La vida de Omara Portuondo cuenta parte de la historia de la música cubana. Capturó la intensidad de las noches habaneras durante su reinado en el nacimiento del feeling con el cuarteto D’Aida, convirtió al famoso cabaret Tropicana en su propio paraíso personal ante un público que no podía quitarle los ojos de encima cuando interpretaba aquellas canciones llenas de glamour y amores perdidos, y se instaló en la primera fila del revival de la música tradicional con el Buena Vista Social Club.
Omara, a sus 86 años, tiene un ritual que la acompaña como una religión. Cada mañana mira el malecón desde su apartamento y toma el sol si “la agenda lo permite”. “Por otra parte, no fumo, ni bebo y trato siempre de cuidar mi salud”, comenta a OnCuba la llamada Novia del feeling, título ganado durante sus largas temporadas en clubes, cabarets y cualquier lugar que le permitiera descargar esas canciones que han sido crónicas vivas de la bohemia habanera.
Omara, leyenda viva, no se siente aguijoneada por los dardos de la nostalgia. Ha perdido amigos íntimos, ha tenido que reinventarse ella misma varias veces, y no ha podido evitar que se le escapen algunas lágrimas en pleno concierto recordando a Elena o a Moraima, compañeras de aventuras en el cuarteto D’Aida.
No obstante, ha impedido que el paso del tiempo pese sobre su carrera como una losa y sigue girando por medio mundo, grabando discos y colaborando con jóvenes músicos de la Isla.
“Extraño el cuarteto [D’Aida], las personas que ya no están, la música de esa etapa, el ambiente maravilloso, con tanto feeling. Pero pienso que sirvió para dejar un gran legado musical. Yo por mi parte sigo trabajando con jóvenes intérpretes cubanos que tienen mucho talento”, dice la señora Portuondo, quien lo primero que soñó fue ser bailarina clásica, y no lo logró porque no “aceptaban negros en el ballet”.
Ha grabado más de 30 discos, ganó su primer Grammy en el año 2009 y, después de permanecer varias décadas trabajando como solista, su nombre le dio la vuelta al mundo como La Diva del Buena Vista Social Club.
“No creo que el Buena Vista… no haya sido valorado en Cuba, pero sí fue más conocido y exitoso en el resto del mundo”, reconoce cuando le pregunto sobre la enorme popularidad ganada internacionalmente junto a otras glorias de la música cubana, como Ibrahim Ferrer, Rubén González, Compay Segundo, Pío Leyva y Barbarito Torres.
Omara afirma que su carrera se encuentra en una buena etapa. Y lo explica: “He grabado este año un disco, además de haber hecho colaboraciones con otros artistas cuyos discos se encuentran nominados a premios Grammy latino. Igual sigo girando con mi grupo por varios países”.
¿Qué proyecto de su carrera en los últimos años le ha gustado más?
Todos los proyectos son interesantes para mí. Por ejemplo, me dio mucho gusto haber trabajado con María Bethânia, ser la única voz femenina del conocido Buena Vista Social Club, haber grabado este año con Natalia Lafourcade, trabajar junto a Roberto Fonseca. Además, grabar mi último disco con Chucho Valdés y algunos más recientes, como mis presentaciones junto a Diego El Cigala y la cantante española Martirio.
¿Qué etapa define en su obra ese disco que grabó junto a Chucho Valdés, en 2011?
He grabado dos discos con Chucho, cada uno en la época que se nos ha dado la oportunidad, no creo definan una etapa, creo que fue una excelente idea que hayamos grabado juntos porque los dos lo disfrutamos mucho. Chucho es un excelente músico que heredó el talento de su padre Bebo Valdés, a quien también admiré y quise mucho.
¿Cómo ha sido para usted ser una mujer y defender su música en los escenarios cubanos e internacionales?
Ser mujer no me ha impedido hacer lo que hago, que es cantar, algunas veces no ha sido tan fácil, pero lo importante es que he podido llevar nuestra música a muchos rincones del mundo.
¿En qué trabaja ahora?
Sigo cantando, he dado conciertos en Perú, Colombia, ahora regreso a México, después Brasil y, por supuesto, en algunos lugares de La Habana como en el Hotel Nacional. Grabé un disco este año con la discográfica EGREM producido musicalmente por Alain Pérez, que aún no ha salido. Con Sony Latin Music, grabé también un tema a dúo con Julio Iglesias. Inauguramos también un espacio que viene siendo la realización de un sueño mío o antiguo anhelo, llamado La Covacha. Será un pequeño escenario en medio de un ambiente muy cubano donde podremos disfrutar noches de canciones, acompañadas con una selecta oferta gastronómica y del bar, algunas inspiradas en mi propio gusto.
¿De qué se arrepiente?
De nada.
¿Tiene tiempo para escuchar música entre tantos compromisos?
Siempre que puedo miro los programas musicales.
¿Con qué músico cubano se ha sentido más identificada?
Primero con Aida Diestro, Bola de Nieve, Orlando de La Rosa, Rita Montaner y muchos otros.
¿Existe alguna intérprete cubana que le recuerde su paso por D’Aida?
Ninguna específicamente, aunque hay muy buenas cantantes jóvenes con talento, pero sí aliento a las nueva generaciones a que estudien y se superen, ya que tienen la oportunidad de hacerlo, que yo no tuve por ser pobre, a pesar que me hubiese gustado mucho aprender a tocar piano y dar clases de canto.
¿Cuáles son sus expectativas sobre su próxima gira con El Cigala?
Una vez más he sido invitada por él, que cuenta con un estilo muy particular y una hermosa voz. El año pasado ya hicimos una exitosa gira por Europa, espero que estos conciertos en México no sean menos y que el público lo reciba con el mismo amor y respeto que nosotros le brindaremos.