El 2016 fue intenso para el béisbol cubano. Los peloteros nacidos en la Isla se destacaron a todos los niveles y en todos los escenarios donde se dio la voz de ¡Play Ball!.
Comencemos por lo ocurrido en Cuba. Los campeonatos nacionales en las categorías inferiores se mantuvieron con más penas que glorias y en ellos asomó una curiosidad: ninguna provincia se adjudicó el título en dos justas diferentes.
Matanzas de manera dramática venció a Villa Clara en la final del campeonato para menores de 12 años. Los anaranjados vencían en la última entrada 5-4 pero yumurino Ranly Cordero se vistió de héroe al disparar jonrón con un compañero en circulación y dejar tendidos a sus oponentes. Más leña al fuego para una rivalidad acrecentada en los últimos años en el máximo nivel de la pelota antillano.
El torneo sub-15 celebrado en la provincia de Granma presenció el triunfo de Ciego de Ávila de la mano del manager Gerty Febles. El timonel avileño repetiría después como campeón mundial de la categoría al frente del equipo Cuba.
Por su parte, una generación dorada de peloteros villaclareños, que ganó hace algunos años el torneo sub-15 con record incluido de 33-3, logró el mejor balance clasificatorio en el nacional juvenil (28-8). Los bisoños dirigidos por Alexis Martínez vencieron 7-4 en la final a Ciego de Ávila, y promovieron a seis atletas al equipo Cuba de la categoría.
De manera inesperada, Santiago de Cuba reverdeció laureles con su corona en el tercer campeonato nacional sub-23 a costa de Artemisa, con victorias de 6-0 y 4-1 en un play off al mejor de tres. Este título sería un espejismo pues nuevamente las avispas decepcionaron en la actual Serie Nacional.
Ciego, Ciego y ¿Ciego?
La Serie 55, cargada de interrupciones de todo tipo, con incongruencias de horarios, y poca comunicación entre la “sagrada” Comisión Nacional y la prensa, purgó por varios meses en más círculos que el infierno de Dante. Finalmente, Ciego de Ávila repitió su corona en una final extraña. Tras tener a punto de mate el play off final, los tigres vieron como los pinareños apelaban a su rica historia para el empatar el duelo a tres éxitos por bando. Sin embargo, la tropa de Roger Machado logró reponerse para ganar 8-0 el decisivo séptimo encuentro. Pinar nadó y nadó para morir definitivamente en la orilla
Tres títulos en los últimos cinco campeonatos demuestran la estabilidad de un Ciego de Ávila que lucha en la actual serie por conseguir un tricampeonato consecutivo. De lograrlo igualaría una hazaña solo alcanzada por el Industriales de Ramón Carneado (único monarca cuatro veces seguidas), el Villa Clara de Pedro Jova, y la aplanadora santiaguera del vilipendiado Higinio Vélez. Sin embargo, los tigres no contarán esta vez con pilares ofensivos del anterior evento como los jardineros Jose Adolis García y Luis Robert Moirán, ambos ya fuera de la Isla.
Ciego tendría que vencer en semifinales la barrera que supone Villa Clara, justamente el equipo que les permitió borrar el estigma de no ganar el juego bueno, y derrotar después, en una hipotética final soñada, al Matanzas de Víctor Mesa, un equipo que ha impuesto un fenomenal record de 70 victorias durante la actual campaña.
De cal y de arena
Los eventos internacionales mostraron la irregularidad de los resultados del béisbol cubano. El primer roletazo inofensivo fue la Serie del Caribe con la participación de Ciego de Ávila con el refuerzo de varias figuras del equipo nacional.
Ciego o Cuba, ya ni sé, ganó un único partido frente a República Dominicana en su cuarta salida con marcador de 4-2. Antes había sido derrotado 3-9 por México, 1-12 por Puerto Rico y 1-3 por Venezuela. Como la crónica de un desastre anunciado, los cubanos cayeron en semifinales 2-7 ante los luego campeones mexicanos.
La gran noticia de este evento fue la fuga espectacular, made in Hollywood, de los célebres hermanos Gourriel del hotel donde se encontraban hospedados en República Dominicana. Muy pocos hubieran imaginado que los miembros de la mimada familia buscaran el sueño de la MLB de una manera tan dramática.
Un gran jonrón en las relaciones Cuba–Estados Unidos fue el tope celebrado el 22 de marzo en el estadio Latinoamericano. El choque enfrentó al equipo nacional y el Tampa Bay Rays de las Grandes Ligas, con la presencia en el público de los mandatarios Raúl Castro y Barack Obama. El partido tenía como antecedente los duelos efectuados ante los Orioles de Baltimore en 1999 y su resultado fue otro pobre roletazo para Cuba con derrota 1-4.
Otro hecho histórico del encuentro fue el lanzamiento de la primera bola por parte de los cubanos Pedro Luis Lazo y Luis Tiant (Jr.) pitchers icónicos del béisbol de la Isla y las Grandes Ligas respectivamente.
Durante el mes de junio Cuba participó en la liga profesional Can-Am y archivó un mediocre resultado de 10-9 frente a los seis equipos del torneo. Los cubanos mostraron poco poderío ofensivo con apenas 3 jonrones. Solo cinco bateadores lo hicieron por encima de 300 con destaque para Yorbis Borroto, Yoelvis Fiss y Yosvany Alarcón. Esta gira puso en evidencia la verdadera calidad de la selección cubana.
Julio traería el tradicional tope bilateral Cuba-Estados Unidos, rescatado desde el año 2012, en el que los norteamericanos repitieron el resultado del año anterior con cerrado balance de tres victorias y dos derrotas. Los partidos fueron de poca ofensiva. Las victorias visitantes tuvieron marcadores de 1-0, 4-1, y 2-1, mientras los cubanos vencían 3-1 y 5-1. Muy acertadamente la dirección antillana dio juego a jóvenes valores como Yolbert Sánchez y Norel González.
El mes de agosto propiciaría el gran jonrón del año para el béisbol cubano. Cuba se reafirmaría como campeón mundial en la categoría sub-15 tras vencer en la final a los anfitriones japoneses 9-4. Hijos de grandes peloteros como Loidel Chapellí y Víctor Mesa lograron el mayor destaque junto a Malcon Núñez y Franny Cobos. Chapellí Jr. fue nombrado el MVP del campeonato con bateo perfecto en la final de 5-5, 5 CI y 3 CA.
Los eventos internacionales para la isla cerraron con la medalla de plata alcanzada en el Panamericano Juvenil celebrado en octubre. Los cubanitos cayeron 1-6 ante Estados Unidos en la final pero lograron uno de los cupos mundialistas puestos en juego. El lanzador villaclareño Yosbel Zulueta resultó elegido el mejor pitcher del campeonato.
Cuba terminó el año en el quinto lugar en el ranking mundial con 3857 puntos por detrás de Japón, Estados Unidos, Corea del Sur y Taipei de China. También en diciembre fue dada a conocer la preselección de cincuenta jugadores rumbo al Clásico Mundial que deja más dudas que certezas.
Hasta aquí un primer acercamiento al béisbol cubano en el año que termina. De hazañas, tragedias y cotas asombrosas versará un segundo trabajo, con la actuación de peloteros de la Isla en las diferentes ligas del mundo en 2016.