X Alfonso: La Fábrica de Arte Cubano, una sinfonía en constante creación

Festival Havana World Music en la Fábrica de Arte Cubano. Foto: Danay Nápoles.

Festival Havana World Music en la Fábrica de Arte Cubano. Foto: Danay Nápoles / Archivo.

En enero de 2014 pude entrevistar a X Alfonso cuando todavía Fábrica de Arte Cubano (FAC) era un deseo salpicado de cemento fresco en gigantes paredes desnudas. Transitábamos los espacios recuperados de las ruinas de una vieja fábrica en La Habana. X nos explicó el croquis de su sueño, en planta y en alzada; se veía exultante. “No puede salir mal”, nos dijo. “Esta es como la casa propia a la que uno le pone la mejor energía. No puede salir mal”, enfatizó.

Tres años después todos sabemos que FAC ha sido más que una buena idea.

 

Para mí la Fábrica sigue siendo nuestra propia casa. Digo “nuestra” y pienso en el equipo entero –como le decimos cariñosamente: la Fac-in-Band– y en el público que ha hecho de la Fábrica su casa.

Realmente se nos hace pequeño este gran espacio. Ampliarnos un poco más nos daría muchas posibilidades para exposiciones emergentes o conciertos de artistas muy famosos que nos piden tocar en FAC, y la sala de conciertos solo tiene capacidad para 250 personas. Imagínate cómo me puedo sentir cuando están tocando allí artistas como Usher, Dave Matthew, Chucho Valdés u otros, que podrían llenar un teatro como el Karl Marx…

Un recuerdo muy poderoso ha marcado la vida de FAC. El trovador cubano Santiago Feliú falleció tres días antes de dar su primer concierto en FAC.

¡Uf! Conocía a Santi desde mis 7 años. Era amigo íntimo de mis padres y no salía de casa. Cuando nos ceden la fábrica para el proyecto, estábamos con la idea de hacer un video clip. Le propuse filmarlo en uno de estos espacios vacíos e intactos de la fábrica, perfectos para la canción “Iceberg”, por el contenido del texto de este tema.

Él fue un genio, como instrumentista y como poeta, y me enfoqué en él. Decidimos poner solo dos luces, una banqueta, y él con su guitarra. Ese era el video.

Luego de filmar dimos vueltas por todo aquel lugar abandonado y me dijo: “Cuando esté terminada la Fábrica solo tocaré aquí, está será mi casa”.

Santi estuvo viniendo bastante por Fábrica antes de la apertura, que iba a ser el 13 de febrero de 2014. Un día antes, el 12 de febrero, falleció.

Silvio Rodríguez inauguró la FAC cantando “Para Bárbara”, de Santi. “Y no te dejaremos ir”, exclamó tras el último acorde del tema. Al otro día, en su memoria, hicimos un gran concierto donde lloramos sus canciones. Ese mismo día quedo inaugurada en la Nave 1 la Sala de conciertos “Santiago Feliú”. Y ahí vive él. Cada aniversario nos unimos todos y cantamos sus temas.

Foto: Danay Nápoles.
Foto: Danay Nápoles.

FAC es reconocido hoy como uno de los proyectos culturales más ambiciosos en Cuba. Además de los cubanos, miles de visitantes lo tienen ya como un sitio obligado, porque las noches de La Habana están impregnadas de FAC. ¿Se puede crecer más? ¿Hasta dónde quieren llegar?

Claro que se puede crecer cada día más; es la filosofía que llevamos al extremo. Tratamos de superarnos diariamente, aprendemos mucho de todos los que pasan por FAC con las críticas que nos hacen, las malas y las buenas.

También crecemos con los trabajos comunitarios. Con los niños y adolescentes creamos un interés mayor por el arte y su entendimiento. Ya este verano asistieron más de 1600 niños a los talleres. Eso nos hace crecer.

No sabemos hasta dónde queremos llegar, pero te aseguro que disfrutamos cada segundo el camino.

Pero FAC no solo despierta admiración. Sobre todo dentro de Cuba, algunos sectores y en algunos espacios públicos se ha visto con sospecha el proyecto por considerarlo elitista, alejado de la parte del pueblo cubano que menos recursos tiene. ¿Cómo responden ustedes a estas evaluaciones?

Todo el mundo tiene derecho a opinar. A veces hablan por desconocimiento, otras por repetición y otras por envidia. Así de claro. En Cuba cuando algo empieza a tener éxito, en vez sentir orgullo y ser parte de eso, empieza la jodedera y la mala onda.

Cuando se abrió Fábrica siempre se tuvo en cuenta y se pensó muy bien el precio de la entrada a 50 pesos MN, así como el del consumo dentro del espacio. Sobre todo para convertirlo en un lugar para todos.

Partimos de una experiencia común del equipo de cuando teníamos 20 o 25 años y andábamos del Coppelia al Malecón y del Malecón a Coppelia. Luego para la calle G y finalmente a dormir en Zapata y C –la estación de policía– porque se nos quedó el carnet de identidad en casa. De ahí la frase: “¿Cómo que pa’l camión?”.

¿Cuántos de nosotros hubiéramos querido tener una FAC para pasar la noche?

Ahora pregúntale a un muchacho cuyo ídolo es un reguetonero, ¿cuánto vale una entrada para verlo? Con esta filosofía y la investigación de los precios de los locales nocturnos en La Habana, tanto estatales como privados, nos dimos cuenta de que éramos la opción más económica para todos.

El precio de los demás locales depende de los artistas que toquen, y varían entre 15 CUC el mínimo y hasta 100 CUC, sin derecho a consumo. El precio de entrada depende de la popularidad del artista, popularidad otorgada precisamente por el pueblo que menos recursos tiene.

Ahora me pregunto: ¿cómo algunos sectores y en algunos espacios públicos ven con sospecha este proyecto? “En fin, el mar…”. En Fábrica se puede estar desde las 8:00 p.m. hasta las 3:00 a.m. con una programación de bandas de música, grupos de danza y teatro, exposiciones de artes plásticas, fotografía, moda, cine, arquitectura, diseño… ¡Y cuesta 50 pesos cubanos! No hablemos de los agros… ¿Quién entonces es elitista?

Sala de artistas (Nave 5). Foto: Ernesto Jiménez.

En el futuro, ¿podría haber otra sede de FAC en La Habana? ¿Qué aspectos repetirías y cuáles no? ¿Qué sería perfectible en este proyecto?

No creo que vayamos a tener ninguna otra sede. FAC es y será única porque lo que la hace especial es el esfuerzo y el amor de todo el equipo que trabaja ahí. Es una familia que pone todo en este espacio y, créelo, no es fácil. Es un hijo que va creciendo y aprendiendo a ser mejor, con obstáculos que se evaden y otros que te dan en la cabeza. A veces nos preguntamos cómo logramos hacer ciertas cosas. Con mucho sacrificio y con recursos propios –cosa a la que pocos están dispuestos: dar algo sin pedir nada a cambio.

Todo se puede perfeccionar y en eso trabajamos cada día.

Para X Alfonso como músico, como artista, ¿qué ha aportado FAC? ¿No ha sido un motivo de desconcentración respecto a su propia obra? ¿Cuál es el balance personal?

Para mí la Fábrica es como hacer 5 discos al año, 10 vídeos clips y un montón de trabajo que se disfruta, por supuesto. FAC es una sinfonía en constante creación y reflexión donde comparto experiencias similares a las que tengo para componer una canción, filmar o hacer una buena foto. Yo la considero una obra de arte, un cuadro que nunca terminas.

Aun así busco tiempo para seguir componiendo, escribiendo y haciendo arte. Nunca abandoné mi carrera; al revés, con todo lo que he aprendido ahora es mucho más fuerte que antes.

Talleres infantiles para niños de la comunidad. Foto: Larisa López.
Talleres infantiles para niños de la comunidad. Foto: Larisa López.
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