A la misma hora del Clásico entre Real Madrid y Barcelona, el Juego de las Estrellas de la 61 Serie Nacional de Béisbol perdió unos cuantos miles de seguidores el pasado domingo. Si el desbalance de audiencia no fue peor, es porque algunos madridistas resentidos por el baile y la goleada culé, cambiaron el canal y terminaron viendo el final del partido entre los mejores peloteros del campeonato cubano, definido a favor de Occidentales en diez entradas por un jit del artemiseño Carlos de la Tejera.
El duelo dejó un saldo de dos pifias a la defensa, 11 boletos, 15 ponches, 23 carreras y 28 imparables, la mayor producción ofensiva en la historia de estos desafíos, solo superada por el festival de batazos acontecido en el 2011, cuando se fabricaron 28 anotaciones con 29 jits.
Nada de esto nos debería tomar por sorpresa, porque en las circunstancias actuales es imposible que el Juego de Estrellas no sea un espejo de lo que sucede en la 61 Serie Nacional. Los números del choque, de hecho, están muy a tono con el nivel y las tendencias del clásico beisbolero cubano, lo cual se vio reflejado en el pobre desempeño monticular y las mismas lagunas técnicas y tácticas que día tras día se sufren en los diamantes de la Isla.
Por supuesto, no todo es calamidad. El parque Victoria de Girón, en Matanzas, fue testigo de destellos de algunos jugadores prometedores y de otros ya con un probado historial en el béisbol nacional. Entre ellos podríamos incluir a Frederich Cepeda, pletórico por su ascenso en la lista de peloteros con más Juegos de Estrellas, o al lanzador Kendrys Hernández y al manager Michael González, quienes hicieron historia como debutantes en estos choques.
Precisamente, vamos a descubrir cinco notas destacadas que dejó el más reciente Juego de Estrellas, el número 35 desde la primera edición en el lejano 1963, hace ya 59 años.
Las cuentas que no cuadran
Vamos a empezar por el final. Como ya decíamos, Occidentales le ganó a Orientales con abultada pizarra de 12-11 y logró igualar los enfrentamientos en Juegos de Estrellas a 16 victorias por bando. A simple vista, cualquiera puede confundirse con el cómputo global, porque si sumamos los 16 triunfos de cada equipo el resultado no coincide con las 35 ediciones de estos partidos.
Sin embargo, la explicación para este desajuste es bastante simple, pues en la historia de los Juegos de Estrellas tenemos tres choques fantasmas. El primero de ellos se celebró en 1994 con las polémicas selecciones nombradas —sin mucho sentido— Truenos y Centellas, en las cuales se reunían indistintamente peloteros de las dos regiones del país. Para que no queden dudas, el lanzador ganador (Lázaro Valle) y el perdedor (Liván Hernández) pertenecían los dos a escuadras occidentales.
Aquel engendro, por fortuna, no duró mucho, como tampoco el duelo efectuado el pasado año en el estadio santiaguero Guillermón Moncada, donde se midieron jugadores menores de 25 años con los mayores de 25. En ambos casos, se rompía con la tradición y la rivalidad entre Orientales y Occidentales, por lo que debemos sentirnos satisfechos de que esas “iniciativas” no hayan llegado a buen puerto.
El tercer pleito fantasma es el del 2015, cuando no se pudo terminar el Juego de Estrellas en Las Tunas por culpa de la lluvia. Fueron días de mucha agua en ese territorio oriental, con hasta 14 horas consecutivas de precipitaciones que deterioraron mucho el estado del terreno en el parque Julio Antonio Mella.
Otra cuenta que no cuadra es la de los Juegos de Estrellas y las Series Nacionales. En teoría, por cada edición del campeonato debe haber un partido de luminarias, pero ya sabemos que no es así. En la década del 70 del siglo pasado, no hubo ni un solo Juego de Estrellas, y tampoco en los 90 se apostó demasiado por esta idea, lo cual limitó muchísimo el alcance del espectáculo en dos épocas gloriosas para el béisbol cubano.
Esto también afectó el palmarés individual de muchas leyendas. Antonio Pacheco, por ejemplo, solo estuvo en ocho Juegos de Estrellas, mientras Omar Linares y Orestes Kindelán se quedaron en cinco, a pesar de que todos brillaron durante casi dos décadas en los diamantes de la Isla. Sin dudas, esta será una de las manchas que siempre arrastrarán los clásicos domésticos.
El incombustible Cepeda
Desde que anunciaron los rosters del Juego de Estrellas en la presente temporada, una de las mayores incógnitas era si estarían incluidos los experimentados Frederich Cepeda y Danel Castro, quienes tenían la oportunidad de igualar a Eriel Sánchez como los peloteros con más participaciones en estas lides.
Finalmente, Danel no fue seleccionado, pero Cepeda sí consiguió entrar en su onceno Juego de Estrellas, lo cual lo ubica en el tope de la lista nacional junto a Eriel, quien lo dirige en Sancti Spíritus y ahora también estuvo al mando de Orientales en el duelo del Victoria de Girón.
Cepeda, uno de los mejores bateadores en la historia de la pelota cubana, vivió su primera experiencia en estos duelos durante la 42 Serie Nacional en el 2003, cuando formó parte de Occidentales. Su debut fue con derrota 8-6 en un partido que se extendió a diez entradas en el parque cienfueguero 5 de Septiembre.
De ahí en adelante, Cepeda ha estado en los Juegos de Estrellas de 2005, 2006, 2008, 2012, 2013, los dos juegos realizados en el año 2014 y después en 2017, 2020 y 2022, con saldo de cinco victorias y seis derrotas. Por su actual estado de forma, quizás lo volvamos a ver en temporadas venideras, consolidándose como el pelotero cubano con más participaciones en estas lides.
De los jugadores activos, Yordanis Samón es otro que puede reclamar la cima en un futuro, pues tiene diez participaciones en Juegos de Estrellas, con la peculiaridad de que ha vestido indistintamente las franelas de Occidentales y Orientales tras su paso por Granma, Matanzas, Industriales y ahora Camagüey.
El récord que parece nadie va a romper en los próximos cursos es el de más participaciones consecutivas en Juegos de Estrellas, en poder de Osmani Urrutia y Yulieski Gurriel. Estos fenomenales bateadores fueron incluidos nueve veces seguidas en los partidos de las luminarias durante los primeros 15 años de este siglo.
Urrutia comenzó en la decimoquinta edición del clásico en el 2000 y estuvo ininterrumpidamente en el roster de Orientales hasta el 2008, mientras Yulieski fue incluido por primera vez en el vigésimo Juego de Estrellas (2005) y de ahí en adelante participó en todos hasta el 2014.
Válido destacar aquí que la racha de estas dos figuras pudiera ser más larga, pero en la Series 48 y 49 no se celebraron Juegos de Estrellas.
Los habilidosos
Eliseo Rojas es un velocista de los diamantes en la Serie Nacional. Explosivo y de pies ligeros, el pinero vuela sobre las almohadillas, tal cual demostró en la carrera de home a primera durante las competencias de habilidades, que dominó con crono de 3,45 segundos.
Quizás para muchos ese registro no signifique nada, pero en realidad es la tercera mejor marca de todos los tiempos en esta prueba, una de las más constantes —se ha realizado 24 veces— desde que nacieron las competencias de habilidades en la segunda edición del partido de luminarias en 1964.
Rojas igualó el crono de Julio Pablo Martínez en el 2015 y quedó cerca del segundo mejor tiempo histórico (3,42s), implantado en el 2020 por el santiaguero José Luis Gutiérrez. Estas son muy buenas marcas, pero lucen terrenales al lado del récord del inmortal Omar Linares, quien detuvo los cronómetros en 3,28s durante el partido de estrellas de 1994 en el parque Latinoamericano.
Esa marca es una bestialidad absoluta, al punto que varios de los mejores corredores en la historia de las Series Nacionales ni siquiera han podido acercársele. En esta prueba han participado grandes velocistas como Amado Zamora, Roger Poll, Eduardo Paret, Giorvis Duvergel, Luis Felipe Rivera, Alexei Ramírez, Yasiel Puig, Dainer Moreira, Guillermo Heredia, Yoan Moncada, Roel Santos, Pedro León o Raico Santos, y ninguno le ha hecho cosquillas al récord de “El Niño Linares”.
Por cierto, ya que hablamos de añoranzas, debo confesar que extraño el vértigo de las vueltas a cuadro, una de las más espectaculares pruebas de habilidades que no se celebran hace ya un par de años para evitar lesiones de los corredores. Por ese mismo motivo se limitó durante un tiempo la competencia del tiro desde los jardines, pero este año se retomó con la victoria del joven espirituano Carlos Gómez.
Otra prueba que parece haber regresado definitivamente es la de mejor combinación de doble play, la cual estuvo ausente por más de 20 ediciones. En esta oportunidad, ganó el trío oriental de Yordanis Samón, Raúl González y Yorbis Borroto, este último reeditando su victoria del 2020 cuando triunfó con Jorge Alomá y Lisbán Correa.
Aunque no es muy popular entre los fanáticos, esta es una de las competencias más añejas en el marco de las pruebas de habilidades, pues surgió en el lejano 1967, cuando la combinación de Germán Águila, Félix Isasi y Pedro Chávez se llevó el éxito.
Pero si vamos a otorgar la condición de prueba histórica, el tiro al barril se lleva los honores. De las 35 ediciones de Juegos de Estrellas, en 32 se han realizado pruebas de habilidades, y siempre han estado presentes los disparos de precisión de los receptores al segundo saco. El primer ganador de esta competencia fue Armando Vera en 1964, y desde entonces otros 24 cátchers han logrado la victoria.
Entre todos ellos resaltan Rolando Meriño, Osvaldo Arias, Norlis Concepción, Yosvani Alarcón y Frank Camilo Morejón, los únicos que han ganado en más de una oportunidad. Por cierto, a esta selecta lista debemos sumar al capitalino Oscar Valdés, quien se llevó los honores en este 2022 y ya había probado las mieles del éxito en el 2018.
Por una vez se empieza
Tanto Eriel Sánchez como Michael González debutaban como managers en Juegos de Estrellas en este 2022, por lo que inevitablemente uno de los dos pasaría a la historia como el decimoséptimo director que gana estos duelos en su primera aparición.
Los únicos que lo habían conseguido antes eran Pedro “Natilla” Jiménez (1963), Gilberto Torres (1965), Fermín Guerra (1967), Lázaro Pérez (1981), Andrés Ayón (1983), Higinio Vélez (1987), Pedro Jova (1994), Víctor Mesa (2003), Onecio de León (2007), Esteban Lombillo (2008), Roger Machado (2011), Ramón Moré (2012), Yosvani Aragón (2013), Pablo Civil (2017), José Raúl Delgado (2018) y Eriberto Rosales (2022).
Ahora Michael, imponente con los Huracanes de Mayabeque en la presente temporada, se sumó a la lista, y de paso se convirtió en el quinto hombre que ha ganado un partido de estrellas en Cuba como manager y como jugador, pues en el 2016 el otrora torpedero formó parte de la novena de Occidentales que obtuvo el triunfo también en el parque Victoria de Girón. Los únicos que pueden presumir de sus victorias en Juegos de Estrellas en distintos roles son Lázaro Pérez, Pedro Jova, Víctor Mesa y Roger Machado.
Otro debutante en estos partidos que pasó a los libros de récords es el lanzador pinero Kendrys Hernández, quien se convirtió en el decimonoveno serpentinero que se apunta la victoria en su primer Juego de Estrellas. El derecho de los Piratas se unió a Florentino Alfonso, Rigoberto Betancourt, Carlos Gálvez, Roberto Ramos, Alfonso Ilivanes, Félix Pino, Regino Robaina, Lázaro Valle, Oscar Gil, Raúl Valdez, Yolexis Ulacia, Yunieski Maya, Alexei Gil, Pablo Millán Fernández, Cionel Pérez, Adrián Sosa, Geonel Gutiérrez y Laidel Torres como los únicos que han salido airosos en su estreno en duelo de luminarias.
“¡Pelota que va volando!”
El jonrón es el alma del béisbol, por eso el Derby de Cuadrangulares siempre despierta tanta atención. De hecho, desde que se celebró por primera vez una competencia de este tipo en 1965, solo en dos ocasiones (1967 y 1994) se decidió eliminarla del programa, vaya usted a saber por qué macabras razones.
Afortunadamente, a partir de que se instauraron los Juegos de Estrellas de manera estable en 1998, siempre hemos tenido concursos de jonrones, algunos más espectaculares que otros. Por ejemplo, en el partido de luminarias de la Serie 38, el matancero Michel Abreu ganó el Derby con solo un vuelacercas, aunque en defensa de los competidores debemos decir que no es tan fácil botar la pelota en el parque Héroes del Mayabeque, en Güines.
Algo similar sucedió en la 46 Serie, cuando el pinareño Alexei Ramírez salió airoso con solo dos jonrones en el estadio José Ramón Cepero, que puede ser un paraíso para los hombres de poder si las condiciones del tiempo son las ideales. Aquel 3 de febrero del 2007, definitivamente, no era uno de sus días idóneos para saltarse la valla en el parque avileño, muy abierto y expuesto a las incidencias del viento.
La otra cara de la moneda fue el show de Yasmany Tomás en el 2013, cuando dio 32 jonrones en el José Antonio Huelga espirituano. Recuerdo haber visto aquella exhibición a pie de terreno, a solo unos metros del slugger capitalino, quien encontró el ritmo adecuado y dejó boquiabiertos a miles de fanáticos.
Sin embargo, no es tan sencillo ganar un Derby de Cuadrangulares, de hecho, algunos de los más poderosos bateadores cubanos han quedado muy por debajo de las expectativas en ocasiones. Otros, en cambio, le han cogido la vuelta, como Yosvani Alarcón, el máximo ganador de esta competencia con tres reinados (2015, 2017 y 2018).
El tunero, junto a Orestes Kindelán y Michel Abreu, eran los únicos que habían logrado el triunfo en el Derby en más de una ocasión, hasta que en este 2022 se les sumó otro Leñador: Rafael Viñales. El máscara e inicialista de la novena verdirroja, quien había ganado en el 2016, se llevó ahora los honores en el Victoria de Girón con 11 vuelacercas, ligeramente por encima del guantanamero Pedro Pablo Revilla, quien quedó en diez.
Por cierto, si hablamos de cuadrangulares, no hay nada como darlo en un juego, más si están las bases llenas. Eso lo sabe bien el artemiseño Dayán García, quien consiguió un importante grand slam para Occidentales en el duelo del pasado domingo. Este fue tan solo el segundo vuelacercas con los ángulos congestionados en Juegos de Estrellas, tras el que logró Lisbán Correa en el 2020.
Ahora ya sumamos 45 jonrones en estos partidos, desde el primero que pegó el gran Pedro José Rodríguez el 26 de abril de 1981 ante los envíos de Pablo Pérez. De esos cuadrangulares, cuatro están a la cuenta del avileño Yoelvis Fiss, líder histórico y único que ha logrado dos jonrones en dos Juegos de Estrellas diferentes. En el 2011, el patrullero de los Tigres le botó la bola a Gerardo Concepción y a Duniel Ibarra, mientras en el 2013 castigó a Wilber Pérez y a Vladimir Baños.
Por cierto, la cuenta real de vuelacercas en Juegos de Estrellas es 47, porque en el 2015 Alexander Malleta y Yurisbel Gracial también dieron jonrones en un partido que no llegó al quinto capítulo por culpa de la lluvia. Por las reglas del béisbol, al no ser un juego oficial, estos batazos no son válidos, pero quedarán eternamente como los dos cuadrangulares congelados en Juegos de Estrellas.