailó y sudó  y vivió la noche sabiendo que algo como esto ocurre muy poco en la vida de los rockeros cubanos.

Salir de la versión móvil