Los músicos Jesús Chucho Valdés, Paquito D’Rivera y Arturo Sandoval se reencuentran este 9 de febrero en el Arsht Center de Miami para recordar a una banda legendaria: Irakere.
Con lo que de seguro será un espectáculo histórico, los músicos rinden tributo a la agrupación que fundaron en La Habana, en 1973, bajo el nombre yoruba de Irakere; y, en efecto, devino una “selva” sonora que cambió el rostro del latin jazz.
“¡Los sueños se cumplen! Feliz de anunciar que luego de 40 años de no tocar juntos Paquito D’Rivera, Arturo Sandoval y yo nos reuniremos para rendirle homenaje al proyecto que revolucionó la música cubana hasta el día de hoy”, escribió Valdés en Instagram, al compartir el folleto oficial del concierto, cuya boletería está toda vendida.
“La idea inicial fue celebrar los 50 años con los músicos fundadores del grupo que están vivos, pero no es fácil por problemas de visado”, manifestó el pianista en el programa del presentador Óscar Haza en la plataforma de streaming Mega Tv.
“No se puede hablar de la historia de la música cubana sin Irakere y es muy reconfortante saber que muchas generaciones alrededor del planeta son producto de nuestro aporte”, agregó el pianista y compositor de 82 años, que, incansable, no para de tocar en conciertos y festivales de jazz alrededor del mundo.
El fundador y director de Irakere, el primer grupo musical cubano en obtener un Premio Grammy en la categoría Mejor Grabación Latina, en 1979, por el LP Misa negra, confirmó que el cantante cubano Francisco Pancho Céspedes será el invitado de la especial velada en el Arsht Center de Miami.
Chucho, Paquito, Arturo
Chucho Valdés ha grabado más de 25 discos, algunos ellos excelentes como Misa Negra (1979), Live At Village Vanguard (2000), New Conceptions (2004), Chucho Steps (2011), Irakere 40 (2015), Mirror, Mirror (con Eliane Elias y Chick Corea) (2021) y su último trabajo discográfico I Missed To You (2023) con Paquito D’Rivera.
El maestro, que ha residido en España, Argentina y ahora en Estados Unidos, atesora hasta el momento cinco premios Grammy, cuatro Grammy Latino, y en 2018 recibió el Grammy Latino a la Excelencia Musical.
Por su parte, Paquito D’Rivera reconoció que Irakere logró captar la atención de un buen número de oyentes.
“Hemos logrado llegar a mucha gente. Eso es cierto”, señaló en el emotivo encuentro en el programa de Mega Tv.
“Parece que fue ayer que Chucho y Oscar Valdés me invitaran a formar parte de la creación del grupo Irakere. Celebrarlo 5 décadas más tarde, ¡se siente casi como un sueño!”, exclamó uno de los mejores saxofonistas del jazz contemporáneo a nivel mundial y ganador de seis premios Grammy.
Con nueve gramófonos dorados, el trompetista Arturo Sandoval resaltó su felicidad de poder tocar y celebrar el medio siglo de Irakere junto con dos de sus fundadores y amigos.
“Ha pasado mucho tiempo, pero la emoción y el deseo de hacer música es aún mayor que hace 50 años”, manifestó en el programa de Mega Tv el también ganador de seis premios Billboard y un premio Emmy.
Irakere: el nacimiento de un sonido único
“La mayoría de los músicos que formarían Irakere estaban en la Orquesta Cubana de Música Moderna, una especie de All Star que se armó en La Habana, en 1967”, contó Chucho Valdés en una reciente entrevista con el diario Clarín, de Buenos Aires.
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Previamente, ya sonaba un grupo que se llamaba Chucho Valdés y Su Combo, en cuya nómina aparecían Paquito D’Rivera y el guitarrista Carlos Emilio Morales, que luego estaría entre los fundadores de Irakere.
Según Valdés, la monotonía tomó las riendas de la orquesta, que se dedicaba a respaldar a cantantes.
“No tiene nada de malo ser acompañante, pero teníamos otros sueños, queríamos desarrollar nuestras ideas y nuestra propia música”, rememoró el líder de Irakere, padre de seis hijos, todos músicos, lo que acrecienta el valor una de las familias dinásticas de la música cubana, cuyo patriarca fue el gran Bebo Valdés.
Dionisio Jesús Valdés Rodríguez nació el 9 de octubre de 1941, en el pueblo de Quivicán, a unos 40 kilómetros al sur de La Habana.
Hijo de Bebo y de Pilar Rodríguez, pianista y cantante, a los tres años Chucho tocaba melodías que escuchaba en la radio y a los cinco comenzó el estudio serio del instrumento.
De maestros como Armando Romeu y Rafael Somavilla, directores de la Orquesta Cubana de Música Moderna, extrajo ideas para sus siguientes pasos en la música, marcados por la audacia de un compositor inquieto y técnicamente genial.
Jazz. De mal mirado a un festival internacional en La Habana
Desafiando las políticas y los corsets ideológicos de los años setenta, cuando el jazz era tachado por el oficialismo como una música venida del enemigo (Estados Unidos), Valdés finalmente crea Irakere para promover el jazz enrocado en la herencia africana de la música cubana.
El formato inicial de Irakere estuvo integrado por Chucho Valdés (piano, dirección y arreglos), Oscar Valdés (tambores afrocubanos y voz), Carlos del Puerto (contrabajo, bajo eléctrico), Paquito D’ Rivera (saxo alto, tenor, flauta y clarinete), Carlos Averhoff (saxo tenor, soprano, flauta y clarinete bajo), Jorge Varona (trompeta, trombón y percusión), Carlos Emilio Morales (guitarra), Bernardo García (batería y tambores batá), Jorge Alfonso “El Niño” (tambores batá), Enrique Plá (batería) y Carlos Barbón (güiro, chekeré y pandereta).
Su primer gran hit fue un bombazo: Bacalao con pan, todo un clásico multipropósito: Se podía bailar, escuchar y analizar gracias a su formidable mezcla de ritmos e instrumentos, tradicionales y eléctricos, que anunció lo que la banda prometía: Una selva de sonidos que conquistó las audiencias culturalmente más dispares y estéticamente más exigentes.