Anoche Pablo Milanés llegó al Karl Marx para regalar lo que todos sabían que verían, escucharían y aplaudirían: un concertazo. Con un teatro a reventar, el cantautor de 75 años hiló un espectáculo donde repasó su carrera artística desde sus inicios hasta hoy para las 5 mil personas presentes.
Acompañado de su formato actual, integrado por Sergio Félix Raveiro “El indio” en el bajo, Miguel Núnez al piano, y Osmani Sánchez en la percusión, Milanés interpretó clásicos de su repertorio con nuevos arreglos.
Con temas como “De qué callada manera”, “Ya se va aquella edad”, “No ha sido fácil”, y “Ámame como soy”, Pablo transportó a muchos a otros “Años”, haciéndoles recordar “El primer amor”. Entre clásicos se movieron las dos horas de concierto, aunque no faltaron canciones más nuevas para regalar así nuevos sonidos a La Habana, esta ciudad “Vestida de mar”.
La Habana fue el motivo, la inspiración, pero también su gente, su público, el que según él mismo más quiere en el mundo, en especial el de esta capital, porque “los habaneros tienen un criterio muy musical, muy profundo, y conocen mi música desde hace años así que la juzgan con toda serenidad, sin fanatismo”, declaró a EFE en una entrevista.
Para ellos subió a escena a Carlos Varela, con quien compartió además “Los días no volverán”. También estuvo Pancho Céspedes, muy querido por el público cubano y que deleitó a todos con “La felicidad” y “Para vivir”.
Pablo Milanés dejó espacio a los más jóvenes en temas como “Días de gloria”, donde se hizo acompañar de Marina Núñez, chelista e hija del pianista que lo acompaña hace más de 30 años. En un arreglo para piano y chelo sonó esta canción que levantó al público de sus asientos.
Además, acompañaron a Pablo en el escenario Maykel González y Roberto García en la trompeta, y Emir Santa Cruz en el saxo, dándole una sonoridad fresca a las canciones, pero sin perder sus esencias.
Otro temas fueron “Amor que cantas la noche”, poema de Sandra Pérez musicalizado por Pablo Milanés, y el clásico “Yolanda”, donde el público se soltó a cantar una vez más, porque es imposible intentar detenerse ante tanta poesía, más cuando se tiene a su autor frente.
El concierto fue filmado para un DVD que Universal lanzará próximamente, otra muestra de que Pablo está en plenitud creativa, teniendo en cuenta que tiene entre manos un proyecto de disco de standards de jazz americanos, y un álbum de salsa con temas fundamentales de su discografía y otros creados especialmente para esa producción.
“El breve espacio en que no estás” fue poniendo fin a la noche, que cerró con un “Amo esta isla” a teatro de pie, eufórico y conectado con el artista y sus realidades porque “El que nació en el caribe, / goza de una facultad, / al sentir su libertad, / se identifica y la vive, / al cambiar la que lo inhibe, / por su mar, por su palmera, / una eterna primavera, / o un sol que entra en su piel, / va sintiendo que no es él / y pierde hasta su bandera.”