El determinismo espacial puede ser muy traicionero. Estar cerca en el espacio no implica necesariamente proximidad: se puede, a la vez, estar muy lejos en términos de información, de visiones y nociones… Tal es a menudo el caso de países como Cuba y Estados Unidos, separados por un cerco mediático que distorsiona, deforma o aleja la imagen de uno ante el otro, bien sea por exceso o por defecto de cualidades, valores o características determinadas. Se tiene, pues, en la circunstancia de la cercanía espacial, una enorme distancia en lo simbólico, en las representaciones. Así, surge un empeño por acortarla, justamente, “cerrándola”.
Closing Distances (Cerrando distancias) es una gira que se realiza como parte de Cuba´s Media Project –sección cubana de America´s Media Initiative (AMI) –, y tuvo su primera edición el pasado año, con un recorrido por las provincias Camagüey, Cienfuegos y Holguín. Este año, con inicio marcado para el 17 de mayo, sería una continuidad de la anterior.
Los dos extremos
Se realiza anualmente una gira de realizadores cubanos por universidades de Estados Unidos, de modo que esta sería el complemento, la actividad recíproca.
El objetivo de este proyecto no es otro que visibilizar perspectivas de realidades estadounidenses que la gran industria desconoce, dejando espacio solo a un tipo de producto que reproduce un patrón. Cerrando Distancias permite llevarle al público cubano materiales que rompen con este designio, y propicia un debate en torno a los temas que aborde el material audiovisual que se muestra.
En esta edición se decidió –tal como pasa en la gira de cubanos en Estados Unidos–, que los realizadores acompañaran la muestra de su obra, para enriquecer el debate. “Son ellos los más indicados para polemizar en torno a cómo trabajaron, movidos por qué inquietudes…”, comenta Jesús Hernández Bach, productor de la gira.
Por esa razón, está en Cuba Minda Martin, profesora en la Universidad de California, autora de una amplia filmografía documental de corte autobiográfico.
“Minda tiene una historia de vida interesante. Su origen es muy humilde, y solo gracias a su talento y constancia ha logrado ganar un lugar en su contexto”, añade Jesús. Martin ha presentado su obra en múltiples festivales internacionales. “Tiene una sensibilidad muy especial, y confiamos en que puede crear un diálogo muy afable con el público cubano”.
Privilegio al documental
Tanto Jesús como Alexandra Halkin, creadora, principal organizadora y promotora de AMI, consideran que el documental tiene un fuerte impacto como testimonio, sin desconocer la capacidad de la ficción para aprehender experiencias, realidades, sentimientos. Por lo general, se trata de obras de gran riqueza visual y temática, y el abordaje de las realidades mira más directamente a los conflictos de estas, que las propuestas de ficción.
Fuera de La Habana
Para las presentaciones se han escogido lugares en que, dentro del contexto nacional, se tiene menos acceso a cierta información o cierto tipo de materiales; a veces por el difícil acceso desde los centros urbanos. Además, ya existía un vínculo entre AMI y la TV Serrana, que tiene experiencia en el intercambio con el público.
El puente
En cuanto a la recepción, “hay muchas ganas de saber y dialogar. El público cubano todo el tiempo reacciona, sean temas sociales, de género, políticos…, de todo tipo”, cuenta Jesús, evocando su experiencia en la gira del año pasado. “Los temas, por locales, no dejan de ser universales; así que la gente encuentra puntos de coincidencia con su propia realidad y se identifica”.
Sin duda, se trata de un proyecto con mucho por hacer aún. En octubre va a EE.UU. la realizadora Marilyn Solaya para proseguir el ciclo de intercambio, en lo que es la otra área de acción de esta iniciativa que busca, con el mutuo conocimiento, construir un vínculo real más allá de los gobiernos, entre la gente.
America´s Media Initiative (AMI) es, pues, un puente cultural hecho de imagen e historias de vida. Un puente que bien merece ser cruzado, y burlar así las distancias, geográficas o simbólicas.