Tras el quinto lugar de los Panamericanos de Lima –la peor actuación en 56 años–, y todavía en medio de análisis, renuncias y promociones, Cuba dirige su mirada hacia las Juegos Olímpicos de Tokio, la cumbre del deporte mundial, el escaparate ideal para mostrar el poderío –o decadencia– del movimiento atlético nacional.
De momento, ya son 19 los deportistas cubanos clasificados a la magna cita estival, en la cual la Isla cifrará sus esperanzas en figuras muy puntuales. Nada de despilfarro masivo, nada de una gran delegación, la estrategia se basa en potenciar a atletas con reales posibilidades de impactar en el medallero.
De acuerdo con declaraciones a la televisión nacional de José Antonio Miranda, director de alto rendimiento del INDER, se han identificado a 41 deportistas con opciones de aportar a Cuba en Tokio, siempre y cuando superen el complejo y largo proceso clasificatorio, en marcha desde el pasado año.
Los Juegos de Lima dejaron a seis atletas (dos en pentatlón y cuatro en tiro) de la Isla con boleto directo a la cita japonesa, mientras en el reciente Campeonato Mundial de canotaje las dos embarcaciones del C-2 (masculino y femenino) garantizaron su pasaje a Tokio. Además, hasta ocho representantes del atletismo ya han realizado las marcas exigidas por IAAF y también deben llegar a la capital nipona.
OnCuba realiza un primer acercamiento a la ruta de clasificación olímpica de estos deportes, así como de otros en los que, objetivamente, la Isla puede competir. Además, nos adentramos en el proceso de algunas modalidades que repartirán sus plazas en los próximos meses.
La mira de Pupo, Eglys y compañía
Leuris Pupo, titular de Londres 2012, fue el primer atleta cubano asegurado para los Juegos Olímpicos, tras ganar el Campeonato de las Américas en noviembre del año pasado en Guadalajara, donde dominó la pistola rápida por delante del brasileño Emerson Duarte y del estadounidense Keith Sanderson.
Con esa prematura clasificación, el tiro deportivo cubano se enfocó en sumar nuevos efectivos durante los Panamericanos de Lima y cumplieron la meta con creces. Laina Pérez, Jorge Grau, Eglys de la Cruz y Jorge Félix Álvarez inscribieron su nombre en la lid bajo los cinco aros luego de completar excelentes actuaciones en la capital peruana.
Laina y Grau ganaron la pistola de aire de manera individual y después se combinaron en la prueba mixta, mientras Jorge Félix demostró su calidad y hasta desplazó a Pupo en lo más alto del podio.
Por su parte, Eglys logró su boleto con la plata en el rifle de tres posiciones a 50 metros, modalidad ganada por la norteña Sarah Beard, quien ya había obtenido su clasificación olímpica en el Campeonato de las Américas del 2018.
Con estos cinco atletas, Cuba debe cerrar su grupo del tiro deportivo rumbo a Tokio, en primer lugar, porque no hay muchas más figuras con opciones reales de aportar a la delegación, y en segundo porque son muy pocos los exámenes clasificatorios que restan.
De ahora en adelante, la mayor cantidad de plazas olímpicas se las repartirán los tiradores de Europa, Asia, Oceanía y África, quienes todavía no han efectuado sus respectivos torneos continentales.
Otra opción sería en la Copa del Mundo de Río de Janeiro, que arrancó el pasado lunes, pero ahí Cuba solo inscribió a Pupo y Jorge Félix, ya asegurados en Tokio. Además, quedaría la oportunidad del ranking de clasificación olímpico, pero difícilmente se logre algo por esa vía.
La juventud agita las aguas
El canotaje cubano tendrá en Tokio a tres atletas que representan el presente y el futuro de la disciplina: Fernando Dayán Jorge (20 años), Mayvihanet Borges (21) y Katherin Nuevo (16). Ellos consiguieron sus boletos a Tokio en el reciente Campeonato Mundial de Szeged, Hungría, donde compitieron contra los mejores botes del planeta.
Dayán se unió al estelar Serguey Torres en el C-2 a mil metros y conquistó la medalla de plata en el certamen europeo, en el que a la postre aseguraron el pasaje nueve embarcaciones. Además, el cienfueguero obtuvo un bronce en el C-1 a 5 000 metros, modalidad que no está en el calendario olímpico.
Por su parte, Mayvihanet y Katherin, flamantes monarcas panamericanas de Lima, avanzaron a la final de C-2/1 000 y culminaron sextas, posición que también le da entrada al escenario estival, no siempre al alcance de chicas tan jóvenes y con muy poca experiencia competitiva.
Finalizado el Mundial de Szeged, los antillanos mantendrán su dinámica habitual y se enfocarán, ya sin tantas presiones, en pescar algún otro boleto individual durante el clasificatorio continental del año próximo en Valparaíso, Chile, o en la segunda parada de la Copa del Mundo en Duisburg, Alemania.
Ambos eventos serán en mayo del 2020, y allí, tanto Dayán como Serguey pueden pelear por un cupo en el C-1 a mil metros. En el certamen de las Américas tendrían el camino más despejado, pues ya el brasileño Isaquías Queiroz, seis veces campeón mundial y triple medallista olímpico, logró su boleto a Tokio.
El pentatlón derriba muros
Lester Ders y Leydi Laura Moya, dos figuras que un buen grupo de fanáticos del deporte cubano ni siquiera conocen, ya saben que participarán en los Juegos Olímpicos de Tokio tras ganar el derecho durante los Panamericanos de Lima.
Sus nombres, como el del pentatlón moderno, permanecen casi de incógnito en la Isla, pero gracias a su trabajo sostenido pueden seguir soñando en grande. En Lima dieron una clarinada, con par de subtítulos y un bronce que pocos habían pronosticado.
Leydi Laura, monarca de los Juegos Olímpicos de la Juventud en el 2010, ganó el bronce individual, se unió a Eliani Camara en el doble femenino para la plata, e idéntico resultado cosechó en el relevo mixto con Jorge Ricardo Figueroa.
De esta forma, sin hacer mucho ruido, Moya fue la atleta cubana con más medallas en Lima, y buscará seguir creciendo, tanto en el Mundial de la disciplina la semana próxima en Budapest, como en Tokio, la cual constituirá su segunda experiencia bajo los cinco aros tras competir en Río de Janeiro.
Ders, por su parte, marchaba a la sombra de Figueroa en la rama varonil, pero en la capital peruana afiló los dientes y terminó cuarto en las competencias individuales, lo cual le valió para garantizar su pasaje olímpico.
Otrora nadador, Lester tiene que mejorar su performance en la esgrima, pero de momento ya ha cubierto una importante parte del camino con su inesperada clasificación a Tokio.
Ya con dos pentatletas inscritos en las Olímpicos, es poco probable que Cuba destine fondos a buscar una tercera plaza con Jorge Ricardo, aunque opciones (remotas) hay todavía. En la ruta de clasificación de la disciplina, resta el Mundial del próximo año en Xiamen, China, y también el cierre del ranking olímpico.
Fournier por saldar deudas
Ángel Fournier sueña con sus terceros Juegos Olímpicos en línea, incluso, sueña con que Tokio sea esa plaza mágica que lo saque de los lugares más retrasados en las finales estivales. Séptimo en Londres 2012 y sexto en Río de Janeiro 2016 son los resultados del gigante guantanamero bajo los cinco aros, performance inferior a las expectativas que despertó.
Ahora, cercano a cumplir los 32 años, sería extraño que el antillano, logre mejorar ese rendimiento, de hecho, todavía no tiene seguro su boleto a Tokio tras caer estrepitosamente en el Mundial de Ottensheim, Austria, donde se encuentra con una comitiva de otros seis remeros.
Múltiple medallista en Campeonatos y Copas del Mundo, Fournier fue cuarto en su heat eliminatorio del single sculls y después no pudo ganar su regata de repechaje, por lo que no podrá acceder a las finales que dan plazas para los Juegos Olímpicos.
Este desempeño contrasta un poco con su corona en los Panamericanos de Lima, donde se presentó en buena forma y ganó sin contratiempos.
La eliminación de Fournier lo obliga a buscar el pasaje a Tokio en la Regata Continental de las Américas, en abril del próximo año en Río de Janeiro. Allí probablemente también estarán las duplas cubanas de Yariulvis Cobas-Aimé Hernández (doble sculls), Jesús Rodríguez-Carlos Ajete (doble par), y Boris Guerra-Adrián Oquendo (doble sculls), los otros representantes en el Mundial de Austria.
Objetivamente hablando, ninguno de estos botes tiene opciones reales de medallas en los Juegos Olímpicos, de hecho, si se incluyen en la cita estival, sería una sorpresa que lleguen a una final A.
Lauret… ¿¡quién da más?!
Tras una gris actuación en los Juegos Panamericanos de Lima, no hay muchas esperanzas de que las pesas cubanas tengan alguna incidencia en las venideras Olimpiadas. En realidad, dada la salud de este deporte en la Isla y la extrema competitividad mundial, sería ya un éxito clasificar algún representante a Tokio.
A todas luces, el elegido parece ser Luis Manuel Lauret, joven de 22 años que en poco tiempo se ha postulado como la tercera figura de la división súper pesada en América, por detrás del brasileño Fernando Reis y del estadounidense Caine Morgan Wilkes.
A Wilkes logró ganarle el arranque en el Panamericano de la disciplina efectuado en Guatemala hace cuatro meses, y en el total quedó a solo un kilogramo del norteño (401 por 400). Esa es su marca cimera, la cual no pudo repetir en Lima 2019, donde fue superado sin discusión por Reis, uno de los 12 primeros del mundo.
En las pesas no se otorga clasificación directa por un resultado puntual, sino que se van acumulando los desenlaces de diversas competencias. El proceso comenzó el 1ro de noviembre del 2018 y está dividido en tres fases, con fecha de cierre el 30 de abril del 2020. A su vez, los torneos están divididos en tres clases (dorada, plateada y bronceada) según su categoría.
Cada atleta debe participar al menos en un certamen de cada etapa, en uno del nivel dorado y, cuando concluya la ruta, debe tener un mínimo de seis eventos en su palmarés.
Lauret va a cumplir con esos requisitos, por lo que será elegible, pero no es seguro que entre el cuadro de 14 pesistas clasificados en su división. De momento, como eventos de nivel le quedan para sumar el Campeonato Mundial de Pattaya, Tailandia, el mes próximo, y una Copa del Mundo en China, en febrero del 2020.
Fuera de Lauret, sería complicado pronosticar que otro pesista cubano vaya a llegar hasta Tokio.
Rafael Alba busca revancha
Como habitualmente sucede, el taekwondo cubano volverá a tener un angosto camino rumbo a los Juegos Olímpicos, salvo por la figura de Rafael Alba, quien podría clasificar de manera directa si mejora su ubicación en el ranking, uno de los criterios válidos para avanzar a la cita estival.
Los cinco primeros del escalafón en cada división, al terminar el 2019, obtendrán plaza a Tokio, mientras los ganadores del Grand Prix de diciembre próximo en Moscú también se llevarán un cupo.
El resto de los clasificados, hasta completar 16 en cada una de las ocho categorías de peso, se definirán en los torneos continentales. América, con su creciente poderío, ofertará dos plazas por división en la lid regional de San José, Costa Rica, que sesionará entre el 11 y el 12 de marzo del 2020.
Alba ahora mismo se encuentra en el puesto 13 del listado olímpico en la división superior (+80 kilogramos), y esperamos que pueda sumar más puntos en alguna competencia antes del final de año para entrar el Top 5.
De no ser así, el santiaguero, doble campeón mundial, tendría que acudir a Costa Rica en busca de su pasaje, lo mismo que José Ángel Cobas (80 kilogramos) y Yania Aguirre (49), los otros con reales opciones de alcanzar la meta olímpica.
Tanto Cobas como Yania han ganado medallas en varios torneos internacionales y tienen aptitudes para pelear en el más alto nivel. Ellos solo necesitan ganar en confianza y creer en sus posibilidades.
En cuanto a Alba, creo firmemente que estará en Tokio. Él arrastra una pesada deuda desde los pasados Juegos Olímpicos, cuando perdió mostrando una versión muy alejada de sus verdaderas potencialidades. Algo similar le sucedió ahora en la final panamericana de Lima, donde no tiró y fue superado en la ejecución del plan táctico por el joven estadounidense Jonathan Healy.
Clasificar ahora y espantar de una buena vez todos los fantasmas es ahora su objetivo primordial.
El atletismo pisa terreno seguro
Un total de ocho exponentes del atletismo cubano ya han hecho las marcas exigidas por la IAAF para los Juegos Olímpicos de Tokio, aunque este no es el indicador determinante en la clasificación del campo y pista rumbo a la magna cita estival.
El ranking mundial, basado en los mejores cinco resultados de cada atleta durante el período de clasificación, será el primer parámetro evaluado para sacar pasaje a Tokio, una manera de premiar la estabilidad de los resultados y no una marca puntual.
No obstante, si un atleta no queda entre los primeros del ranking, pero realizó la marca de la IAAF, también se tendrá en cuenta para incluirse en el listado olímpico.
Por ahora, los cubanos que se mantienen en los estándares del ranking y de las marcas son Rose Mary Almaza (800 metros), Zurian Hechevarría (400 metros con vallas), Juan Miguel Echevarría (salto largo), Andy Díaz y Jordan Díaz (triple), Liadagmis Povea (triple), Yarisley Silva (pértiga), y las discóbolas Yaimé Pérez y Denia Caballero.
Todos ellos, de una manera u otra, deben garantizar sin problema su clasificación olímpica antes de que cierre el proceso el 29 de junio del 2020. Justo hasta esa fecha tendrán margen de buscar su inclusión la estelar del heptalón Yorgelis Rodríguez, así como su compañera Adriana Rodríguez y el saltador Luis Enrique Zayas, dos de las grandes revelaciones de los Panamericanos de Lima.
El Campeonato Mundial de Doha dentro de un mes, así como el cierre de la Liga de Diamante para los que clasifiquen a las finales, serán escaparates ideales para mejorar las marcas y apuntalarse de cara a Tokio 2020.