Roberto Romero: “El teatro y el cine son mis grandes amores”

El popular Alejandro de "El derecho de soñar" ha sido reconocido por sus actuaciones en varios medios, entre los que el teatro y la televisión ocupan plazas especiales. Conversó con OnCuba en exclusiva.

Roberto Romero. Foto: @luisfirst91/Instagram.

Lo mismo en el teatro, la televisión o el cine, cada interpretación de Roberto Romero deslumbra. Con una prolífica trayectoria en las tablas, su nombre adquirió popularidad en nuestro país a través de las telenovelas El derecho de soñar (2023) y Renacer (2024), producciones en las que demostró su madera actoral. En teatro se ha destacado en versiones de clásicos como Réquiem por Yarini y Las amargas lágrimas de Petra Von Kant, ambas bajo el cobijo de Teatro El Público. 

Egresado de la Escuela Nacional de Arte (Ena) en 2016 y de la Universidad de las Artes (Isa) en 2021, Roberto ha sido reconocido por sus actuaciones en el telefilme Delantero (2021) y las series De amores y esperanzas (2017) y Valientes (2022), entre otras.

Y es que para este actor, nacido en Pinar del Río el 5 de agosto de 1997, este oficio ha sido parte vital de su desarrollo personal. La actuación ha definido su vida. 

¿Qué descubriste en el arte dramático?

Soy muy tímido, aunque no lo parezca. Con esta profesión descubrí una manera de expresarme sin temor. La actuación me permite navegar por varias personalidades, según la que le corresponda al personaje de turno, y eso me da libertad. La timidez desaparece cuando estoy actuando. He descubierto una manera de liberarme a través de este arte. 

Desde tu etapa en la Ena has tenido varios maestros. ¿Quién ha sido tu mejor crítico?

Mi familia. También he tenido excelentes maestros. Todos los directores con los que he trabajado siempre han exigido lo mejor de mí. Esa preocupación con la calidad de mi formación y mi trabajo la agradezco mucho. 

Foto: Tomada del perfil en Instagram de Roberto Romero.

Debutaste en la televisión en la serie De amores y esperanzas. ¿Cómo fue ese primer acercamiento a la pequeña pantalla? 

Imagínate, fue romper el hielo en ese medio, que era totalmente desconocido para mí. Cuando niño había hecho cosas como presentador, pero nunca había trabajado en dramatizados. 

Lo recuerdo como esa primera vez. Tenía 17 años y tuve que pararme en un set con muchas personas alrededor. Aunque tuve la suerte de tener a la directora, Raquel González, llevándome con mucho cariño durante ese proceso, lo recuerdo como algo difícil para mí. Disfrutable pero muy difícil. 

Hoy, cuando veo un capítulo, quisiera hacerlo todo de nuevo; soy muy exigente con el trabajo. Nunca estoy conforme con mis resultados.

Formaste parte del elenco de la telenovela El derecho de soñar (2023). ¿Cómo te hace sentir que el público te siga asociando con el personaje de Alejandro?

Actúo y trabajo para sentirme bien, pero también para llegarle al público. Que me vean por la calle y recuerden el personaje me hace pensar que de alguna manera ese objetivo también se cumplió. Estoy muy contento con eso, con haber llegado a la gente y que se hayan identificado con Alejandro, que puedan encontrar en él enseñanzas para la vida. Estoy feliz porque la audiencia todavía lo recuerda. 

¿Este personaje marcó un antes y un después en tu carrera? ¿Sientes que se te exige más después de esta interpretación?

No sé si el público me exige más después de este personaje, pero yo sí lo hago. De cada cosa que hago intento sacar los aspectos que me gustaron y con los que quedé insatisfecho, trato de superarlos y hacerlo mejor.

¿En tu vida personal has sido más villano o galán? 

Sinceramente, no sé cómo me ve la gente que ha conectado con mi trabajo, pero considero que no he sido ni villano ni galán, voy por la vida a mi tiempo, tranquilo. 

En la puesta de “Réquiem por Yarini”, de Teatro El Público. Foto: @hex_photographer_pro/ Tomada de Instagram.
En la puesta de “Réquiem por Yarini”, de Teatro El Público. Foto: @mr_sad26_ph/ Tomada de Instagram.

¿Cómo ha sido tu relación con el cine? Háblame de la película El camino (2024).

Esa película ha sido una de las experiencias más bonitas que he tenido en mi vida, por el equipo y por la historia. Éramos un grupo de amigos trabajando en un largometraje. Empezamos a grabar en el año 2021 y retomamos dos años después. Todo el mundo tenía el mismo entusiasmo e ilusión del primer día de grabación. 

Fue un proceso hermoso en el que aprendí mucho. Nos ayudamos entre todos y siempre voy a estar agradecido por haber participado en este proyecto. Viví cada día como si fuera el último, porque sentí que El camino era un regalo que me estaban dando y que tenía que aprovechar. Esa fuerza y ese amor con el que se hizo la película se van a ver en la pantalla.

Con parte del elenco del largometraje “El camino” (2024). De izquierda a derecha: Andros Perugorría, Ángel Ruz y Eugenio Torrella. Abajo, Roberto Romero. Foto: Tomada de Instargram.

Desde que egresaste de la Ena te vinculaste al teatro. Si tuvieses que nombrar una obra que represente al teatro cubano, ¿cuál sería?

No pude disfrutar de ese tiempo dorado del teatro cubano, de las décadas del 1980 y 1990, de las que tanto se habla. Entonces el auge era mucho mayor y había muchos grupos presentando obras de calidad que todavía se recuerdan y son referentes para nosotros.

De las que he visto de ese tiempo te puedo mencionar Las amargas lágrimas de Petra Von Kant, una obra de la que estoy orgulloso y en la que pude participar cuando se repuso en 2018, dirigida por Carlos Díaz.

Como Petra von Kant, en la obra homónima de Teatro El Público. Foto: Tomada de Instagram.
Como Petra von Kant, en la obra homónima de Teatro El Público. Foto: Tomada de Instagram.

Cuando estaba en la Ena pude ver Delirio habanero (2006), dirigida por Raúl Martín. No sé si son las obras que han marcado el teatro cubano, pero las recuerdo con mucho amor y las adoro. 

Pude participar también en obras como El espejo (2017) y Equus (2019), dirigidas por Jazz Martínez Gamboa y Marian Montero, respectivamente. Son obras que llevo con cariño, no solo por haber participado en ellas sino porque me hacen feliz y me recuerdan el amor que siento por arte. 

Esas cuatro obras me llenan de amor y orgullo por el teatro cubano. 

¿Con qué actor que admirabas en tu etapa de formación has compartido escena?

Son muchos los actores que desde niño veía y admiraba, pero por ejemplo, en Las amargas lágrimas de Petra Von Kant tuve la grandiosa oportunidad de trabajar con Fernando Hechavarría, que fue mi maestro en la Ena y en el Isa y luego se ha convertido en mi compañero de trabajo, amigo y padre. Es un actor al que admiro muchísimo, tanto en el ámbito profesional como en el personal.

Con Fernando Hechavarría en el teatro. Foto: Tomada del perfil en Instagram de Roberto Romero.

¿Cuál es tu refugio en los momentos difíciles?

Mi trabajo, mi familia y mis amigos. A cada uno de ellos le debo quien soy ahora. Ellos me han brindado un abrazo, un beso, una sonrisa, una canción, una conversación que me han hecho este Roberto que soy ahora.

¿Qué aspectos del personaje de Ramsés, en la telenovela Renacer, te costó concebir?

El personaje de Ramsés ha sido una complicación total para mí, pero uno de los aspectos más difíciles fue exactamente su personalidad. Tenía que transmitir con mi cuerpo una personalidad teatral, espectacular, y traducirla para la televisión. La respuesta se fue encontrando por el camino.

¿Qué cualidad comparten los actores de la telenovela Renacer?

El deseo de hacer en una situación tan difícil como la que hoy vivimos, que también impacta a la televisión, donde hay que reinventarse a cada momento. 

Estoy muy orgulloso de cada uno de mis colegas. Respeto el trabajo de todos los actores que hacen televisión en Cuba, porque cuesta, y aun así ellos se entregan para que el trabajo quede lo mejor posible, a pesar de que muchos factores atentan contra la creación.

¿Cuál es el mayor sacrificio que harías si el guión lo exige?

Si el guión me atrapa, me enamora y me impulsa, haría el sacrificio que fuese.

¿Tocas puertas para gestionar oportunidades laborales o esperas que te convoquen?

Normalmente no soy de los que tocan puertas, pero sí lo he hecho cuando algo me interesa. No veo nada malo en presentarse. El resto queda de parte del director, pero tiene que saber que estás disponible. Tocar puertas no es lo que suelo hacer, más bien trabajo en mis grupos, en el teatro, pero si tengo ganas no me limito en lo absoluto. 

En la puesta de “Réquiem por Yarini”, de Teatro El Público. Foto: @mr_sad26_ph/ Tomada de Instagram.

¿Se hacen amigos en esta profesión o solo compañeros de trabajo?

Se hacen compañeros pero también muy buenos amigos. La actuación, al ser una profesión que trabaja con las emociones humanas, te permite ver la esencia de cada persona. He tenido la suerte de hacer excelentes amigos con los que he compartido procesos duros en los que si uno tiene una necesidad el otro lo ayuda. En los procesos creativos reconoces esas almas que te van a acompañar para toda la vida.

¿Qué proyectos te gustaría explorar?

Me gustaría hacer más cine, es el otro medio, además del teatro, en el que la creación y arte son más importantes, porque lamentablemente en la televisión, como hay un plan de rodaje que cumplir, todo tiene que ser un poco más rápido. A veces se descuida un poco la creación, que es para lo que se está trabajando. 

El teatro y el cine son mis grandes amores, y ahora mismo me encantaría hacer más cine.

¿Has construido tu carrera con decisiones o esta ha dependido más de las ofertas laborales que has recibido? 

En un primer momento quería trabajar, sí o sí, y por supuesto hacia todos los proyectos que me proponían, aunque estuviera involucrado en varias obras de teatro a la vez.

Si me proponían hacer algo en televisión lo hacía, porque necesitaba entrenamiento. La actuación es una profesión en la que se estudia todo el tiempo, ya sea en la academia o en la misma vida, observando el comportamiento de las personas en la calle. No se para de aprender en este oficio.

Al inicio de mi carrera lo que realmente necesitaba era entrenamiento, y lo sigo necesitando, solo que ahora me gustaría poder escoger las cosas que me apasionan. 

He sido feliz por todos los trabajos que he hecho y por todos los sacrificios y riesgos que he pasado, pero creo que ha llegado el momento de elegir a qué le voy a dedicar mi tiempo y mis ganas.

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