París 2024 será el último baile de Mijaín López. El adiós –ahora sí– parece inevitable. No hay incógnitas ni mínimos detalles escondidos. Las cortinas de su exitosa carrera caerán dos décadas después de aquel amargo debut olímpico en Atenas, de donde se fue sin medallas. Esa historia quedó casi en el olvido porque los restantes capítulos han sabido a gloria.
López arribó el pasado jueves a Francia. Duerme en la villa de los atletas y planea convertir lo inédito en realidad, aunque una serie de circunstancias obren en su contra y las quinielas coloquen otros nombres en un sitio que ha sido suyo, por derecho propio, desde 2008.
Sports Illustrated, una biblia en formato de revista deportiva y fuente respetable en materia de pronósticos, devino origen del runrún y, desde entonces, el pánico colma las esperanzas de muchos parciales cubanos. Los argumentos para no ubicar a Mijaín como principal candidato de su división en la Ciudad de la Luz son diversos: la edad, los años sin contender en el alto nivel y la juventud, buenas condiciones y resultados de sus contrarios, en especial del iraní Amin Mohammadzaman Mirzazadeh.
La revista estadounidense vaticinó una medalla de bronce para el pinareño y muchos se montaron en el barco. Las casas de apuestas tampoco ven con buenos ojos su posible victoria, y es el iraní Mohammadzaman, a sus 26 abriles, quien aparece como el gran favorito de los 130 kilogramos en el estilo grecorromano de la lucha olímpica en París.
Un vistazo a las redes sociales deja otras evidencias: miles de internautas opinan lo mismo y ese criterio encuentra apoyo en no pocos especialistas. Es como una alerta temprana para que a nadie los pille de sorpresa si el gigante de Herradura no termina en lo más alto del podio.
Sin dudas, el cuatro veces rey bajo los cinco aros, una leyenda en cualquier punto cardinal de nuestra geografía, deberá esmerarse al máximo para mantener su hegemonía, pero con un atleta de su estirpe siempre toca esperar el “juicio final”.
Hace 36 meses, desde la disputa del título en Tokio 2020, el espigado gladiador cubano no exhibe sus aptitudes en eventos oficiales. Sin embargo, el pasado demostró que su entrenador Raúl Trujillo sabe colocar acertadamente las piezas del puzzle. La inactividad, lo ha dicho, no parece ser un problema.
Empero, la curiosidad persiste y OnCuba tuvo acceso directo a quien fue durante más de un lustro compañero de entrenamiento del vueltabajero. De hecho, se trata del hombre que tenía la misión de llevarlo al límite en cada fecha de trabajo antes de volar a París.
Hablamos de Ángel Pacheco (La Habana, 1997), monarca en el Campeonato Panamericano de la disciplina en Ottawa, Canadá, en 2020, quien decidió en mayo pasado variar el rumbo en busca de mejores oportunidades para su vida y trayectoria deportiva. El gladiador abandonó la concentración antillana cuando se encontraba en Croacia. En Instagram, en franca muestra de respeto, llegó a disculparse con López por dejar a mitad el plan de preparación.
Pacheco puede vanagloriarse de conocer el estilo de lucha de Mijaín. Las horas de prácticas sobre los colchones son incontables y, ahora, radicado en España, responde vía Whatsapp algunas interrogantes en torno a la futura participación de su excompañero de equipo.
Para sorpresa nuestra, a escasos segundos de iniciar el diálogo, tecleó: “Antes de que me preguntes, te adelanto que a Mijaín López no le gana nadie”, espetó, sin temor a futuros comentarios.
Roto el timing de la conversación ante la osadía del entrevistado, el oriundo del barrio Los Sitios, en el municipio de Centro Habana, se vio obligado a brindar sus argumentos: “Es cierto que lleva un buen tiempo sin competir y tomó un descanso luego de Tokio, pero después siempre estuvo entrenando y sigue imparable como siempre. Físicamente parece que tiene 20 años, con una altísima capacidad de trabajo y tremenda resistencia. No se cansa, es un tren.
“Ni el periodo sin competencias, ni la edad (41) resultan elementos negativos, porque está tan fuerte como la última vez. Y solo por esos detalles es que no lo dan de favorito, pero no han visto lo que yo he vivido en carne propia”, agregó.
Hijo de Oshun y sacerdote de Orunmila (babalawo) en la religión yoruba, el joven afirmó que su coterráneo “siempre encuentra la manera de lograr puntos, es increíble cómo lo hace, por mucho que lo estudies y trates de frenar sus técnicas favoritas”.
Aunque nunca ha peleado con Mohammadzaman, Pacheco reconoce que es el otro grequista con mayor nivel en la división, algo que se acentuó luego de la reciente suspensión al turco Riza Kayaalp por dopaje.
“Mijaín tiene una experiencia inigualable. El iraní es bueno y viene de ganar el Mundial, pero no olviden que el nuestro lo venció en Tokio”, recordó en franca alusión a la victoria del antillano por 8-0 (superioridad) en la ronda de cuartos de final.
Pacheco hizo, además, una observación que solo dominan quienes están en ese círculo competitivo. “Tienen que estar atentos al arbitraje o cualquier anomalía, porque van a querer joderlo. Me atrevería a decir que va a haber mucho dinero alrededor de ese evento, con el objetivo de que no coja el oro olímpico”.
Cuestionado sobre si esas especulaciones pueden afectar al pentacampeón universal y tetramonarca continental, expuso: “Cuando ve esas cosas se altera y te sale a fundir. Te sale a matar, a matar”.
Ángel Pacheco habló de las grandes posibilidades que igualmente poseen Luis Orta, rey en Japón de los 60 kilos y aspirante ahora en los 67, y Gabriel Rosillo (98), líder del planeta en 2023.
“Ellos también han tenido una buena preparación. Estuvimos varias semanas en Varadero y luego viajamos a Europa. Sé que están enteros, y les deseo mucha suerte, porque talento les sobra”, refirió el capitalino, quien intenta llenarse de paciencia mientras el tiempo pasa y busca regularizar su estatus en la “Madre Patria”.
“Espero llegar a competir por España y demostrar el talento que tengo en la lucha. Quiero cumplir ese sueño y tener la oportunidad de sentir la adrenalina de los próximos Juegos Olímpicos”, comentó en cuanto a sus metas.
“Tengo que sacrificarme para poder ayudar a mi hija, mi mamá… a la familia”, añadió, aunque sabe que los abrazos y los besos demoran, ya que el hecho de abandonar una delegación oficial le impedirá entrar a Cuba durante los próximos años.
Mientras, espera tranquilo el día 5 agosto, cuando su ídolo combatirá por esa presea dorada que ve tan segura. “Va a ganar más fácil que la última vez”, repitió confiado.
Según el protocolo histórico, nadie debería ser tan dominante. Pero Mijaín López está en París, en boca de todos, con la vibra de un novato y los deseos de quien todavía no gana ni una disputa casera.
La única verdad irrefutable es que, como en cualquier deporte, los luchadores cargan dos equipajes: el de la victoria y el de la derrota. Y muy pronto se sabrá con cuál retornará el “GOAT” a su natal Herradura.
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Mijain, eres el Rey de Reyes. Bendiciones ♥️