Cansado de descansar, el pugilismo profesional cubano irrumpirá nuevamente en el panorama boxístico mundial dentro de algunas horas. No pocas han sido las semanas de inactividad, de silencio deportivo mayúsculo en espera de actuaciones. Por suerte, todo volverá a la normalidad este fin de semana, cuando varios de los nuestros intentarán salir victoriosos de sus combates.
Las miradas estarán fijas primero en Francia y después en Estados Unidos. El viernes Yunier Dorticós, “Doctor KO”, (20-0, 19 nocauts) chocará frente al congolés Youri “El Toro” Kalenga (22-2, 15), y el sábado muchos se frotarán las manos con el segundo duelo entre Erislandy Lara (22-2-2, 13) y Vanes Martirosyan (36-2-1, 21).
En la bella París, el habanero Dorticós romperá la quietud de los fajadores antillanos en pleito por la faja vacante regular del peso crucero de la Asociación Mundial (AMB). Ambos contendientes se encuentran en una división (hasta 200 libras) que hoy en día se muestra en extremo competitiva.
El ruso Denis Lebedev, ranqueado número uno por ESPN, el polaco Krzysztof Wlodarczyk, el argentino Víctor Emilio Ramírez y el ucraniano Oleksandr Usyk, dueño de una carrera fenomenal como amateur, son algunos –entre otros más- exponentes de la categoría que captan la atención de medios de prensa y aficionados.
Desde la “Ciudad de la Luz”, y en exclusiva para OnCuba, Eric “El Tigre” Castaños, preparador del cubano Dorticós, expresó que su discípulo y el equipo de trabajo están preparados para enfrentar el reto. “Estamos bien. Todo marchó perfecto durante el adiestramiento. Somos conscientes de la oportunidad que tenemos para brillar”.
“Él (Dorticós) ha mostrado un crecimiento increíble en el aspecto técnico. Los sparrings fueron de primer nivel y no hay ningún problema desde el punto de vista psicológico, un aspecto esencial para este tipo de enfrentamiento. Además, tenemos unas condiciones extraordinarias, así que todo anda por el camino correcto”, explicó Castaños, conocido instructor de Artes Marciales Mixtas dentro de la comunidad cubana.
El panorama es completamente diferente para Erislandy Lara. El guantanamero ya visitó la cúspide de la disciplina. Pocos olvidan aquella pugna de hace dos años ante Saúl “El Canelo” Álvarez. Sin embargo, y a pesar de ser considerado uno de los pugilistas más técnicos en la actualidad, su carrera se ha tornado estática y cada vez le cuesta más tener buenos contendientes y bolsas jugosas, esas que todos desean.
Precisamente en busca de darle un empujón a su dormida trayectoria, es que el monarca mundial como aficionado (Myangyang, China 2005) aceptó este nuevo desafío ante un Martirosyan, quien inició su etapa profesional con pretensiones monumentales, pero que no ha logrado recalar en las –llamémosle- Grandes Ligas del boxeo.
Ellos se enfrentaron en 2012 y el combate se saldó con empate técnico. La pelea se detuvo después de un contundente choque de cabezas en el noveno capítulo, pero antes de pararse había sido muy pareja y poco atractiva, tanto, que un juez tenía arriba al antillano, uno al armenio y el otro expresada igualdad en su tarjeta. Incluso, esa demostración muchos la califican como una de las más discretas del cubano conocido como “American Dream“.
Hace unos días, el excelso fajador antillano prometió espectáculo. También dijo que dejará en evidencia quién es superior entre él y su oponente. “Es hora de dejar claro quién es el mejor y de mostrarle al mundo quién es el más grande peleador en las 154 libras. Soy el supercampeón y es un logro que nadie me ha regalado”, expresó en conferencia de prensa.
La realidad indica que está obligado a ganar por varios factores. Expone su faja de peso junior mediano de la AMB, desea volver a planos estelares, ansía chocar contra contendientes especiales, añora borrar la pálida imagen que dejó ante el esloveno Jan Zaveck (35-3, 19) en noviembre pasado, en el Hialeah Park and Casino, y, por supuesto, anhela sacarse esa espinita llamada Vanes Martirosyan.
Sobre el pleito, el periodista Jorge Ebro nos comentó que, desde aquella batalla, Martirosyan y Lara tomaron caminos diferentes. “Ahora el cubano posee un título y el otro sigue siendo un aspirante. Lara es un boxeador superior, distinto a aquel que estuvo muy cerca de perder. Debiera ganarle a Martirosyan, aunque será una pelea llena de peligros”.
“Personalmente -continuó el especialista- no creo que esta aparición le aporte mucho a la carrera de Lara y si gana sin convencer siempre le acechará la crítica”, espetó.
Todo está listo. Lara vs Martirosyan II está al doblar de la esquina. En The Metropolitan de Las Vegas se intentarán saldar deudas pendientes. Además, otro cubano que tratará de brillar con luz propia será el capitalino Liván “Terremoto” Navarro (2-0, 0), pues este viernes enfrentará a Josue Sánchez, en duelo pactado a seis asaltos, en California.
Al esloveno Jan Zaveck le ganó muy bien en miami,
Llorones desertores. Que guarden dinero. La vejez de un boxeador sin fortuna no es agradable.