La VI Serie Nacional de Béisbol Sub-23 trae nuevos cambios con relación a su edición precedente, que economía mediante, perjudican a los más bisoños y su desarrollo.
Este torneo ve reducido su calendario a 36 juegos para cada uno de los conjuntos en detrimento de los 40 del año pasado. Además, cada seleccionado solo se enfrentará a un máximo de cinco equipos (tres en su grupo, otro en la semifinal y otro en la final) si llega hasta la discusión de la corona, lo cual es una disminución considerable respecto al pasado año, cuando, al menos, te medías a los a los siete rivales de zona.
El nuevo sistema del Sub-23, con el que comenzaron estos campeonatos, copia al de los torneos nacionales clasificatorios del 15-16 y juvenil, y no ofrece una posibilidad justa para algunas novenas.
Incluso, un conjunto que termina como segundo en una llave difícil puede tener mucho más nivel que el primero en otro apartado, y sencillamente queda eliminado por el sistema de competencia.
Doce juegos con cada uno de los tres rivales vuelven monótono el torneo, y no ofrecen una visión adecuada acerca de los mejores equipos.
Otro punto en contra para el Sub-23, aunque favorable para el beisbol cubano, es la notable ausencia de muchos jugadores jóvenes enrolados en la preselección nacional de beisbol rumbo a los Juegos Panamericanos Lima 2019 y el Premier 12.
Favoritos y pronósticos
En el apartado A sale como favorito la Isla de la Juventud. Los pineros son los actuales campeones del torneo, y repiten con varios peloteros. Por si fuera poco, tuvieron una excelente oportunidad para foguearse con la participación en la XIV Universiada Nacional que ganaron con solvencia.
El trío de lanzadores que conforman Jonathan Carbó, Yainel Alberto Zayas y el relevista Raúl Guilarte se antoja clave en pos de clasificar a semifinales. Si sumamos el plus de que su mánager Dioel Reyes es el único que ha dirigido en todas las ediciones, el favoritismo aumenta. Los restantes conjuntos muestran demasiada juventud, y no deben dar la clarinada.
La llave B tiene otra vez a Villa Clara como una escuadra sólida. Importante será la cara que muestre Ariel Pestano como director. El ilustre ex receptor debutó en el Sub-23 por todo lo alto con un subcampeonato, pero en 2018 sufrió el síndrome del segundo año.
La actuación fue desastrosa con un decimoquinto puesto matizado por su diferendo con el receptor Jesús Olivera. Por cierto, el enmascarado villaclareño recaló en Matanzas, que no cuenta con muchas figuras de nivel.
Lanzadores con experiencia en series nacionales como Javier Mirabal, Daniel Conde y Eddy Howard Díaz deben tirar del carro junto a bateadores como Juan Carlos López y Daniel López, destinados a dar el gran salto.
Cienfuegos es el otro conjunto con solidez. La tropa de Dianny Guedes cuenta con jugadores importantes como Daniel Pérez y Félix Rodríguez, incluidos en la lista de 34 jugadores que la Federación Cubana entregó a MLB antes de que se cancelara el Acuerdo.
Los sureños sentirán la ausencia de César Prieto, en la preselección, pero tienen armas suficientes para dar batalla y repetir la gran actuación del año anterior.
A todas luces, el grupo C es el más reñido del Sub-23, con Las Tunas, el actual subcampeón nacional, más Camagüey, Ciego de Ávila y Sancti Spíritus. Pronosticar un favorito es casi una ruleta rusa, y aquí resalta nuevamente las incongruencias del sistema de competencia.
Me encanta el equipo yayabero, más allá de ausencias importantes como Yunior Ibarra, Geyser Cepeda y Pedro Álvarez, pero suman dos incorporaciones de lujo.
Roberto Hernández, el mismo muchacho que rompió un contrato con los Indios de Cleveland y regresó a Batey Colorao en Yaguajay, fue un fenómeno en la Provincial con seis victorias sin derrotas, incluidas tres lechadas y promedio de más de un ponche por innings de labor.
Será el primer lanzador y una de los principales referentes en el torneo. Yankiel Mauri es un cerrador de lujo para el equipo de Eriel Sánchez que quizás adolezca de dinamita al bate.
Camagüey está lleno de talento joven por todos lados y debe ser el otro gran contrincante. Sentirán la falta de Yariel Rodríguez y Josimar Cousín. Sin embargo, grandes promesas como Loidel Chapellí Jr., Juan Sebastián Contreras, Sergio Guerra, Erislery Basulto y Yandy Yanes brindarán mucho colorido en el grupo de la muerte.
El apartado D muestra un gran favorito como Santiago de Cuba, ganador de la tercera y cuarta edición de estos clásicos. Ya no están Sergio Barthelemy, Yoelquis Guibert y Oscar Luis Colás, pero su pitcheo se ve bastante sólido para este nivel, y muy superior al de los tres equipos restantes. La incorporación del mundialista juvenil Ubert Luis Mejías debe aportarles mucho a las jóvenes avispas.
La ausencia de hombres claves como el granmense Yoelquis Céspedes y el holguinero Rafael Sánchez inclinan aún más la balanza para los indómitos.
Por cierto, este grupo ya comenzó con el pie izquierdo en materia organizativa, pues se suspendió el primer cotejo entre santiagueros y holguineros por problemas de hospedaje en suelo indómito, según reporta la periodista Brita García.
Menos juegos, peor estructura y… ¿más calidad? Lo importante es que no se pierda este eslabón de la cadena. El veleidoso terreno dirá la última palabra.