Alguien se cuestionaba el viernes en la noche si algún partido de la Serie Mundial entre Rays y Dodgers sería cerrado, y solo unas horas después los finalistas de las Grandes Ligas respondieron con un juego de altas tensiones, de sube y baja, definido en el final del noveno episodio de la manera más inesperada.
Sencillo de un jugador que solo tenía dos viajes al plato en toda la postemporada, unido a errores del jardinero central Chris Taylor y del receptor Austin Barnes, sepultaron una victoria prácticamente casi segura de los Dodgers en el cuarto duelo del Clásico de Otoño.
Brett Phillips fue el héroe del final de la noche para los Rays, mientras Taylor, Barnes y el cerrador Kenley Jansen quedaron como los villanos para Los Ángeles, que pasaron de casi acariciar su primer título en 32 años a un inesperado abrazo con los sorprendentes chicos de Tampa.
Phillips pegó cohete al central con dos hombres en circulación y dos outs, cuando su equipo se encontraba debajo por una carrera en la pizarra. Su batazo significaba el empate para Tampa, pero al final se transformó en un sorprendente walk-off por las pifias a la defensa de los Dodgers, que abrieron las puertas del home al cubano Randy Arozarena.
Clutch moments, lead changes and a wild ending.
Game 4 was everything we love about baseball. #WorldSeries pic.twitter.com/FiDC33Nlnb
— MLB (@MLB) October 25, 2020
Hasta ese momento, los Rays habían peleado sin efectividad con corredores en los senderos y dos outs, pero la historia cambió con un swing de Phillips sobre una cutter de Jansen, otra vez dubitativo y sin dominio de la situación.
El taponero desperdició una oportunidad de salvamento por cuarta ocasión en una Serie Mundial, líder histórico en ese negativo indicador, en el que se encontraba igualado con el dominicano Jeurys Familia.
Esas son malas noticias para los Dodgers, que han caminado rumbo al abismo cuando su cerrador estrella no ha logrado completar el trabajo. En el 2017, por ejemplo, Jansen perdió la oportunidad de poner 2-0 el duelo final contra los Astros, y en el 2018 falló en los choques tres y cuatro ante Boston. Los desenlaces de esas historias ya los conocen.
Juego de récords
La línea de Brett Phillips que provocó el naufragio de los Dodgers y el resurgimiento de Tampa, fue solo la punta del iceberg de un partido muy loco. Los chicos de Dave Roberts se vieron bastante cómodos ante la batería de relevistas que los Rays utilizaron de inicio, aunque nunca lograron separarse demasiado, mientras los floridanos supieron navegar a remolque, como si se sintieran confiados en esa circunstancia.
En el trance, Justin Turner y Corey Seager aprovecharon para convertirse en la primera pareja de compañeros con al menos cuatro jits y un vuelacercas cada uno en un partido de Serie Mundial. Seager, además, es el quinto jugador con ocho cuadrangulares en una misma postemporada, mientras Turner se asentó como el líder jonronero de los Dodgers en play off.
What. A. Game. #WorldSeries pic.twitter.com/lU0HGNWZB4
— MLB (@MLB) October 25, 2020
Por si fuera poco, el carismático antesalista se convirtió en el cuarto jugador de la franquicia con bambinazos en duelos consecutivos de la Serie Mundial desde que los Dodgers se mudaron a Los Ángeles en 1958. Antes solo lo habían conseguido Chico Essegian (1959), Reggie Smith (1977) y Pedro Guerrero (1981).
A la par de Turner y Seager, Kike Hernández demostró que no merece estar en la banca en estos partidos de alta tensión, y Joc Pederson hizo soñar a los parciales de Los Ángeles con su brillante turno de emergente, en el que emuló al mítico Kirk Gibson de 1988.
En el bando opuesto, Hunter Renfroe y Kevin Kiermaier se vistieron de sluggers, y Brandon Lowe volvió a castigar el pitcheo de los Dodgers, pero la nota más destacada fue para el cubano Randy Arozarena.
El patrullero castigó a Julio Urías y se quedó solo como el máximo jonronero en una postemporada (nueve), dejando detrás a poderosos de la talla de Barry Bonds, Carlos Beltrán y Nelson Cruz.
Y como la cuestión no es solo de fuerza, Randy igualó el tope de 26 jits de Pablo Sandoval en una postemporada, y se convirtió en el primer jugador con cinco partidos de al menos tres imparables en play off. ¡Fenomenal!
Arozarena está viviendo una de las postemporadas más gloriosas de la historia, con lideratos absolutos en extrabases, jonrones, jits y bases recorridas. Sin su aporte, tan brutal como inesperado, los Rays no hubieran dado muchos pasos más allá de la disputa divisional.
Con el match empatado, las tensiones van a subir. El quinto partido, este domingo, promete y mucho, con otro duelo entre Clayton Kershaw y Tyler Glasnow. De poder a poder. Si hasta ahora todos pensaban que cinco o seis juegos serían suficientes para el triunfo de los Dodgers, ahora está completamente abierta la posibilidad de que los Rays den la clarinada. A fin de cuentas, los dos están a medio camino de la Serie Mundial.