Mientras el boxeo, buque insignia histórico del deporte cubano en Juegos Olímpicos, naufraga en el río Sena, en París, Andy Cruz y David Morrell Jr. mantienen inmaculadas sus fojas y despiertan aún la simpatía de miles de seguidores en la glamurosa ciudad estadounidense de Los Ángeles.
Pocas horas antes del revés de Arlen López en semifinales y la clasificación de Erislandy Álvarez a la disputa del título en la lid multideportiva en Francia, Andy y David, dos notables talentos formados en la academia del arte de Fistiana de la isla, siguieron imparables en el pugilismo profesional.
“El Diamante” Cruz volvió a exhibir su depurada técnica sobre el ring y puso a sus pies el BMO Stadium, tras noquear en el séptimo asalto al mexicano Antonio Morán, un contrario que no puso las cosas fáciles en el peso ligero (135 libras).
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Morán supo romper la defensa rival y computó varios golpes de poder. Pero el monarca amateur en Tokio 2020 hizo los ajustes necesarios para controlar las acciones y terminar temprano la faena, algo que en este ámbito siempre se cotiza en oro.
El matancero logró anotarse su cuarta victoria, dos de ellas por la vía rápida, para sostener el invicto y notificarle a la promotora Machtroom Boxing que puede empezar la búsqueda de pleitos más importantes. La sed de triunfos es palpable.
“No cabe duda de que se acerca a una pelea de título mundial. Su promotor Eddie Hearn dice que está ya a una o dos de que eso suceda, y él estuvo hablando de Shakur Stevenson”, refirió a OnCuba el experimentado periodista Jorge Ebro.
“Ya ha vencido a cuatro rivales mexicanos de manera consecutiva y eso ya en sí es un mérito, uno de ellos ex campeón universal. Ha demostrado habilidad y, en ocasiones una pegada para solucionar cualquier problema. También demostró que puede asimilar un golpe fuerte, recuperarse y seguir camino. Va a ser muy interesante cuál será su próxima pelea’, agregó el cronista de El Nuevo Herald.
En la propia cartelera, Morrell Jr. debutó en la división de las 175 libras y el premio al éxito se tradujo en el título de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), que encontró dueño luego de estar vacante.
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El oriundo de la provincia Villa Clara tampoco vivió una noche tranquila y el serbio nacionalizado estadounidense Radivoje Kalajdzic vendió cara la derrota en tarjetas, porque soportó los embates durante los 12 rounds.
Empero, el cubano se apropió de las boletas (18-11, 117-111, 117-111) en el estreno fuera de su división natural (168). Ahora presenta balance de 11-0, con nueve rivales despachados antes del límite.
“No se puede negar que es un logro esa nueva corona, pero es un producto inacabado en esta división”, comentó Ebro sobre un pugilista con una capacidad que todavía no encuentra el tope.
A sus 26 años, varios especialistas ven a Morrell Jr. como un futuro integrante de las selectas listas de los mejores libra por libra, aunque el camino será arduo y los contrarios cargarán mayor caché que Kalajdzic.
Justamente, el veterano especialista concede relevancia al hecho de pulir detalles antes de integrar próximas carteleras. “Debe trabajar mejor sus golpes y el plan técnico, porque una cosa es su rival de este sábado y otra Dmitry Bivol, Artur Beterbiev y hasta David Benavidez”.
Pese a ello, Andy Cruz y David Morrell Jr. aparecen en el cartel principal de la nueva generación de boxeadores cubanos en el profesionalismo, junto al promocionado Robeisy Ramírez y figuras emergentes como Osleys Iglesias, William Scull, entre otros. Todos llamados a tomar el testigo de Erislandy Lara, Yordenis Ugás, Luis Ortiz, Yunier Dorticós, Sullivan Barrera y Rancés Barthelemy.
Mientras, en París, donde se tejen historias en forma de jeroglíficos tallados en piedras, el citado Erislandy Álvarez (63,5 kilogramos) intentará extender la racha dorada del pugilismo de la isla en los Juegos Olímpicos. La última cita sin corona fue en Beijing 2008. Por el momento, las dos medallas aseguradas resultan la menor cantidad desde México 1968, sin contar las ausencias en Los Ángeles 1984 y Seúl 1988.