Antes de salir para los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972, los dirigentes del deporte cubano le dijeron al boxeador Orlando Martínez Romero (San Miguel del Padrón, 1946) que estaban convencidos de que él no obtendría un resultado relevante en la cita estival alemana.
“Te vamos a llevar, pero sabemos que no vas a ganar medallas”, le espetaron al pugilista, quien ya había tenido una aventura fallida bajo los cinco aros en México 1968, donde lo eliminaron a las primeras de cambio.
Pero la vida le dio la oportunidad a Orlandito Martínez de poner las cosas en su lugar. Eso sí, los Juegos de Múnich fueron una permanente cuesta arriba. De entrada, peleó con una fuerte angina de pecho y en su primera pelea fue derribado dos veces por el birmano Win Maung.
No obstante, se repuso y comenzó a disertar hasta vencer en la final al mexicano Alfonso Zamora. Bailando sobre el cuadrilátero con una velocidad de piernas indescriptible y una técnica perfeccionada, El zurdo de Juanelo –como le conocían por el reparto donde vivía, en San Miguel del Padrón–, desquició a los rivales, quienes siempre quedaban fuera de distancia y no le podían pegar.
Su victoria, una oda a la riposta, abrió el camino dorado para el boxeo cubano en Juegos Olímpicos y marcó también un nuevo pistoletazo de arrancada para el movimiento deportivo nacional, que no había ganado ninguna corona en la lid estival desde 1904.
“Esa medalla solo contaba en mi mente, es la gran verdad”, dijo hace unos años Orlandito, quien lamentablemente falleció en La Habana este 21 de septiembre, según información de la radio cubana.
La noticia ha sido confirmada posteriormente en redes sociales por Osvaldo Vento, presidente del INDER, y Roberto León Richards, titular del Comité Olímpico Cubano.
“Su muerte, que lamentamos profundamente, no alcanza para deshacer la huella que esculpió como símbolo del deporte al cual se entregó a plenitud. Orlandito Martínez continuará con nosotros como el campeón que es”, escribió Richards en Twitter.
Siguiendo la misma línea, Vento resaltó el papel de Orlandito como primer titular olímpico del deporte cubano posterior al triunfo de la Revolución en 1959. Además, el directivo señaló que el pugilista fue “monarca invicto de la fidelidad a su pueblo”.
Duele conocer que falleció Orlando Martínez Romero, nuestro querido Orlandito, el púgil primer campeón olímpico del deporte revolucionario, en Múnich 1972. Brilló en otras lides y fue monarca invicto de la fidelidad a su pueblo. Condolencias de #InderCuba a familiares y amigos. pic.twitter.com/CdwLx93eCS
— Osvaldo C. Vento Montiller (@CMontiller) September 22, 2021
En el momento de su muerte, el otrora estelar boxeador tenía 75 años –recién cumplidos el pasado 2 de septiembre– y padecía de Alzheimer, según había revelado su hija Elizabeth Martínez hace poco más de un mes.
En una publicación en redes sociales, su primogénita criticó duramente a las autoridades del deporte cubano por la ineficiencia e insensibilidad en la atención a atletas retirados. “Al INDER le digo, si van a homenajear a mi padre, que lo hagan ahora que está vivo y es cuando realmente lo necesita. Cámbienle el carro o arréglenselo porque a él le urge para ir al médico (…) si con su salario lo pudiera arreglar yo no tendría que decirles esto”, posteó en Facebook.
La hija de Orlandito Martínez también quiso hacer un llamado de atención a todos los deportistas cubanos, activos y retirados, para que se miraran en el espejo de su padre y otros tantos que “han muerto en la miseria después de tocar el cielo”.
Sin dudas, el fallecimiento de El zurdo de Juanelo es un duro golpe para su familia, para los aficionados y la comunidad del boxeo cubano, las mayores fuentes de felicidad del monarca de Múnich 1972.