Puede decirse que la próxima edición del Festival Internacional de Teatro de La Habana será una gran feria de las artes escénicas. El evento contará con la participación de 20 naciones y 73 agrupaciones con más de 75 espectáculos, además de los talleres que impartirán el norteamericano Peter Goldfarb y la franco-chilena Evelyn Biecher, y numerosos programas teóricos colaterales.
Entre lo más destacado de la muestra internacional que se presentará en el país a partir del 25 de octubre se hallan los proyectos conjuntos entre Estados Unidos y Cuba Ana en el trópico, de FUNDarte y Teatro El Público, y El caso de la Luna, del Artefactus Cultural Project. También de Norteamérica provienen Montera (Dragones en el andamio) y La Diva (Ana Asencio), ambas en colaboración con España.
El teatro chileno, que muchas otras veces ha marcado pauta en nuestros escenarios, viene en esta ocasión en coproducciones con Alemania y Francia. Son los casos de Calcetines, mentiras y vino (del ya conocido en Cuba Álvaro Solar) y de Frag No.3 Aproximación a la idea de desconfianza (PitouStrash Company y Evelyn B.).
En palabras de Julio César Ramírez, actor y Director Artístico del evento, en este Festival confluyen con mucha fuerza los unipersonales, pero también “las muestras performativas, grandes musicales, revisión de clásicos, autores emergentes, tecnologías y dispositivos que complementan escenarios, piezas para espacios abiertos, narraciones e ideologías de nuestras disímiles culturas, ficción o documentación de nuestras sociedades, búsqueda de públicos heterogéneos, y una curaduría signada por el delicado homenaje al maestro Stanislavski”.
El también director artístico del evento, Noel Bonilla destacó que durante esos días habrá un segmento en tiempo y espacio dedicado a la puesta de obras que han alcanzado premios nacionales en otros encuentros. Entre ellas se encuentran Se durmió en los laureles, de Teatro papalote; El flaco y el gordo, de Pequeño Teatro de la Habana; y La legionaria, dirigida por Pancho García.
Si bien es cierto que la muestra nacional no se compone de casi ningún estreno, Bonilla destacó en ella a Antigonón: Un contingente épico, de Teatro El Público. En el caso del teatro para niños, quizás las únicas obras que no estuvieron participando en el pasado Festival de Teatro de Camagüey son Alicia en busca del conejo blanco, de Teatro de las Estaciones y Los pintores, una propuesta de los más jóvenes integrantes de Teatro Escambray.
La sección teórica del Festival ofrecerá la oportunidad de conocer sobre las experiencias estéticas en la voz del Dr. Benjamin Wihstutz, de Alemania; sobre la presencia de Stanislavski en el teatro cubano, intervención a cargo de Norge Espinosa; y, entre otros temas, sobre la dirección teatral experimental y joven, con las intervenciones de varios dramaturgos presentes en el evento. También en ese espacio tendrá lugar el Foro UNIMA CUBA, sobre los motivos titiriteros para dialogar y la evolución visual de ese teatro.
Esté atento entonces, para cuando escuche el nombre de Ana Karenina, sepa que se ha inaugurado el 15 Festival Internacional de Teatro de la Habana en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba.