La noticia corrió como pólvora: se fue Julio Pablo Martínez o mejor, se quedó en territorio norteamericano. Es otro que abandona el país buscando un futuro en ligas de mayor calidad, pero no es cualquier pelotero. Como sucedió antes con el avileño Luis Robert Moirán, se va otra gran joya del béisbol cubano, aunque muchos solo ponderen como los grandes talentos actuales a Yoelkis Céspedes y Víctor Víctor Mesa.
En esa última clasificación no se puede obviar al jugador guantanamero, como hicieran antes al confeccionar el equipo rumbo al Clásico Mundial, el pasado marzo. Julio Pablo Martínez era uno de los cinco mejores jardineros (una cifra bastante conservadora) con que contaba el país rumbo al Clásico.
Su madurez deportiva llegó con mucha juventud porque a los 16 años debutó en la Serie Nacional 52, con oportunidades de juego en 40 partidos y se desempeñó con regularidad en los tres jardines.
Nadie había debutado en series nacionales con esa edad, desde que varios años antes los villaclareños Fredy Asiel Alvárez y Dayan Viciedo vistieran la franela anaranjada con 16 y 15 años, respectivamente. Solo Julio Pablo y Víctor Víctor Mesa lo hicieron con ese tiempo, y para mayor rivalidad en la misma campaña.
A los 17 hizo el grado al Campeonato Mundial Juvenil de Béisbol celebrado en Taichung, Taipei de China, donde Cuba alcanzó el bronce. Allí compartió roster con grandes talentos como Yoan Manuel Moncada, Yusnier Díaz, Luis Robert Moirán y el lanzador pinareño Vladimir Gutiérrez.
Consiguió buena línea ofensiva de 286/359/487, incluso mejor que la de Víctor Víctor (265/405/353), quien también estuvo en la selección nacional. Además fue noveno en el torneo en carreras anotadas con 9, octavo en impulsadas con 8, y segundo en bases robadas con cuatro, empatado en este grupo con el primogénito de Víctor Mesa.
Un año después repetiría en el conjunto nacional de la categoría que alcanzó el oro compartido junto a Estados Unidos en el Campeonato Panamericano juvenil celebrado en México. Compartió cartel en los jardines nuevamente con Moirán, Díaz, Mesa y Jorge Luis Oña además de otros prospectos relevantes como Cionel Pérez, Omar Estévez, Ronald Bolaños y Yohan Oviedo.
Al salir de las filas juveniles ocurrió su consagración con Guantánamo en la Serie 54, con línea ofensiva de 323/383/443. Por eso, Jorge Luis Rodriguez Pantoja lo pidió como refuerzo para los increíbles piratas que discutieron el título frente a Ciego de Ávila. En aquella ocasión fue clave su labor como hombre proa, con 396 de OBP y también a la defensa en el jardín central.
Julio Pablo comenzó a padecer injusticias en el torneo Premier 12, celebrado en tierras asiáticas, en noviembre de 2015. Con solo 19 años se ganó su asistencia, a golpe de batazos, porque tuvo una primera parte fenomenal en esa campaña nacional.
En el Premier no comenzó bien como primer bate y rápidamente fue llevado al banco. Después, como emergente en un partido clave disparó un tubey decisivo. Parecía que sería titular frente a Corea del Sur en el partido del cruce, pero vio el duelo desde la banca el duelo. Solo tuvo ocho veces al bate con dos indiscutibles en todo el torneo.
Desde aquel momento perdió toda oportunidad, y no hizo equipo al IV Clásico Mundial. Su fenomenal recorrido con Guantánamo y Ciego de Ávila en la Serie 56 para nada valió, y los elegidos fueron Roel Santos y Víctor Víctor.
Julio Pablo aguantó la situación y firmó con las Águilas de Trois Rivieres de la Liga Can-Am. Allí bateó para un buen 298 de average, con un excelente OBP de 455 y siete jonrones, aunque la disciplina en el home sigue como su asignatura pendiente, por su balance negativo de 55-17 en la relación ponches-boletos.
Julio Pablo Martínez tiene juventud y talento suficiente para demostrar su valía en el mejor béisbol del mundo. Con él, se pierde otra joya del béisbol cubano.