Timbalaye es una joven agrupación (alrededor de 7 años de creada, de ellos solo dos como profesionales) que enfrenta la rumba con un estilo muy propio que les ha proporcionado, en poco tiempo, resultados importantes dentro de un género que cuenta con muchos exponentes de probada calidad en Cuba.
El novel conjunto da sus primeros pasos en el mundo discográfico con Se partió el bate, ópera prima con la que resultaron ganadores del Premio Cubadisco 2014 en el apartado de Música folclórica, según los especialistas uno de los más reñidos del certamen.
Se partió… no es más que un homenaje de Timbalaye a los grandes rumberos de todos los tiempos, en especial a la rumba matancera, motivo latente en el guaguancó de Benigno Echemendía: Matanzas y sus Muñequitos, aunque según aclaró a OnCuba Nelson López, director del grupo, el disco desde el punto de vista genérico ofrece mucho más porque en él “trabajamos la rumba habanera y matancera en todo su conjunto, lo que hace que el material sea muy completo en ese sentido”.
En el álbum no solo están presentes el guaguancó, el yambú y la columbia, los principales estilos de la rumba, sino que aparecen también temas con influencias expresas de las culturas abakuá, en Cantando en el valle, y yoruba, en Columbia te traigo, títulos que manifiestan la raigal relación de la rumba y los rituales africanos.
Pero para Nelson el principal acierto de la placa es el diálogo continuo de la rumba con las sonoridades más actuales, en especial las de la música popular bailable cubana y la diversidad de enfoques logrado desde el punto de vista temático gracias a la variedad de autores.
“Esta relación se manifiesta en el uso del lenguaje, la singularidad de las temáticas y la manera en que hemos fusionado la rumba con elementos propios de la timba, la salsa y el reguetón”
En esto juega un papel muy importante el lugar de procedencia de la agrupación, ubicado en el barrio el Juanelo, en el municipio habanero de San Miguel del Padrón, una plaza fuerte de la rumba en la capital cubana. Timbalaye como todas las agrupaciones rumberas tiene su origen en los barrios, donde en su estado más puro se mantiene la tradición del género en el país.
“El primer propósito del grupo es el de desmarcarse del trabajo que hacen los demás conjuntos de rumba que hay en Cuba. Desde que surgimos nos propusimos sonar distinto, para así poder hacernos de un espacio dentro del género, que aunque variado tiene exponentes que defienden todas sus vertientes. Decidimos abrir el diapasón al integrar aspectos puntuales de la música popular bailable a nuestra manera de hacer rumba, de ahí que con toda intención aparezcan las fusiones en el disco.
“Mientras en la rumba el ritmo lo marca la clave, nosotros trabajamos sobre la base de una estructura más abierta instrumentalmente. Subimos el tono para la entrada de las voces, de los coros, a la hora de cambiar de coro, le damos mayor o menor intensidad al trabajo percutivo siempre con un propósito expreso que puede variar de acuerdo a lo que sucede sobre el escenario”.
Ya se considera que el conjunto tiene sonido propio, y, aunque con mucho camino por transitar, sus 16 integrantes consideran que falta mucho por evolucionar. Desde que se hizo todo el trabajo para este disco hasta ahora, confiesa su director, nos hemos superado mucho. “Creo que si lo volviéramos a grabar quedaría mucho mejor, pero seguiría con la línea de trabajo que desarrollamos en Se partió el bate, tiene mucho que ver con quiénes somos y lo que pasa ahora en cuanto a los textos y la música”.
Se partió el bate
1. Opening 0:45
2. Somos 5:03
3. Se partió el bate 4:13
4. Matanzas y sus Muñequitos 5:12
5. Criticador 3:55
6. Ay yo quisiera 5:01
7. Cantando en la valla 8:16
8. El girasol y la rosa 4:57
9. Columbia te traigo 4:46
10. Mi amada 4:07
11. La disputa 4:12
12. Pégate a la puntica 5:17
13. Pregúntale a Dios 3:39
14. Rumba con reguetón (bonus track)