A los 27 años, tras recorrer un largo camino hacia el estrellato, el opuesto Fernando Hernández tiene finalmente motivos para celebrar. Desde 2015, el habanero de 1,96 metros cumplió su objetivo de jugar en la Superliga del voleibol italiano (antigua Serie A1), pero no ha sido hasta la presente temporada que su rendimiento excepcional lo ha catapultado a otra dimensión.
Si en la campaña anterior ya se había incluido entre los punteros en varios departamentos ofensivos, este año Hernández es sencillamente el atacador más espectacular de la liga. Convertido en la principal figura del LPR Piacenza, el zurdo es el máximo acumulador de puntos luego de 14 jornadas. Además, marcha primero en los indicadores de ataque y servicio.
Así lo confirman sus 315 unidades, a razón de 5,73 por set (líder en ambos apartados), sus inalcanzables medias de ataques exitosos y aces por parcial (4,93 y 0,58, respectivamente), además de sus 20 tantos o más en 10 de los últimos 12 partidos.
Sin embargo, al explosivo jugador no se le ve sumarse a los acostumbrados rituales de celebración que acompañan cada punto del equipo. La peculiaridad no tardó en llamar la atención y el cubano tampoco demoró en explicarse.
“Yo practico una religión afrocubana llamada yoruba. Durante el primer año no puedo darle la mano a nadie, y de hecho saludo a todos los que están cerca de mí sosteniendo el puño. Tampoco puedo ponerme perfume o cortarme el pelo antes de tres meses, y fuera de la cancha tengo que vestir exclusivamente de blanco. Además, lejos del campo de juego no puedo ser fotografiado”, aclaró a la Gazzeta dello Sport.
Si bien sus miles de seguidores respetan esas creencias religiosas, lo cierto es que no les preocupa mucho la manera en la que su nuevo ídolo festeja cada tanto. Los aficionados del Piacenza están más interesados en que el cubano tenga muchas noches como la del pasado 29 de octubre, cuando consiguió la impresionante cifra de 39 unidades en la victoria ante el Revivre Milano. Mucho más ahora que el talento de Cuba ha llegado por partida triple para robustecer el ataque del elenco placentino, ubicado sexto entre 14 conjuntos. Junto al atacador cruzado arribaron este año al club el ya veterano auxiliar Leonel Marshall y el pasador Raydel Hierrezuelo.
Entre los tres han sostenido al Piacenza en la pelea por los primeros puestos durante la vuelta inicial del calendario. Hernández ha sido seleccionado el Jugador Más Valioso en cuatro de las nueve victorias de su equipo, mientras que Hierrezuelo lo consiguió una vez, aupado por la magia de sus pases y su fortaleza en el bloqueo. No menos decisivo ha sido Marshall, quien a sus 37 años tiene aún suficiente gasolina para promediar 13 puntos por partido y ubicarse entre los cuatro mejores receptores del torneo, con 2,22 recibos perfectos por set.
El trío de cubanos le ha aportado una personalidad muy particular, casi caribeña, al Piacenza, visible no solo en la liga sino también en la Copa de Italia. En el último partido de esta competición, su equipo venció 3-1 al Exprivia Molfetta gracias al aporte de Fernando (21 ptos), Marshall (15) y el pasador Hierrezuelo (7). Esta victoria le garantizó el pase a los cuartos de final.
No obstante, Fernando Hernández prefiere no magnificar su protagonismo ni el de sus compatriotas. En su opinión, lo más importante es la buena química reinante en una nómina que incluye a jugadores de renombre internacional, como el central Luca Tencati y los atacadores Simone Parodi, Samuele Papi y Hristo Zlatanov.
“No se trata de una cuestión de nacionalidad –ha dicho el zurdo habanero, que en Cuba era apodado “dinamita”–, todos tenemos un gran deseo de ganar, luchamos juntos por objetivos ambiciosos y hasta ahora van saliendo los resultados. Sin embargo, creo que no es suficiente, podemos hacer más y quiero ser un verdadero líder de este equipo. En el túnel que conduce a la cancha de juego hay estrellas con los nombres de todos los jugadores grandes que ganaron algo, yo quiero ver pronto brillar la mía”.
Para sostener su ritmo arrasador en una de las ligas de voleibol más competitivas del mundo, el subcampeón mundial en Italia 2010 seguirá apelando a las deidades en las que cree, aunque seguramente su principal basa volverá a ser la de siempre: la tenacidad que le ha llevado a sobreponerse a las adversidades, a levantarse una y otra vez cuando la suerte parecía darle la espalda.
En la Copa Mundial de Japón 2011, un muy joven Fernando Hernández consiguió el trofeo de líder anotador, con 225 puntos en 11 salidas a la cancha y promedio de 20,5 por partido. Sin embargo, solo un año después cargó con buena parte de la culpa por la eliminación sufrida a manos de Alemania, camino de los Juegos Olímpicos de Londres.
Diferencias insalvables con el DT cubano Orlando Samuels lo alejaron definitivamente del equipo nacional y dieron inicio a una carrera en ligas extranjeras. Esta comenzó con el Jtket Stings japonés, entre 2012 y 2015, y continuó con el Expravia Molfetta de la SuperLiga italiana, en la temporada 2015-2016.
Hernández encabeza, junto al estelar Osmany Juantorena (Cucine Lube Civitanova), el grupo de siete cubanos que se desempeña en el máximo nivel del voleibol italiano. Además de Hierrezuelo y Marshall, completan la representación antillana Ángel Denis (Revivre Milano), Javier Jiménez (Exprivia Molfetta) y Dánger Quintana (Top Volley Latina).
religion y profesionalismo no combinan y mas esa religion donde las personas tienen q estar sumisas a reglas absurdas
emil tu ignorancia no te permite seguramente q Italia es uno de los países más conservadores de Europa y donde más se practica la religión católica, amén de q es sede del Vaticano, vomitar comentarios así es solo posible de gente con muy poquita cultura…