Cuando Omar Franco está sobre un escenario su corazón late con fuerza y es que la pasión con que da vida a sus personajes le ha permitido interpretar disimiles roles, con gran profesionalismo y entregar, al mismo tiempo su esencia de cubano que lleva consigo a cualquier parte del mundo.
Conceptos que envuelven a este actor que han conseguido que sus personajes trasciendan en el tiempo y sean reconocidos y apoyados por el público gracias a su talento y perseverancia para buscar nuevas historias y experiencias que nutran su creatividad.
Para uno de los protagonistas del espacio Vivir del Cuento tener la responsabilidad de mantener una carrera artística de 25 años ha sido un reto constante que lo asume con la responsabilidad que entraña esta profesión y con la humildad de creer que cada día comienza de cero.
¿Para definir tu obra prefieres el término de humorista o actor?
Yo diría que actor, la palabra es bien grande y a pesar de que me formé con grandes actores como Luis Alberto García, René de la Cruz, llegar a creerme que soy actor no ha sido fácil.
Mantener una carrera artística de 25 años ha sido un reto constante por todo lo que tienes que enfrentar, pero lo asumo con la responsabilidad que entraña esta profesión y con la humildad de creer que cada día voy a empezar de cero.
Cada actuación es un riesgo, porque el público normalmente te encasilla y aunque el personaje de Ruperto me ha llevado por los caminos del humor no dejo de interpretar papeles de corte dramático.
¿Qué parte del éxito de un actor viene del talento natural y cuánto está relacionado con el trabajo diario?
El talento es muy importante pero la dedicación y la entrega le otorgan al actor las herramientas para desenvolverse en cualquier medio y circunstancia que le depare esta carrera. Desde mi experiencia diría que el trabajo diario es el que hace al actor, ese andar constante es el que te aporta los recursos para trabajar en esta exigente profesión.
El espacio Vivir del Cuento ha logrado fidelizar al público cubano, ¿qué estrategias se traza el colectivo del programa para continuar cautivando a la audiencia nacional?
No es menos cierto que con el desarrollo de las nuevas tecnologías una parte del público se ha dejado seducir y se ha desplazado hacia esos medios de entretenimiento, pero defiendo la idea de que cuando los medios tradicionales brindan buenas propuestas logran cautivar a los televidentes.
El resultado del espacio humorístico Vivir del Cuento es parte del público que nos sigue y al cual constantemente estamos rastreando y del que nos retroalimentamos para llevar a la pantalla todos los lunes un capitulo decoroso.
Con varios años haciendo el personaje de Ruperto ¿Se ha traspasado algo de este hacia ti?
Aunque anteriormente yo había realizado otros personajes en espacios humorísticos de la pequeña pantalla este ha sido el que más ha calado en el público y el que más ha visibilizado mi carrera, no solo por las características del personaje sino también por pertenecer a un espacio que lleva varios años siendo el más popular de la televisión nacional.
Prácticamente me paso más tiempo siendo Ruperto y eso indudablemente hace que haya incorporado cosas del personaje a mi vida diaria, en ocasiones no me doy cuenta cuando soy Omar Franco.
Es más difícil hacer reír que llorar, sin embargo, muchas personas subvaloran el trabajo de los humoristas y lo ven como un arte menor. ¿Cuál es tu visión sobre este tema?
A nivel universal el humor sigue siendo el último escalón de la cultura. Como normalmente las personas que se dedican a esta profesión no pasan por la pirámide artística, vienen de ese mundo empírico, no se hacen tan creíble porque el leitmotiv del humorista es la sátira y eso crea en el pensamiento de muchos el subestimar este tipo de géneros.
Hacer reír es bien complicado y para mí ha sido mi mayor escuela a la hora de actuar y admiro a los actores que se desdoblan y que tiene la técnica suficiente para asumir e interpretar cualquier papel que se les presente.
¿Qué sucede con los personajes cuando se termina un proyecto?
Uno se encariña con los personajes que interpreta a lo largo de su carrera y que al final pertenecen a un momento de tu vida, nos pasamos meses preparándolos y dándole forma hasta que salen en pantalla. He tenido la suerte de interpretar personajes de diferentes medios y con disimiles características de los que me ha costado desprenderme como es el caso de los que interpreté en las películas Pablo y Penumbras.
Espero que en el caso de Ruperto dure mucho tiempo y que trascienda al tiempo porque se ha ido renovando y enriqueciendo con el paso del calendario. Comenzó siendo ocasional y se ha convertido en uno de los más demandados por el público a tal punto que se ha hecho popular en toda Cuba y en varias partes del mundo.
Lejos de los focos y de los escenarios, ¿cuáles son tus otras aficiones?
En el espacio que no tengo trabajo procuro dedicarle un espacio a la familia que es la base para que todos los proyectos funcionen con armonía. Reparto el tiempo entre ellos y mis otras pasiones que son el deporte, el domino y la lectura.
Cuando llegan la época de Juegos Olímpicos no hay quien me despegue de al lado del televisor, sigo al detalle las incidencias de este evento y las actuaciones de nuestros deportistas con los cuales tengo muy buena relación.
De hecho, una de las cosas buenas que me han sucedido en la vida, fue llegar al estadio de los Medias Blancas de Chicago por invitación de José Dariel Abreu en el juego entre esta novena y la que defiende la franela de los Mellizos de Minnesota.
Soy uno de los pocos cubanos que residen en el país que ha tenido ese privilegio de lanzar la bola en la misma lomita donde el presidente Obama lo ha hecho en par de ocasiones, fue una experiencia bonita porque pude ver cómo los peloteros cubanos triunfan en la mejor liga del mundo.
¿Con más de veinte años dedicados a la actuación, no le gustaría experimentar en la dirección?
Mi prioridad en estos momentos es la actuación, pero no descarto que pueda en un futuro dedicarme a trasmitir mis experiencias y mis conocimientos en el mundo de la interpretación. En nuestra televisión en la actualidad se está poniendo más énfasis en la dirección de actores y esto está tributando en mayor calidad de las producciones nacionales.
En este mismo momento lo que me mueva la fibra es darles vida a personajes y llevarle un mensaje al público que se sienta frente al televisor en busca de una propuesta que lo entretenga y le trasmita un mensaje para la vida. En este tema dejo la puerta entreabierta porque todo lo que esté relacionado con el arte, sea valedero y aporte a edificar una mejor sociedad cuenta con el respeto de Omar Franco.
MUY ACEPTADA OPINIÓN Y ARTÍCULOS