Aunque el éxito del cortometraje Oslo (2012) podría definir el estilo que seguirá el joven realizador Luis Ernesto Doñas, al parecer no será así. Según confiesa, “lo tomé como un punto de partida para hacer cosas más arriesgadas”.
El estreno de La Trucha (2013), material con el cual se gradúa como director de ficción en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV), dice lo contrario.
El cortometraje versa sobre Pilar, personaje que lleva una doble vida: de día es maquillista y vestuarista en el Ballet Nacional de Cuba, y por las noches se convierte en Gloria la Trucha, humorista que presenta sus shows en fiestas privadas.
El guion, escrito por el joven dramaturgo cubano Rogelio Orizondo, narra el encuentro entre La Trucha y Ramoncito, humorista que la desplaza en una de estas fiestas. A partir de ahí, comenzará una relación insólita entre ambas mujeres.
“El eje fundamental del cortometraje, que estuvo presente desde la génesis del proyecto, es la apariencia: cómo los cubanos sobreviven en dos mundos que coexisten en la sociedad actual. O sea, cuánto estamos dispuestos a ceder, en este caso haciendo trabajos que no nos gustan, para sobrevivir.”
¿Por qué te interesa la relación que existe entre mundos como el ballet y estas nuevos grupos?
“Son grupos que están coexistiendo ahora mismo en nuestra sociedad. El ballet es un tanto conservador; no cambia, su valor está precisamente en el no cambio. Mientras que estos llamados ‘nuevos ricos’ son más abiertos.”
¿Cómo tratas, desde la visualidad, estos dos mundos?
“En el corto no pretendimos retratar la sociedad cubana tal cual, no es un documental. Las situaciones están llevadas al extremo. Los ambientes son muy estilizados. Los espacios fundamentales son un teatro, donde prima la madera, los tonos oscuros, la idea de vejez; y un condominio, donde prevalece el blanco, un ambiente antiséptico, frío.”
El trabajo de la protagonista es esencial…
“Desde el principio queríamos un rostro nuevo, o no muy conocido, alguien que el público no asociara necesariamente con este tipo de trabajos. Edith Massola es una actriz que descubrí en este corto, y con la cual espero seguir trabajando. Creo que ha sido muy subvalorada por el cine cubano, y espero que después que la vean en La Trucha eso cambie.”
“Yo sabía que era muy buena haciendo caracterizaciones, pero me sorprendió su capacidad interpretativa. Como director, quería que su personaje transmitiera sobriedad, verdad; y lo hizo muy bien. Ella tiene una formación como bailarina y cantante, o sea, estamos ante una actriz completa.”
“Si bien en Olso la dirección de arte y la puesta en escena es muy importante, en La Trucha quise enfocarme en el trabajo con los actores; de hecho, es lo que más me interesa hacer como director. Quise probarme haciendo un corto donde todo girara en torno a una actuación. En este caso también es más complejo porque es un doble personaje en una misma actuación; quería que fuera hecha desde lo interno, que no fuera una interpretación tan externa.”
“Mis amigos extranjeros señalan que los actores cubanos son muy exteriores, gesticulan demasiado; creo que gran parte de la responsabilidad de esto la tenemos los directores, no los actores.”
¿Qué otros actores intervienen en el corto?
“Todas son actrices que provienen del teatro. Alegnis Castillo interpreta a Ramoncito, un transexual que, como Gloria la Trucha, es humorista; una noche le quita el trabajo a ésta última, y en esa situación se conocen. Ramoncito es la contraparte de la Trucha, en ese encuentro se evidencia el conflicto entre estas dos mujeres, una de veinte años y la otra de cincuenta. Ellas entablan una complicidad porque, de cierta manera, una es espejo de la otra: tienen las mismas frustraciones, la misma necesidad de sobrevivir, desde dos generaciones distintas.”
“También intervienen Judith González y Daysi Forcade, como figuras principales del Ballet, a quienes asiste Pilar.”
“Básicamente lo que quería era, en medio del ambiente del ballet, establecer la rivalidad entre estas dos bailarinas; situación que se corresponde con la competencia que establecen Ramoncito y Gloria la Trucha, en este otro ambiente seudointelectual.”
Luego de una buena acogida en Cuba, Oslo compite en varios certámenes internacionales…
“Estoy muy contento por el recorrido que está siguiendo el corto, me tiene motivado; aunque tengo que confesar que lo tomé como un punto de partida para hacer cosas más arriesgadas. Cuando lo hice, sentí que lo tenía más controlado, más pensado. En La Trucha quise arriesgarme más en la puesta en escena y el trabajo con los actores.”
Escrito por: Ailyn Martín Pastrana
Fotos: Sergio Leyva