La voleibolista cubana Ailama Cesé se reconectará con la élite del deporte de la malla alta a nivel de clubes. Tras chocar con el primer nivel durante su periplo por Rusia, la antillana buscó una oportunidad de desarrollo y crecimiento en un escenario menos riguroso como Rumanía, pero ahora volverá a la máxima exigencia al firmar un contrato con el Bisonte Firenze de la Serie A italiana.
El premio no le ha llegado de casualidad. Ailama, natural de Batabanó, tuvo una destacada actuación en la Liga rumana con el Rapid Bucuresti. Si bien anclaron en la cuarta posición de la clasificación general, la cubana fue la máxima anotadora de la lid y terminó en el equipo ideal junto a Merelin Nikolova (opuesta), Iarina-Luana Axinte (pasadora), Jovana Kocić (central), Mira Todorova (central) y Yelyzaveta Samadova-Ruban (auxiliar).
Su rendimiento despertó el interés de diversos clubes y acabó aceptando la propuesta del Bisonte Firenze de la Serie A italiana, con el que firmó por una temporada. Poco después de trascender el nuevo contrato, la internacional cubana conversó con OnCuba sobre este paso en su carrera, luego de cosechar una anhelada medalla con la selección nacional en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador 2023.
🔊 Salutiamo tutti insieme la nuova bisontina Ailama Cesé ‼️🏐🏐🇨🇺
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— Il Bisonte Firenze (@IlBisonteVolley) July 11, 2023
“La posibilidad de este contrato se dio a partir de la actuación individual que tuve este año. El objetivo del equipo es quedar entre los seis primeros de la tabla en la liga y llegar a la final de la Challenge Cup.
“No es secreto para nadie que Italia es el máximo nivel en el voleibol femenino hoy día. Para mí será todo un reto, ya que estaré jugando con atletas de nivel en cada partido. El sistema de juego cambia, ahora es más rápido y demostrarme que puedo jugar allí es mi mayor meta“, explicó Cesé y añadió que se debe incorporar al conjunto después de terminar los compromisos que tiene con el equipo nacional.
Este será un nuevo reto en la carrera de Ailama, que vivió su primera experiencia profesional en 2018, luego del Mundial de Japón, con el Uralochka de Rusia, equipo por el que han pasado leyendas del voleibol cubano como la recientemente exaltada al salón de la fama Yumilka Ruiz. Allí, en el club del conocido entrenador Nikolai Karpol, la antillana vivió etapas de mucho contraste.
A nivel colectivo, consiguió una medalla de bronce en su primer año y luego el subcampeonato, pero desde el punto de vista individual pasó por momentos complicados, afectada por el frío y la alimentación (dijo en una entrevista con Play Off Magazine que soportó temperaturas de 30 grados bajo cero y estuvo casi un año comiendo solo espaguetis), más los parones, el aislamiento y déficit de entrenamiento por la pandemia.
La combinación de todos estos detalles le impidieron tener continuidad. Además, las lesiones la golpearon fuertemente, sobre todo una dolencia en el hombro que provocó una intervención quirúrgica en en el hospital Frank País de La Habana. Tras un largo e incómodo período de recuperación en Cuba, regresó a Rusia y tuvo una recaída, por lo que pasó otra etapa en solitario con sesiones diarias de fisioterapia para fortalecer la zona afectada.
Después de todo eso y un contagio de coronavirus, Ailama pudo regresar a las canchas y en las instancias decisivas de la liga rusa en 2022, brilló con un total de 115 puntos para ayudar al Uralochka a ganar la medalla de plata.
“Fue inolvidable. Teníamos la convicción de que íbamos a avanzar, pero la semifinal era con el equipo de Kazán. Queríamos ganar, pero como que no había mucha fe. Sin embargo, en las duchas, luego de eliminarlas, la capitana del equipo y yo nos dimos cuenta de que éramos las únicas que teníamos el convencimiento de que pasaríamos, porque todas las demás decían: ’¡No me creo que hayamos ganado a Kazán…!’.
“En la final estábamos un poco más cansadas, a veces no había descanso de por medio. Pero igual dimos una buena final, porque no fue 3-0, el Lokomotiv Kaliningrad tuvo que luchar los cinco partidos y para nuestro club fue un excelente resultado, porque había sido un año de contratiempos y lesiones”, relató a Play Off, donde también restó importancia a los insultos racistas que recibió de parte del entrenador del Lokomotiv.
“No me afectó en lo absoluto. Ni me lo creía. Todos estaban esperando la reacción mía y nadie me lo había dicho, pero ya el club había mandado una carta para la Federación. El problema no lo tengo yo, sino él… Haya sido en el contexto en el que haya sido. No tengo nada contra él, ni contra el equipo”, apuntó Ailama, quien poco tiempo después decidió continuar su carrera en Rumanía.
Esta nueva experiencia le permitió reconectarse con su posición natural y recuperarse de las viejas lesiones en el hombro, justo como relató a OnCuba: “El tiempo que estuve en Rumanía me ayudó grandemente en que mi hombro pudiera llegar sin molestias a la competencia más importante del año con el equipo nacional. Volver a jugar la posición auxiliar hizo que trabajara más volumen de recibo, lo cual me ayudó a mejorar en este elemento y gracias a eso poder cumplir para con las responsabilidades en la selección. Este fue uno de los motivos por los que tomé la decisión de irme a Rumanía el pasado año”.
En la campaña, la antillana resultó la máxima anotadora de la liga y coronó esa buena actuación individual con la medalla de bronce que obtuvo con la escuadra cubana en la recién finalizada cita regional.
San Salvador quedará para siempre entre sus mejores recuerdos. Las cubanas entraron por los ojos de las colombianas y ejecutaron su venganza en la discusión del tercer lugar. El resultado fue un 3-0, con parciales de 25-22, 28-26 y 25-22.
En un partido donde brillaron jugadoras como la capitana y pasadora Gretell Moreno, Ailama Cesé destacó como la mejor carta ofensiva del elenco cubano, al acabar con una nada despreciable cifra de 21 puntos, 17 de ellos en acciones de ataque.
“La competencia estuvo muy pareja. Sin creerme o creernos como equipo menos que nadie, debo decir que Dominicana es un rival que realmente está muy por encima del nivel centroamericano, pero otras selecciones como Puerto Rico y Colombia eran las más seguras a discutir la medalla con nosotras. En ese sentido había mayor paridad.
“Para el grupo no tiene precio el sentimiento de volver a ver a Cuba en un podio centroamericano después de la última medalla ganada que fue en 2014. En estos tiempos tan difíciles, el poder dar este alegrón a nuestros familiares y a nuestro pueblo es indescriptible en emociones. Estoy muy feliz y orgullosa del trabajo que hicimos como equipo y más que agradecida a Dios por darme la oportunidad de ser parte de este hermoso resultado”, dijo.
Antes de finalizar, la atleta nacida en Batabanó se refirió también a las ilusiones generadas por el nuevo reto que afrontará en suelo italiano. “De cara a la próxima temporada mis expectativas son aprender tanto como pueda de los entrenadores y compañeras que allí tendré, ganar en habilidades técnico-tácticas y visión de juego, jugar en las primeras seis regulares y, como había dicho anteriormente, que el club se mantenga entre los seis primeros de la tabla en la liga y a partir de eso llegar lo más lejos posible que podamos como equipo de acuerdo a cómo se vayan desarrollando cada uno de los eventos. Espero disfrutar al máximo la experiencia”, concluyó.