Radiografía total de los refuerzos

El derecho Lázaro Blanco, seleccionado por Ceigo de Ávila, fue el primer refuerzo en la selección del 2018. Foto: Ricardo López Hevia

El derecho Lázaro Blanco, seleccionado por Ceigo de Ávila, fue el primer refuerzo en la selección del 2018. Foto: Ricardo López Hevia

Los seis clasificados a la segunda ronda de la 58 Serie Nacional de Béisbol escogieron sus refuerzos en la noche de este viernes, la cual no dejó demasiadas sorpresas en la elección de los mentores, que se ajustaron bastante al guion de sus necesidades.

Un total de 36 jugadores fueron elegidos para fortalecer las novenas que lucharán por el campeonato, con la particularidad de que se estableció una ronda adicional destinada solo a los seis jugadores contratados en Japón.

Ellos podían ser pedidos en esa vuelta especial, pero cuando regresen de sus compromisos profesionales y se incorporen a la disciplina de los equipos en Cuba, entonces estos tendrán que sacrificar a uno de sus cinco refuerzos originales.

Sobre este particular, la Dirección Nacional de Béisbol vuelve a fallar, pues así solo se dejan a más peloteros sin jugar, uno de los aspectos que más se reclama del actual formato. Está bien que se haga una concesión, una ronda adicional para incluir solo a los jugadores contratados, pero eso no puede significar el sacrificio de otros.

En la selección de refuerzos, además, se confirmó que Roel Santos estaba fuera de la bolsa por sus negociaciones para irse a jugar a Colombia.

A continuación, realizamos una radiografía de cada una de las selecciones, con análisis sobre lo que pueden aportar los peloteros sumados.

Tigres de Ciego de Ávila

Balance general: Roger Machado fue fiel a su filosofía y jugó al seguro. Pidió a cuatro hombres que ya han estado con los Tigres en anteriores campañas y, en sentido general, apostó por peloteros con experiencia en postemporada y finales, pese a que había otros jugadores disponibles más jóvenes y con mejores números en esta campaña.

El manager avileño buscó cerrar cada una de las brechas que tenía en el campo, particularmente en los jardines, donde ahora contará con un defensor de calidad como Orlando Lavandera y con un zurdo de poder que también puede pasar a la inicial u ocupar el puesto de designado.

Con sus adiciones, Machado consolida una alineación de mucha carretera, aunque preocupa el hecho de que el equipo no tiene tanta profundidad por detrás de los titulares. En cambio, el pitcheo pinta para ser un arma letal, con una poderosa rotación y un staff de hasta cuatro relevistas de buenos números, aunque es válido señalar que ese grupo tiene a varios hombres de avanzada edad a quienes más propensos al desgaste y a las lesiones.

Creo que su selección pudo ser mucho mejor si se hubiera decantado por un camarero al estilo de César Prieto o Dayán García en la tercera vuelta, lo cual le hubiera permitido mantener a Raúl González en la antesala y limitar así los cambios de posiciones en el infield.

Lázaro Blanco (abridor): Machado arrancó sin sorpresas, tomando al as de los Alazanes de Granma, con quienes no trabajó en la primera ronda por su contrato en la Liga Canam. El diestro fue una de las piezas claves de los Capitales de Quebec, otra vez finalistas en el circuito norteño.

Blanco redondeará la ya fuerte rotación de los Tigres, que obtuvo 20 victorias con el cuarteto de Vladimir García, Maikel Folch, Yander Guevara y Dachel Duquesne. La experiencia de los cinco efectivos puede ser un factor determinante en favor de los avileños, aunque también habrá que prestar atención, pues todos tienen más de 30 años.

Miguel Lahera (relevista): Otro serpentinero muy curtido en escenarios nacionales e internacionales que se sumará a los Tigres. Probablemente sea el hombre al que Machado le entregue la bola para preservar ventajas en los finales. El artemiseño, quien también estuvo contratado en Canadá, solo lanzó en un partido con los Cazadores, pues afrontó una lesión.

Este último detalle genera ciertas dudas sobre su capacidad actual, aunque la ética de trabajo del derecho y sus buenas relaciones con Machado (siempre lo ha acompañado en equipos Cuba y fue refuerzo de los Tigres en la Serie 52) le darán un margen para recuperarse completamente y llegar en plenitud a las instancias decisivas del torneo.

Edilse Silva estará con los Tigres por segunda vez en su carrera. Foto: Otmaro Rodríguez
Edilse Silva estará con los Tigres por segunda vez en su carrera. Foto: Otmaro Rodríguez

Edilse Silva (jugador de cuadro-jardinero): El tercer refuerzo de los Tigres llegó desde Santiago de Cuba con el bate caliente. Silva fue uno de los mejores toleteros de la primera mitad, se embasó casi en la mitad de sus 163 comparecencias, empujó 34 carreras y se tomó solo 21 ponches, cifra relativamente baja para un slugger.

El indómito ya estuvo en las filas avileñas hace dos años, cuando perdieron la final contra los Alazanes de Granma. Ahora regresa con una nueva oportunidad y seguramente cargará con mucha responsabilidad en el medio de la alineación. No creo que Silva juegue en la inicial, pues ese puesto lo cubre Humberto Morales, por lo que lo más probable es que alterne como jardinero izquierdo o designado.

Orlando Lavandera (jardinero): Si bien no se puede catalogar como la peor selección, sorprendió un tanto que Machado se fuera por Lavandera cuando quedaban disponibles otros jardineros más jóvenes y con números superiores al mayabequense.

Por ejemplo, Yoelkis Guibert (64 carreras producidas), Alberto Calderón (40), Eliseo Rojas (45) o Jhony Hardy (37) se fueron por encima de Lavandera en términos ofensivos, y con el guante no dejaron estadísticas negativas. Sin embargo, el mentor de los Tigres se decantó por la experiencia de su nuevo pupilo, a quien ya dirigió en la Serie 54, cuando salieron campeones.

Lavandera tuvo una primera ronda efectiva, con línea ofensiva de 398/466/864, aunque solo produjo 23 carreras y pegó diez extrabases. El patrullero estará en el fondo de la alineación avileña, conjunto que, sobre todo, espera que cierre la línea central con su buena defensa en los jardines.

Jefferson Delgado (jugador de cuadro): No pensaba que algún equipo se lanzara por el antesalista matancero, quien no ha mostrado nada de poder (pobre slugging de 338 sin jonrones y solo cuatro extrabases) en la presente campaña y ha bajado muchísimo sus índices ofensivos.

El yumurino, que fue el quinto refuerzo de los Tigres, seguramente jugará la tercera base y Raúl González pasará a la intermedia, movimiento que, a mi juicio, Machado pudo evitar si pedía a César Prieto (58 producidas, cinco jonrones, 429 de OBP) o Dayán García (39 impulsadas, 25 anotadas, 910 de OPS) en la tercera ronda, a fin de cuentas, podía esperar a la última para llevarse a Lavandera, quien no aparecía entre los intereses de los demás equipos.

Jefferson Delgado es una de las elecciones más polémicas que dejó la noche de refuerzos. Foto: Ricardo López Hevia

Liván Moinelo (relevista): Probablemente el zurdo pinareño se tome un largo descanso en Pinar del Río antes de incorporarse a la disciplina avileña, si es que finalmente lo hace luego de trabajar más de 50 partidos en el circuito profesional japonés con los Halcones de SoftBank. Todavía Moinelo está envuelto en la postemporada asiática, por lo que su regreso demorará al menos dos semanas más si su equipo llega hasta la última instancia.

Ya el pasado año, en la Serie 57, Moinelo se mostró renuente a jugar como refuerzo de play off, por lo que habrá que ver ahora su disposición para unirse a los Tigres y afrontar las exigencias del tramo final de la contienda. Como es lógico, si llega enchufado y se dedica en cuerpo y alma puede armar un tándem de lujo en el relevo con Lahera.

Cachorros de Holguín

Balance general: Holguín tenía muchas necesidades, de ahí que la selección de los refuerzos para ellos ha sido un trago agridulce. Por una parte, taparon huecos evidentes y mejoraron su nómina, pero por otra, les quedaron lagunas en los jardines y no pudieron llevarse a las piezas exactas que buscaba Noelvis González, en gran medida por la mala fortuna en el orden de solicitud.

Los holguineros sacaron la bola número seis (última) en la tercera y cuarta ronda, lo cual les impidió quedarse con Edilse Silva o Pedro Manuel León. No obstante, el mentor de los Cachorros pudo elegir algo mejor que Josimar Cousín, joven extremadamente talentoso, pero que tuvo una primera mitad horrenda, quizás agotado por la carga de un año sin respiro.

Como detalle positivo, Holguín tiene ahora a los dos mejores abridores zurdos del país, quienes seguramente pasarán al tope de la rotación. Además, añadieron a dos bateadores que versátiles, de notable experiencia, que se distinguen sobre todo por sus altas tasas de contacto.

Como podemos apreciar, no se puede ubicar a Noelvis González y a los Cachorros entre los principales ganadores de la noche de refuerzos, aunque siempre habrá que darle el beneficio de la duda, porque al final esta selección es una caja de sorpresas y hasta que no la abras no sabrás la calidad del producto.

Yoanni Yera (abridor): El único zurdo de garantías que tenía Holguín en su staff era Luis Ángel Gómez, pero al sublíder de efectividad en la pasada Serie Nacional le batearon 451 en 29 entradas de labor, con pésimo promedio de 8.07. Por eso no es raro que el primer elegido haya sido Yoanni Yera, uno de los mejores serpentineros de la primera fase.

El matancero tuvo una media de 10.49 ponches por cada nueve entradas, WHIP de 0.99 y solo 16 boletos en 52.1 entradas de labor. A Yera le batearon 198, dejó efectividad de 2.41y ganó cinco partidos con los maltrechos Cocodrilos.

Como detalle de cuidado, mientras lanzaba Yera los rivales robaron ocho bases en nueve intentos. Cierto que los receptores yumurinos fueron un desastre, pero uno pensaría que los oponentes correrían menos frente a un lanzador zurdo.

Ulfrido García se unirá a Yoanni Yera al frente de la rotación holguinera. Foto: Ulises Ruiz/AFP/Getty Imges
Ulfrido García se unirá a Yoanni Yera al frente de la rotación holguinera. Foto: Ulises Ruiz/AFP/Getty Imges

Ulfrido García (abridor): Se incorporó en la recta final con Santiago de Cuba y ganó tres duelos que sirvieron a los indómitos para colarse en la serie de comodines, aunque en esa instancia no pudo hacer la cruz. Eso sí, en 30 capítulos de trabajo le conectaron para 198, tuvo efectividad de 1.80 y WHIP de 1.27.

De Ulfrido sigue preocupando su promedio de boletos por cada nueve entradas (5.10), mal que ha frenado su proyección. No obstante, en Holguín será una pieza vital, porque, a juzgar por el completo panorama de los refuerzos, no parece que los Cachorros vayan a anotar muchas carreras en esta segunda etapa.

Josimar Cousín (abridor): Podríamos establecer que el caso Cousín es uno de los más misteriosos de la temporada, pues cuesta entender cómo un chico que impresionó hace solo unos meses ahora ha caído en una depresión tan profunda. Sin embargo, el bajo rendimiento del camagüeyano bien podría justificarse en una excesiva carga de trabajo.

Arrancó la pasada temporada en agosto del 2017, lanzó como refuerzo de Pinar del Río y Las Tunas, estuvo en el clasificatorio mundialista Sub-23, trabajó en la Serie Especial y participó en los entrenamientos topes de la preselección nacional antes de los Juegos Centroamericanos de Barranquilla y el Torneo de Harlem, aunque no fue incluido en ninguna de las dos nóminas.

Con semejante carga y muy poco descanso arrancó la 58 Serie, en la cual le anotaron un promedio de 9.96 carreras por cada nueve entradas, con efectividad de 7.75. Le pegaron cinco jonrones en tan solo diez partidos, prueba de que tal vez disminuyó algo su velocidad.

No creo que Noelvis González lo coloque de entrada en la rotación, la cual debe arrancar con Yera, Ulfrido, Carlos Santiesteban, Wilson Paredes y el joven Rubén Rodríguez. Por tanto, el panorama más probable para Cousín será el de relevista, presumiblemente cerrador, aunque antes de nombrarlo oficialmente en el puesto necesitaría probarlo en rol intermedio, a fin de no correr tantos riesgos en los finales.

Ariel Sánchez (jardinero): Quizás el matancero no aporte mucho en los jardines por sus limitaciones defensivas, sobre todo en el brazo, pero su presencia en la alineación puede tener un impacto notable. Sánchez se pinta para ocupar uno de los dos primeros turnos, lo cual permitiría aprovechar su todavía notable capacidad de embasarse (441 de OBP).

Esta es el arma principal del yumurino, quien multiplicaría sus opciones de anotar si por detrás de él conectan con oportunidad Maikel Cáceres, Geydi Soler, Pedro Almeida y Yunior Paumier. Encontrarle posición no será un problema a pesar de sus dificultades defensivas, pues Sánchez participó en 34 encuentros al campo durante la primera ronda y fildeó en más de 270 entradas.

Yasiel Santoya (jugador de cuadro): El hecho de que Santoya llegara como quinto refuerzo a Holguín demuestra que los orientales tenían en mente otros nombres para defender la primera base, en particular Guillermo Avilés y Edilse Silva.

Pero ninguno de ellos estuvo ni cerca de vestirse con la casaca de los Cachorros por la mencionada mala fortuna de Noelvis González en los turnos de selección. Por ello, Santoya aterrizará en el Calixto García con la misión de ocupar el puesto de inicialista, aunque su versatilidad lo puede llevar también a los jardines.

El espirituano, que desde hace años juega con Matanzas, no tuvo una temporada pletórica, pero se mantuvo como un bateador por encima de la media para liderar a los Cocodrilos en carreras producidas (43). Además, se ponchó solo diez veces (una cada 18 comparecencias) y conectó diez de sus 16 extrabases con hombres en circulación.

Oscar Luis Colás lleva casi dos años en Japón y no ha vuelto a jugar en ningún torneo cubano. Foto: Yuhki Ohboshi

Oscar Luis Colás (jugador de cuadro-jardinero-lanzador): Entre los peloteros contratados en Japón, Noelvis escogió al joven Colás, quien lleva un par de años desempeñándose en las Menores con los Halcones de SoftBank. Es un zurdo de enormes proyecciones, pero, como todos los hombres que juegan en Asia, no se conoce su disposición para ser refuerzo ni se conoce en qué estado llegarán.

Si asumimos que Colás estará en óptimas condiciones, Holguín entonces contaría con un bateador zurdo de poder moderado, capaz de jugar en los jardines y en la inicial, además de encaramarse en la lomita si es necesario.

Leopardos de Villa Clara

Balance general: Para un equipo que bateó 256 y anotó 4.30 carreras por juego en un campeonato tan ofensivo, sin dudas la prioridad era fortalecer la alineación, repleta de debilidades y desprovista de hombres que asuman el liderazgo con el madero.

Eduardo Paret intentó cubrir esos espacios a toda costa. Convocó a dos bateadores de experiencia, a quienes acompañará un talentoso joven cienfueguero y, supuestamente, Alfredo Despaigne cuando regrese de Japón, aunque esto ahora mismo es una utopía, pues el propio slugger ha confirmado que no va a jugar con ningún equipo.

Además, Paret trató de añadir horas de vuelo a su staff de pitcheo con Jonder Martínez, y también se llevó a Misael Villa, quien intentará aumentar el protagonismo de los zurdos, no tan notable hasta el momento.

No me parece que haya sido una mala elección, aunque quizás el novel manager debió apostar de entrada por un torpedero natural como Alexander Ayala o Jorge Alomá, teniendo en cuenta que para la segunda o tercera ronda le podía llegar un intermedista de calidad.

Salvo esa conjetura y la bala perdida que parece ser la convocatoria de Despaigne, los Leopardos mejoraron de cara a la segunda ronda, en la cual su pitcheo tendrá que sostenerlos nuevamente para llegar a la postemporada.

Carlos Benítez (jugador de cuadro): El camarero de las últimas selecciones nacionales estuvo inmenso en la primera ronda si observamos solo su average ofensivo (389) y su promedio de embasado (497), pero dichos números no repercutieron tanto en la producción de carreras.

Mucho tuvo que ver en ese sentido el pobre desempeño con el madero de los Alazanes granmenses, que entraron muy poco en circulación. Ahora Benítez puede encontrarse con un panorama diferente si se conjugan todos los factores y los Leopardos mejoran su rendimiento en el rectángulo ofensivo. Si el granmense se acopla bien con César Prieto, William Saavedra y Norel González pueden formar un cuarteto productivo.

Jonder Martínez ya ganó un campeonato con Villa Clara. ¿Podrá repetir? Foto: Ricardo López Hevia

Jonder Martínez (abridor): Llegó tarde al campeonato por su contrato en Canadá y Matanzas se lo sintió hasta la médula. Ahora se mudará nuevamente a Villa Clara, donde tuvo un excelente rendimiento en el único campeonato que ha ganado la provincia en los últimos 25 años.

Ha sido abridor permanente en las campañas más recientes, pero supongo que Paret aproveche su carretera en funciones de relevo como acompañante del todavía inexperto Javier Mirabal. De cualquier manera, no se puede descartar que en algún momento aparezca de abridor.

Su presencia con los Leopardos, más allá del impacto directo en el juego, debe tener cierta repercusión en la formación y resultados inmediatos de los talentosos jóvenes que confluyen en el staff naranja, teniendo en cuenta todos los conocimientos que puede transmitir.

Misael Villa (abridor): Su aparición como refuerzo de Industriales en la pasada postemporada fue brillante, al punto de echarse en el bolsillo a la exigente afición del Latinoamericano. El zurdo se burló de la presión y rindió por encima de las expectativas en su breve paso por la nave azul.

Esta campaña, sin embargo, no ha estado bien. Sus números son pésimos (efectividad de 5.59, WHIP de 1.69, promedio oponente de 315 y 24 extrabases permitidos en 56 entradas), como los del pitcheo artemiseño en sentido general.

Lo más preocupante en el caso de Villa es que tuvo un notable apoyo ofensivo de los Cazadores, y ni siquiera así pudo terminar con balance positivo. Ahora que pasará a jugar con un plantel endeble en materia ofensiva, habrá que ver cuál es el destino de este zurdo.

César Prieto (jugador de cuadro): Estaba entre los tapados, pero sus números explosivos amenazaban con reventar en nuestros rostros si ningún mentor lo pedía. Paret se atrevió, impulsado quizás por la imagen que le dejó el cienfueguero cuando jugaron entre ellos.

En las filas naranjas seguramente se desempeñará en el campo corto, aunque todos aseguran que su posición natural es la intermedia. De cualquier manera, aquí o allá tendrá que pulir su defensa, que no fue buena en los primeros 45 partidos. En eso mucho puede incidir Paret, todo un guardián en las paradas cortas.

Su inclusión, si se mantiene quemando la liga con el madero, representaría una mejora considerable, pues supera en toda la línea a Randy Portal (253/385/291 y 17 producidas). Prieto anotó 35 carreras, impulsó 28, pegó cinco jonrones y bateó para 379, aunque debe mejorar su contacto (un ponche cada nueve turnos al bate). Pese a este último detalle, Paret podría valorar colocarlo como primer bate.

William Saavedra (jugador de cuadro): Ha sido uno de los bateadores más temidos de los últimos años, sobre todo en postemporada, pero con Saavedra el factor motivación, probablemente, incide más que en cualquier otro pelotero.

Eso se ha podido ver este año con los Vegueros, un conjunto al que aparentemente rodean diversas pugnas internas tras la separación de Donal Duarte. El inicialista al parecer no se ha sentido cómodo y el reflejo está en los números (solo 16 remolques y promedio ofensivo por debajo de 300), que para nada se corresponden con su calidad.

Si Saavedra encuentra la motivación en tierras villaclareñas puede convertirse en el bateador de impacto que realmente necesitan los Leopardos en el centro de la alineación, pero si nos regala su versión más apática, entonces Paret tiene un enorme problema entre manos.

Alfredo Despaigne (jardinero): El jonronero sigue en Japón jugando la postemporada y ya ha anunciado que a su regreso no participará en la Serie Nacional como refuerzo. Esta era una jugada cantada, por el desgaste de la exigente temporada nipona, y porque Despaigne ha deja claro en los últimos años que en Cuba prefiere vestir la camiseta de la selección nacional y la de su provincia.

No creo que se ejerza demasiada presión para que el toletero cambie de opinión, a fin de cuentas está en todo su derecho de tomar el descanso que estime conveniente después de su larga y agotadora campaña en Asia.

Alfredo Despaigne estuvo con Villa Clara en la Serie del Caribe, pero al ser seleccionado sin consultarlo ahora ha dicho: “no jugaré, cueste lo que cueste y piensen lo que piensen”. Foto: Tomada del blog Zona de Strike

Leñadores de Las Tunas

Balance general: Siempre alguien da la nota en la selección de los refuerzos, y en este caso fue Pablo Civil, quien se aventuró a dejar pasar a los mejores lanzadores en las primeras rondas para atrapar a ¡dos! torpederos, aunque seguramente reconvertirá uno de ellos en camarero.

Tras estos sorpresivos movimientos iniciales, la probable alineación de los Leñadores mete miedo, aunque habrá que ver si pueden fabricar todas las carreras que, asumo, necesitará un pitcheo no tan profundo.

Como Civil esperó a la tercera ronda para seleccionar su primer lanzador, no pudo llevarse al cerrador José Ángel García o al zurdo Misael Villa, y dejó pasar a Alberto Bicet, uno de los mejores tiradores de la primera fase. Por delante del santiaguero prefirió al joven de los Huracanes Yadián Martínez, quien cuenta con las herramientas para ser un refuerzo de impacto.

Lo que más llamó la atención del pedido de Civil fue el llamado al apagafuegos guantanamero Luis Enrique Castillo, cuyos números mediocres no superaban en ninguna medida los de Alyanser Álvarez, otro de los serpentineros que impulsó a Mayabeque rumbo a la serie de comodines.

Alexander Ayala era una prioridad para los Leñadores, que ya contaron con sus servicios el pasado año. Foto: Ricardo López Hevia

Alexander Ayala (jugador de cuadro): El camagüeyano era una prioridad para los tuneros, en primer orden por el poderío ofensivo del torpedero, y en segundo por su empatía con la novena, teniendo en cuenta que jugaron juntos en la pasada campaña.

A sabiendas de que Ayala también estaba entre las prioridades de otros conjuntos, Civil no demoró y se lo llevó abriendo las solicitudes. El agramontino está como el buen vino, tuvo un promedio de embasado de 521 y OPS de 1069, con 48 carreras producidas.

Ese gasto se puede aprovechar mucho más en las filas de los Leñadores, donde lo acompañarán en el ataque los hermanos Alarcón, Danel Castro, Jorge Jhonson y compañía, una tanda temible que debe fabricar un buen número de carreras por partido.

Jorge Alomá (jugador de cuadro): Ni Ernesto Lalana, ni Yonisbel Pompa, ni Denis Peña, ni Magdiel Gómez cumplieron con las expectativas como titulares alrededor del segundo saco, por lo que el alto mando tunero optó por limpiar esa zona con Ayala y Alomá.

El capitalino, que lleva par de campañas en Artemisa, debe pasar a la intermedia sin afrontar un dramático proceso de adaptación, pues conoce la posición y es un defensor de buenas manos. Alomá aportará también su solidez ofensiva (34 anotadas, 31 remolques, siete jonrones, línea de 500/606/1106) y dinamismo, pues hablamos de un jugador inteligente y buen corredor en los senderos.

Yadián Martínez (abridor): Fue una de las sensaciones de la primera mitad del campeonato, por sus números y por su energía en el box. El derecho de 22 años mostró mucha personalidad en cada una de sus salidas y también probó tener un brazo fuerte, pues completó tres encuentros.

Pese a su juventud, Yadián no tuvo una alta tasa de boletos por juego (3.29), lo cual lo ayudó a terminar con un WHIP de 1.10, de los mejores del campeonato. Además, permitió un promedio de 2.50 carreras por choque y se apuntó dos blanqueadas.

Ahora se enfrentará a un nivel superior y es previsible que no logre mantener estos indicadores tan bajos, aunque bien vale la pena darle un voto de confianza a este serpentinero, quien tiene todas las maneras de un verdadero Huracán.

Dariel Góngora (abridor): Serpentinero de la media, el agramontino se unirá como segundo zurdo de la rotación tunera tras Yudiel Rodríguez, quien ha cargado este año con el peso de los lanzadores de esa mano, pues Ángel Sánchez no ha tenido el mismo rendimiento de su temporada de novato.

Góngora terminó con efectividad aceptable (3.74), le batearon para un discreto 269 y ganó seis partidos en un equipo dinamitado como Camagüey, desecho entre la fragilidad ofensiva y el desplome de su talentoso cuerpo de tiradores.

En Las Tunas, el zurdo tendrá la ventaja de que lo respaldará una alineación que debe anotar, como promedio, más de cinco carreras por partido. Sin dudas, ese apoyo puede repercutir positivamente en sus resultados.

Dariel Góngora tendrá la misión de fortalecer el pitcheo zurdo de los Leñadores. Foto: Raúl del Pino
Dariel Góngora tendrá la misión de fortalecer el pitcheo zurdo de los Leñadores. Foto: Raúl del Pino

Luis Enrique Castillo (relevista): Pese a que dos hombres lograron un total de 11 salvados en 13 oportunidades, Pablo Civil no se siente de todo seguro con su cuerpo de relevistas, por eso quería añadir un apagafuegos a toda costa. Sin embargo, esa “desesperación” lo llevó a realizar un movimiento que, a priori, parece un error de bulto.

El mentor de los Leñadores pidió de refuerzo al guantanamero Castillo, a quien castigaron en la primera ronda (379 de promedio oponente, 11 carreras permitidas en 13 entradas y media de 15.23 jits por cada nueve episodios). El derecho salvó las dos únicas oportunidades que tuvo, pero sus números generan mucha desconfianza.

El asunto se agrava porque Civil tenía a tiro al cerrador de Mayabeque, Alyanser Álvarez, quien sumó diez rescates, no desperdició ninguno y dejó a los rivales en average de 236.

Ariel Martínez (receptor): No hay mucho que decir en este caso, porque en realidad fue un refuerzo casi impuesto. A Civil le tocó el último número en la ronda final de selección y tuvo que quedarse con lo que dejaron los demás.

Ojo, no quiero decir que Ariel Martínez sea un mal receptor, solo que la demanda de los Leñadores no incluía jamás a un máscara, pues cuentan con Yosvani Alarcón y Rafael Viñales.

Leones de Industriales

Balance general: Rey Vicente Anglada debutó en la selección de los refuerzos y mostró mucha seguridad en cada una de las rondas. Al final el mentor de los Leones se salió un poco del guion que esperaban los aficionados, en el cual se escogían a cuatro lanzadores y a un jugador de posición, preferiblemente un torpedero.

Anglada a la postre se llevó tres brazos de mucho valor provenientes de Pinar del Río, los cuales ofrecen una imagen renovada y consistente del pitcheo industrialista. Por supuesto, una cosa es cómo lucen los nombres en el papel y otra es su rendimiento en el diamante.

Por otra parte, el manager capitalino añadió todavía más profundidad a su novena y ahora sí tiene dobladas todas las posiciones, lo cual le abre un espectro muy amplio de variantes para asumir cada partido, según circunstancias específicas de juego y las características del rival.

Erlis Casanova (abridor): Como Saavedra, estamos frente a un pelotero muy temperamental, que varía mucho sus estados de ánimo de un día a otro. Ya estuvo con Industriales en la postemporada de Serie 57 y lo hizo a las mil maravillas, al punto de que casi completa un no jit no run en el cuarto pleito de la semifinal contra Las Tunas.

En el presente campeonato solo realizó tres salidas con resultados funestos, al parecer acusando cansancio tras su contrato en Italia, donde sí tuvo un gran rendimiento. Habrá que ver cuál de las dos versiones es la que emerge con la nave azul, en la que esperan ver al lanzador dominante y experimentado capaz de dominar a todos sus oponentes.

Erlis Casanova tuvo una breve experiencia con Industriales en la anterior postemporada y ahora repetirá. Foto: José Raúl Rodríguez Robleda/Trabajadores

Frank Luis Medina (abridor): La pesca en el staff de Pinar del Río estaba cantada y en la segunda ronda Anglada también capturó a un serpentinero de los Vegueros. Medina, quizás, se la joya de la corona en esta selección, básicamente porque es quien se ha visto en mejor forma durante la presente temporada.

Tradicionalmente utilizado como relevista, este año Pedro Luis Lazo decidió moverlo a la rotación por las ausencias de Casanova y Vladimir Baños, contratados en Italia. En su nuevo rol el derecho ofreció varios recitales y terminó con efectividad inferior a dos limpias por cada nueve entradas, algo que solo consiguieron otros tres hombres en la primera fase.

No es seguro que permanezca como abridor en las filas azules, quizás sea utilizado de comodín por su dominio de ambas facetas. Sin embargo, votaría porque lo colocaran en la rotación junto a Casanova, Baños, Frank Montieth y David Mena.

Pedro Manuel León (jardinero): Uno pensaría que en un equipo desbordado a la ofensiva en todo el certamen no haría falta la inclusión de otro bateador de poder, pero Anglada tenía otros planes y pidió al líder jonronero de la Serie.

León es un talento en bruto, tiene poder natural, es rápido, cubre mucho terreno en los jardines y con su brazo puede sacar a cualquier corredor en la actualidad. De hecho, en la primera fase tuvo seis asistencias, máxima cantidad entre los patrulleros de Mayabeque y más que cualquiera de los defensores azules en las praderas.

La presión le pudo en los choques de comodines, en los que se fue en blanco, pero la dirección capitalina confía en el talento del joven, quien aportará dinamita y poder del lado derecho del plato, algo que no abunda en la alineación de los Leones, dominada por el señorío de los zurdos.

Vladimir Baños (abridor): No ha lanzado en la 58 Serie Nacional tras su regreso de Italia debido a una lesión, pero fuentes desde Pinar del Río aseguran que ya se ha recuperado. Aquí Anglada no compró rendimiento, sino experiencia y sangre fría para asumir partidos de importancia en momentos decisivos de la temporada.

Baños llega a Industriales para incorporarse a la parte trasera de la rotación, suponiendo que Medina, Casanova y Mena salgan como los líderes del staff. No obstante, pensando en futuros partidos de postemporada, el experimentado derecho ganaría enteros por su experiencia.

Rangel Ramos (jugador de cuadro): Entre las prioridades de los Leones estaba incluir un torpedero en su nómina. Las preferencias apuntaban hacia Jorge Alomá o Alexander Ayala, pero estaba claro que no iban a sacrificar el pitcheo por cazar a un campo corto.

Ya deshechas las opciones de los dos “favoritos”, Anglada no se quiso ir con las manos vacías y apuntó a Ramos, torpedero de excelente primera etapa, en la cual cometió solo dos errores en más de 100 lances y bateó para 303.

Al margen de ese promedio ofensivo, su principal cualidad es la defensa, justo lo que necesita Industriales, que vivió un festival de lo mal hecho con el guante durante los 45 juegos iniciales. Rangel intentará mejorar eso de inmediato desde las paradas cortas, tal cual lo hizo con Mayabeque, mejor equipo defensivo del campeonato.

Raidel Martínez (relevista): Es el cerrador que completaría un cuadro bastante sólido en todos los órdenes, pero también habrá que esperar por su regreso de Japón para conocer su disposición de incorporarse a la disciplina de Industriales.

Veloz, con experiencia en juegos de presión (selló el título de Granma en la pasada Serie) y más curtido gracias a su periplo por Japón, Raidel Martínez sobresale como una opción muy interesante para el bullpen azul.

La selección a última hora de Rangel Ramos le brinda a Industriales una nueva y segura opción para la custodia del campo corto. Foto: Otmaro Rodríguez

Gallos de Sancti Spíritus

Balance general: El consenso de los especialistas apunta a que los Gallos fueron los que mejor se reforzaron, y coincido en este punto, aunque es válido aclarar que también son los espirituanos, junto a Holguín, quienes más deficiencias tenían por tapar en su escuadra. Por ello, pese a una genial selección, puede ser que no les alcance para dar la clarinada en la segunda fase.

José Raúl Delgado sumó a dos bateadores que serán de vital ayuda en la producción de carreras, además de tres serpentineros de características diferentes que se unirán a un staff repleto de nombres subestimados.

Con estos cinco nombres, y la posibilidad futura de contar con Yurisbel Gracial, coloca a los Gallos en una posición muy mejorada. Ellos partirán bastante cerca de la cima, por lo que son un rival peligroso si todas las piezas se engranan y producen de manera inmediata.

Yariel Rodríguez (abridor): En medio del desastre del pitcheo camagüeyano, Yariel escapó con números aceptables, aunque algo por debajo de sus reales posibilidades. No obstante, el hecho de que no haya caído en la debacle generalizada en su equipo hablas a las claras de su capacidad mental y deseos de salir adelante.

Terminó con efectividad de 3.10, 55 ponches en 69.2 innings, promedio oponente de 239 y balance de 3-2, saldo bastante positivo para las tempestades que azotaron a la novena agramontina. En los Gallos, aunque llega de último, no tendrá un rol secundario, de hecho, quizás sea el líder de la rotación junto a Alberto Bicet.

A ellos los escoltarían Yanmichel Pérez, Yoen Socarrás y Pedro Álvarez, aunque alguno de ellos podría pasar al bullpen, donde han dominado Ángel Peña, Javier Vázquez, Humberto Delgado y José Eduardo Santos.

Yariel debe seguir mejorando su control fino sobre la zona interior (pegó ocho pelotazos) y mezclar más y mejor sus envíos, pues en ocasiones es demasiado dependiente de su velocidad.

Guillermo Avilés (jugador de cuadro): Cuando un lanzador derecho se pare frente a la tanda espirituana encontrará un trío de zurdos bien peligroso con Yunier Mendoza, Frederich Cepeda y Avilés, cada uno de ellos con armas distintas para producir.

El granmense será la referencia de poder en ese grupo y al campo ofrecerá la variante de moverse a los jardines para no incomodar a Yunier Mendoza en la inicial. No obstante, creo que el alto mando espirituano lo utilizará de comodín para dar algunos turnos de designado tanto a Mendoza como a Cepeda, pues ambos pasan de 35 años.

Avilés deberá adaptarse a la dinámica de los Gallos, cuya versión del 2018 juega mucho más “caliente” de lo que está habituado el granmense, pelotero sereno que prefiere pasar entre sombras. No obstante, el acoplamiento no debe ser un problema gracias a la presencia de Cepeda, con quien ha compartido ya varias veces en la selección nacional.

Alberto Bicet le dará un toque de experiencia al pitcheo espirituano. Foto: Raúl del Pino
Alberto Bicet le dará un toque de experiencia al pitcheo espirituano. Foto: Raúl del Pino

Alberto Bicet (abridor): El santiaguero cada vez me parece más la versión cubana de Bartolo Colón, salvando las distancias. Bicet lanza y gana en la Nacional cuando, a simple vista, parece que está acabado.

Su temporada con Santiago fue magnífica; alcanzó nueve sonrisas, trabajó para menos de dos limpias y devoró más de 70 episodios, algo un tanto impensado para un hombre que en su momento vivió horribles capítulos de dolor por lesiones en su brazo de lanzar.

Para los Gallos será un complemento ideal en la rotación, aunque José Raúl Delgado sabe que también puede llamarlo desde el bullpen un día en particular para sellar una victoria.

José Ángel García (relevista): Más de 200 salvados sustentan la carrera del derecho artemiseño, que este año desperdició un rescate en seis oportunidades. Sigue siendo un hombre confiable en las postrimerías y no ha perdido efectividad pese a la disminución de su velocidad.

“El Barbero” de Guanajay se ha adaptado a las circunstancias y todavía se puede llamar del bullpen a sacar nueve outs para preservar una diferencia mínima. En los primeros 45 juegos le batearon para un anémico 182 y sostuvo una tasa de casi un ponche por entrada.

Para los Gallos será una opción permanente, sobre todo en los partidos más tensos. Válido destacar que José Ángel no estará solo en su sexta elección como refuerzo, pues Yanieski Duardo (siete salvados), Javier Vázquez, Huberto Delgado y José Eduardo Santos han hecho una importante labor de contención en rol de apagafuegos.

Dayán García (jugador de cuadro): Olviden si el artemiseño viene a los Gallos para jugar segunda, tercera o el campo corto. La verdadera razón por la que Dayán fue llamado a las filas espirituanas es su bateo y oportunidad con hombres en base.

García fue una de las bujías de los Cazadores desde el rectángulo ofensivo, pero en la recta final de la primera fase se quedó solo por las lesiones de Lázaro Hernández, Yoan Moreno y el propio Alomá, quien también tuvo algunas molestias.

Yurisbel Gracial (jugador de cuadro): Difícilmente algún pelotero reúna en Cuba tantas herramientas como el matancero. Veloz, defensor de potente brazo, versátil, excelente corredor en las bases y con poder en sus muñecas, Gracial es el clásico todo en uno que puede asumir diversos roles en un equipo.

Por eso Delgado aprovechó su primer lugar en el último turno de selección y echó la red al yumurino, quien ahora juega la postemporada en Japón con los Halcones de SoftBank. No se sabe todavía si cuando regrese y cumpla todo su período de vacaciones estará disponible para los Gallos, pero es una muy interesante bala en la recámara.

 

Aunque ya fueron seleccionados, la incorporación de Gracial y el resto de los peloteros contratados en Japón está en duda pues a ninguno se le informó que serían incluidos en la bolsa de refuerzos. Foto: Ricardo López Hevia
Aunque ya fueron seleccionados, la incorporación de Gracial y el resto de los peloteros contratados en Japón está en duda pues a ninguno se le informó que serían incluidos en la bolsa de refuerzos. Foto: Ricardo López Hevia
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