A Cuba todavía le queda otro capítulo por vivir en el béisbol panamericano. Uno pensaría que ya es suficiente, que no hace falta jugar más tras caer eliminados en la primera ronda, pero el calendario dicta que es necesario cumplir el bochornoso trámite del partido por el quinto lugar.
Este duelo “decisivo” dista mucho del que los caribeños quisieran afrontar, teniendo en cuenta que llegaron a Lima con sed de oro, con ansías de recuperar al menos un ápice de la mística beisbolera de la Isla, ya definitivamente perdida en los confines del universo de las bolas y los strikes.
Una sola palabra resume tan nefasta actuación en Perú: desastre. Ese solo calificativo legitima la crisis del deporte nacional, liquidado a las primeras de cambio por los fracasos contra Colombia y Canadá.
¿Cómo es posible perder ante un equipo que solo acumula una medalla de bronce en citas panamericanas hace 48 años cuando fue sede en Cali 1971? ¿Cómo es posible batear solo cinco imparables ante lanzadores de una liga con una calidad muy por debajo de la media continental?
¿Cómo es posible que bateadores que destacan en torneos más fuertes que esta justa no aporten nada a la ofensiva? ¿Cómo es posible que el béisbol cubano una y otra vez quede expuesto de esa manera?
Demasiadas preguntas para una actuación que, en cierta medida, no sorprende, pues ya el fatídico tope contra Nicaragua (dos derrotas y un empate) nos avizoraba un escenario oscuro y frío en los Panamericanos.
Ahora, en Lima, la pelota queda por primera vez fuera del podio panamericano, lo cual nos invita a cuestionarnos si debemos vivir algún descalabro mayor para remover los cimientos de esta disciplina en todos los niveles.
Tras este episodio nefasto, Oncuba analiza lo mejor y lo peor la actuación cubana.
Lo mejor
¿Existió algo positivo en la presentación antillana? Quizás lo único rescatable fue el relevo de Vladimir García en el primer juego. El derecho avileño llegaba con números espantosos de la Liga Can Am, pero no permitió libertades en 3,2 innings.
También se salva de la debacle Liván Moinelo. El zurdo pinareño estuvo impecable en tres innings ante Canadá con siete ponches de nueve outs posibles.
Aplaudo la valentía de Rey Vicente Anglada en el primer juego. Al manager capitalino no le tembló la mano para extraer del montículo a Lázaro Blanco, el mejor lanzador de nuestro país, después que recibiera dos jonrones y tres carreras en el tercer capítulo.
Temeraria la decisión de traer a Vladimir García como primer relevo después de su mala labor con los Capitales de Quebec, que llevó al equipo canadiense a rescindirle el contrato.
Tampoco le tembló cuando llevó a la banca al receptor Yosvani Alarcón, que compró como primer bate en el quinto episodio, en conteo de tres bolas sin strikes cuando su equipo perdía por tres carreras. Yunior Ibarra cumplió con su cuadrangular para empatar el segundo juego.
Cuba mostró garra en el segundo partido, al venir de abajo y pegarse en el marcador, pero no basta solo con deseos.
No creo que haya más nada rescatable.
Lo peor
Casi todo fue gris o negro. Comencemos por la ofensiva del primer duelo que solo bateó cinco hits con Raúl González como única figura con dos.
Entre los cuatro bateadores que llegaron del extranjero: Roel Santos, Yordan Manduley, Yurisbel Gracial y Stayler Hernández sumaron de 15-1 ante Colombia. Inconcebible.
Gracial siempre acapara titulares, pero lo cierto es que más allá del Cuarto Clásico Mundial nunca ha rendido en eventos internacionales. Y no debiera, porque es el jugador de más caché en este evento.
La agresividad de Alarcón le pasó factura esta vez, y se ganó una bancoterapia educativa que lo privó de la titularidad ante Canadá. Pagó por el mal que poseen casi todos los bateadores cubanos: pésima disciplina en el home.
La defensa de Cuba en el séptimo inning ante Colombia fue horrible. Primero falla Raúl González en un roletazo de frente conectado por Cristian Correa. Después, el avileño con otro batazo por tercera decide tirar a segunda con las bases llenas, y César Prieto entró tarde a la intermedia.
Otra vez las preguntas. ¿Cómo puede ocurrir un fielder choice de esa magnitud a este nivel? ¿Por qué César Prieto no llegó con tiempo a segunda? ¿Acaso el antesalista no pudo tirar a la inicial para sacar el tercer out con mayor seguridad?
En el capítulo de hechos surrealistas hay que mencionar el balk de Moinelo cuando entró a lanzar, que propició el avance los corredores, y a la postre la carrera decisiva. Un hombre curtido en la segunda mejor liga del mundo con un movimiento ilegal ante el primer bateador. Ver para creer.
Esta vez el pitcheo abridor coronó el desastre con pobres aperturas de Lázaro Blanco y de Yoanny Yera. Si Anglada estuvo acertado al extraer a Blanco, erró en la extrema confianza brindada al zurdo matancero, que soportó siete carreras en cuatro entradas de labor. ¿Por qué aguantar tanto a un lanzador inefectivo en un partido crucial?
Pero la culpa, la maldita culpa, no es de Anglada. Ni Mandrake el mago puede devolverle a Cuba la gloria que hemos vivido en la pelota.
¿Seguirán los desastres en eventos internacionales? El IV Clásico Mundial, las últimas Series del Caribe, los Juegos Centroamericanos de Barranquilla y estos Juegos Panamericanos no inspiran demasiado optimismo de cara al futuro.
Las derrotas se han convertido en una costumbre amarga. El desastre del béisbol cubano es sistémico, y no se avizora su fin. Es necesario, imprescindible, apostar a rescatar el pacto con MLB como método para frenar un éxodo constante y creciente.
No obstante, eso en gran medida se va de las manos de Cuba, por lo que hay que mirar hacia adentro, enfocarse en lo que se puede hacer en la Isla, sobre en la base, deprimida, con lento desarrollo ante la ausencia de esfuerzos y capital.
Terrenos deficientes, carencia de implementos, entrenadores desmotivados o ausencia de personal capacitado para formar a los más jóvenes, son algunas de las dificultades más comunes del béisbol cubano en la actualidad, las cuales hay que atacar con urgencia. Eso debería convertirse en una tarea de estado.
Hemos llegado a un punto de no retorno, hemos llegado al fondo del precipicio y quedarse con las manos cruzadas no es una opción. Hay que poner todas las cartas sobre la mesa, cambiar todo lo que deba ser cambiado y no hilar con medias tintas, porque todo el panorama del béisbol cubano duele; o peor, a muchos ya ni les duele.
¿No será Trump?
Pienso que la mayoría de los jugadores que son seleccionados para hacer el Cuba lo hacen por puro trámite,en sus cabezas tienen otros problemas que resolver,los problemas del día a día,que también sufren el resto de los cubanos.
Esto no es sorpresa, todo, absolutamente todo es un desastre en Cuba y el beisbol es una victima mas.
A futuro: Continuaran Higinio, Tony y Aragon a la cabeza y si los cambian no sucedera nada pues realmente ellos no tienen poder para implementar cambios que requieren recursos y con hablar no resolveran nada.
A futuro seguiran emigrando nuestros mejores prospectos y tambien los tecnicos, asi como se pondran cada vez en peor estado nuestras instalaciones, gimnasios, estadios y demas
A futuro perderemos hasta con Haiti. El tiempo dira
Palabras contundentes usted no ha dicho nada mas que la verdad
“eso debería convertirse en una tarea de estado” …
Y yo me pregunto ¿por qué?
Al estado lo que hay que pedirle es libertad para poder hacer las cosas que deben hacerse y aún mejor.
Si seguimos mirando al estado como el papá que todo lo puede, seguiremos en las mismas y hasta peor.
Oiga eso si es un comentario muy meridiano ,exacto y sin titubeos , les felicito pues estos tiempos lo necesitan y sobre todo de nuestro pasatiempo nacional adosado a la cultura cubana.El estado cubano y todas sus organizaciones lo dan todo X este deporte y entonces ¿hasta cuàndo? Si los del polo norte, sur ,etc se enfrentan a nuestro equipo ” perdemos” entonces se esgrime que nos sacaron de paso etc etc. Siempre una justificación aparece.Se le dió fogueo en torneos, se le dió todo tipo de libertades y facilidades a Anglada y NADA. Pero nunca tendrà el.perdón baya ud a saber de QUIEN el aguante de Yera y en juego crucial pues lo Fonguiaron y no trajo al mejor relebo de la liga japinesa hasta tanto no aumentarle el pizarrón a Canada¡Insólito! Y vea ctos ponches dió el pinareño. Para eso era mejor dejar a: Martí,Al tunero o a Victor Mesa .
Señor periodista,.soy peruano y me.gusta el béisbol aunque en mi país es casi desconocido, desafortunadamente el equipo de su país no clasificó, me imagino como estarán los ánimos en la isla. Quisiera formular.una pregunta pues antes no se veía esto en los equipos de su país, ¿ Es una costumbre asumida hace poco .o es un requisito o una categoría dentro del equipo usar cadenas de oro? Observo que todos la.tienen e incluso algunos portan varias.¿ Es barato el oro en Cuba o esos atletas ganan mucho dinero?
Saludos sr Sebastian y mis felicitaciones a todos en el Perú por la gran y auténtica organización propuesta y lograda de estos juegos y ese “Todos jugamos” por lo cual ud también jugó.Bueno lo del oro; cabe decir que en todo el mundo es caro.Lo que ocurre que se preocupan màs (muchos de ellos por ir al terreno cargados de fanfarrias que de ir a poner en pràctica el talento y de mejorar cada día el pensamiento técnico- tàctico en momentos que el beisbol tiene varias potencias.Los de antaño apenas y muy discretos usaban pequeños amuletos de “palo” colgados en simples cuerdas p e r o dejaban el terreno hasta los pelos fildeaban corajudamente contra los muros no a c o l ch o n a d o s. Pero si traían en sus pechos con mucho orgullo medalla del oro que ud refiere aún con simples baños representativos y sin ringo rango pero con toda austeridad y cubanismo.Algo que hay que ir al rescate por honor a nuestra Patria y Fidelidad.Pues el beisbol en Cuba es cultura y pasión asi como orgullo que genera hasta positivismo en el quehacer ciudadano en hogares,centros laborales y pordoquiera.
mi opinion jugar pelota es como producir alimentos, puesto de que un equipo cuando gana un partido o subserie la poblacion se manifiesta con mucho jubilo y alegria, se trabajan con mas deseo porque impacta en lo politico-economico y social pues por eso es nuestro deporte nacional, al contrario de las derrotas, por tanto creo que al pelotaro se le tiene que medir como un trabajador vinculado directamente a la produccion o a la prestacion de un servicio que tiene que hacerlo con la mejor calidad y profesionalidad posible, ademas tienen que ver al beisbol como un trabajo al cual se le mide tambien la calidad y no como un simple deporte por lo quel hay que exigirle su rendimiento y segun sea el mismo tambien será el fruto de sus sudor.
pero tambien la comision nacional tendra que evaluar los trabajos de los tecnicos y especialistas en las categorias inferiores desde lo mas pequeños hasta la sub 23, hacer un estudio o analisis porque tal o mas cual provincia no aporta atletas a la seleccion nacional y con la calidad requerida y tomar las medidas pertinentes