Como si no hubiese sido bastante la vergüenza sufrida hasta este sábado por el béisbol cubano en los Panamericanos de Lima, el equipo de la Isla se despidió de los Juegos con una escandalosa derrota frente a República Dominicana que los condenó definitivamente al sexto lugar.
Los cubanos dilapidaron una amplia ventaja de ocho carreras ante los quisqueyanos, que en el final de la décima entrada protagonizaron una remontada increíble, al pisar nueve veces el home y dejar a los dirigidos por Rey Vicente Anglada con la frustración atravesada en la garganta.
Los cubanos, totalmente eclipsados al bate, se las habían ingeniado para llegar a extrainnings con empate a una carrera en la pizarra. De hecho, fueron los primeros en anotar a la altura del segundo, ante los envíos del abridor dominicano Ariel Peña.
Sin embargo, no lograron producir en el resto del partido, mientras sus rivales negociaban la igualada frente a Lázaro Blanco, a quien mandaron a las duchas en la quinta entrada. A pesar de batear mejor, República Dominicana no pudo marcar otra carrera ante los relevistas cubanos, entre los que volvió a sobresalir el zurdo Liván Moinelo, autor de tres ponches en dos y un tercio.
Con el abrazo entre ambos equipos concluyeron los nueve innings oficiales y fue necesario ir al décimo, cuando se aplicó la llamada regla IBAF. En esa instancia, Cuba sacó partido a los hombres en base y reactivó el madero para marcar ocho carreras que parecían definitivas. A falta de tres outs, el quinto lugar lucía seguro.
Sin embargo, sobrevino la debacle. El bullpen antillano mostró todas sus carencias e hizo el ridículo, incapaz de evitar el descuento y finalmente la victoria de sus contrarios, incluso luego de dos outs. Fue un desfile sobre la lomita, convertida en calvario para Raidel Martínez –que hasta entonces había logrado retirar dos entradas sin recibir anotaciones–, Pedro Álvarez, Frank Luis Medina –a la postre el perdedor–, Wilson Paredes y Yudiel Rodríguez.
El marcador final fue de 10-9, en diez innings, con 14 hits y dos errores para Dominicana, y nueve y uno para Cuba. Por los cubanos, solo el novel y talentoso César Prieto consiguió conectar dos inatrapables.
El hit final del quisqueyano Argelis Inoa ante los envíos del zurdo Rodríguez resultó la culminación de un descalabro que lacera como nunca el orgullo del béisbol cubano y pone en evidencia el penoso retroceso de un deporte que antes de Lima nunca había quedado fuera del podio en unos juegos continentales.
Se debe prohibir competir a nivel internacional hasta que el equipo que vaya este formado por todos los que se han ido a las grandes ligas, para estar en condiciones similares al resto de los equipos Esto debe ser una directiva del gobierno al INDER