Parecía que Industriales volvería a pelear por un título de Cuba, luego de años de tropiezos y decepciones. Que de la mano del polémico Víctor Mesa, el color azul podría conquistar la Isla como antaño y alimentar el menguado orgullo de sus fanáticos.
La respuesta de la afición, que abarrotó el Latinoamericano en la semifinal contra Las Tunas, fue un empujón anímico para los Leones, y los melenudos respondieron con un par de victorias que los puso a solo un paso de la final.
La Habana confiaba en sus peloteros, creía. Pero los Leñadores se encargaron de bajar a los capitalinos de la nube. Alevosamente.
El estadio Julio Antonio Mella fue una trampa mortal para los Industriales. Primero con una remontada histórica –la tercera en la semifinal– que heló la sangre azul de los habaneros y puso a delirar a los de Las Tunas.
La victoria del miércoles (6 x 3, tras llegar debajo al octavo inning) cortó las alas a los azules, que llevaban la ventaja psicológica y deportiva luego del jonrón de Eriel Sánchez.
Fue la antesala del derrumbe, un mazazo –o mejor, un hachazo– que astilló el ánimo de los Leones y los hizo caer como un castillo de naipes frente a la exultante confianza de sus rivales.
Rafael Viñales, opacado en todo el play off, volvió a creer en sí mismo después de su jit decisivo. Yosvani Alarcón, maniatado por los pitchers azules, se llamó a capítulo y dejó todo para el séptimo juego.
La suerte estaba echada. Aunque Víctor Mesa y sus Industriales no lo sabían. O tal vez sí.
El tiro de gracia llegó de la peor manera. De la mejor, desde la perspectiva de Las Tunas. Por lechada, por nocaut.
En una movida sorpresa, Pablo Civil le dio la pelota al refuerzo holguinero Luis Ángel Gómez y este le regaló una joya sobre el montículo. El cachorro, que no había tirado en la postemporada, amarró corto a los Leones y dejó claro por qué fue el sublíder de carreras limpias en la serie (2.25), con un WHIP de 1.07.
Cuando los de La Habana dieron muestras de vida, sacó la casta y pintó de ceros la pizarra. Solo cinco indiscutibles y una base por bolas toleró el zurdo, mientras las caras se hacían cada vez más largas en la cueva de Industriales.
Sus compañeros de uniforme fueron la otra cara de la moneda. Crecidos, con la autoestima por el cielo, salieron a comerse vivos a los Leones. Y se los comieron.
Freddy Asiel Álvarez, abandonado por la suerte en toda la campaña, tampoco se hizo ahora justicia y salió cabizbajo de la lomita. El naranjiazul aguantó a duras penas –errores de su cuadro incluidos– hasta el estacazo de Alarcón abriendo la quinta entrada, que dio ventaja de cinco a los Leñadores.
Con el jonrón del cuarto bate tunero –en noche de gala: de 4-4 con tres empujadas–, se ahogaron las últimas esperanzas azules. El naufragio se consumaba.
Lo que vino después fue la clásica leña del árbol caído. Los Leñadores no pararon de cortar hasta dejar marchitos a los Industriales. Otras tres carreras en el quinto inning y dos más repartidas entre sexto y séptimo –con un triste desfile de lanzadores azules– confirmaron un fuera de combate que hundió en el silencio a la afición capitalina.
Aunque Danel Castro, clave en las victorias previas de Las Tunas, se fue esta vez en blanco, los del hacha marcaron 13 jits, con 3 dobles y par de vuelacercas –el segundo, del renacido Viñales– y aprovecharon las costosas pifias de los Leones.
El veterano Andrés Quiala y el refuerzo camagüeyano Alexander Ayala, desbordado en la semifinal, fueron también protagonistas con el madero.
El hachazo final fue más que simbólico. El veloz Yunieski Larduet ancló en el plato tras un atrevido corring desde segunda base, ante el impotente tiro de un histórico de los Industriales: el inicialista Alexander Mayeta. El Mella se vino abajo.
Ahora los Leñadores irán por el sueño mayor frente a los Alazanes de Granma, los vigentes campeones. El estadio de Las Tunas será, la tarde de este sábado, el escenario inédito del primer duelo entre dos equipos orientales por la corona de Cuba.
Con lo hecho ante los azules, el equipo de Pablo Civil es el favorito sentimental de muchos en la Isla. Ir en busca de su primer gallardete refuerza el vínculo con los aficionados, más allá del Balcón del Oriente.
Enfrente tendrán un hueso bien duro. Un conjunto que ya descabezó gigantes el año pasado y quiere galopar de nuevo a su antojo. Por lo pronto, los Alazanes llegarán descasados a la final, tras liquidar en cinco juegos a los sempiternos aspirantes Cocodrilos de Matanzas.
La porfía promete ser dura.
¿Y los Industriales? Tocados otra vez en su orgullo, no les queda otra que guardar la derrota en el fondo del closet. Tirarla allí donde están ya otras remontadas en contra como las de la Aplanadora santiaguera. Rumiar el dolor y levantar la cabeza porque, al menos, volvieron al cuarteto de avanzada. Y pensar desde ahora en la serie que viene. Con o sin Víctor Mesa.
El inquieto manager, que ya no sabe a qué conjuro o deidad apelar, volvió a quedarse corto y algunas de sus decisiones están en la picota. Como su insistencia con Vladimir García o sus movimientos en el lineup. Pero sería injusto darle todo el crédito por la derrota. Sus Leones, a fin de cuentas, fueron domados a puro hachazo.
Muchos, dentro y fuera de La Habana, querían una final en Latino. Por el morbo y la pasión que despierta. Por el rugido profundo del Coloso del Cerro. Pero el Latino, que preparaba ya su traje de gala, tendrá que esperar otro año para vestirse.
El azul de Industriales está hoy teñido de luto.
Resumen del juego (Tomado de beisbolencuba.com)
¡¡¡Qué manera de dar hacha, por tu life!!!… No quedó un puto árbol en ese bosque azul… Felicidades a esos leñadores que lo que hicieron fue una hombrada de verdad… KO… contundente y arrollador…
La ultima etapa de industriales en la serie fue un desastre,este equipo como de costumbre en en las ultimas series ha sido muy inestable,un dia gana por KO y despues pierde tres seguidos,del leon no queda ni la melena,Victor que cambie de babalo,el actual no da pie con bolas
lo que pasa es que ningun periodista ha hablado de que victor mesa y el equipo le regalaron el ultimo juego… victor mesa el director mas problematico de cuba, en ese juego ni se sintio, todo calmado, no reclamando jugadas, parecia que estaban vm y los jugadores resignados a entregar el partido, es una verguenza, pq se puede perder, pero no como lo hicieron, la falta de interes, de animo, de espiritu entre otros, hubiera sido mejor que hubieran dado el jugo por fallfield… pero repito ningun periodista, ni comentarista ha vio nada de eso, todo lo contrario, todos vieron que fue un juego espectacular….
Como Industrialista que soy, reconozco que me alegré un poco al saber que Víctor iba a dirigir el equipo, con la ilusión de que los sacara del bache en que estaban, y de hecho, los sacó, los llevó a un lugar que hacía tiempo no disfrutaban, pero una vez mas demostró que no sabe como ganar un campeonato, tomó malas decisiones y eso le costó caro. Realmente pensé que este era el año de Industriales, se les veía entusiasmados… Cierto que el pitcheo no les funcionó, pero traer a Vladimir a relevar en dos oportunidades, no fue su mejor decisión, y creo que eso fue lo que nos quitó el pase a la final. Nada, que este año no pudo ser. Mantenemos las esperanzas para la próxima serie. Industrialista siempre!!!
Carsi
Industriales no podia ganar,lo que salvo a este equipo fue la primera vuelta,la segunda fue un desastre,cuando los equipos se reforzaron un poco a industriles le dio calambrinas mañaneras y pardieron casi el doble de lo que ganaron.
Tremenda indignación está causando en este momento ver en las redes sociales cómo el hijo de Victor Mesa, Victor Victor, se recrea poniendo fotos con su novia en Miami, paseando en un carro comico por Miami, tirandose fotos con el clan Gurriel en un parque de diversiones, mientras ocurria la debacle de Industriales frente a Las Tunas. Ese es el resultado de no sentirse parte de un equipo como tampoco se sintieron los Gurriel,pues Todos han usado Industriales como un trampolin.Cual es realmente la dolencia de VV?O será que se está preservando para ser firmado en las Grandes Ligas a traves de la Conexion Gurriel y el padre no quiere en en este momento que al hijo no le duela un tobillo? Preparense para escuchar en cualquier momento el chiste de que el niño va a ser firmado profesional, y que el papá no quiere dirigir mas.