Es un hecho, las féminas cubanas se han abierto espacios en el complicado “mundillo” del salto con pértiga internacional. Las más serias referencias llegaron a finales de 2011 gracias al excelente concurso de Yarisley Silva en arenas de primer nivel y se afianzaron este 2012 cuando la propia atleta se proclamó subcampeona olímpica en Londres.
Cuba, en lo que constituye otro hecho inédito para el Caribe, acudió con dos atletas a la cita en la capital británica; Dailis Caballeros y la ya mencionada, Yarisley Silva quienes ganaron el derecho de competir bajo los cinco aros tras conseguir registros de 4.50 o más; la marca A para acceder al torneo olímpico.
Sin embargo, aun cuando la consagración de la obra de Alexander Navas (Entrenador principal de la rama femenina de esta especialidad) ha llegado por intermedio de las dos jóvenes ya referidas, se impone reconocer que no fueron las únicas piezas que ha tallado durante sus años de entrega a esta especialidad.
OnCuba se acerca a la historia de una de las precursoras de este deporte en Cuba, la santiaguera Katiuska Pérez Barrero; primera mujer cubana que desafió y venció los 4m con una garrocha entre manos.
¿Inicios?
Obviamente la pértiga no fue mi opción inicial, esta disciplina era prácticamente desconocida por los cubanos y las chicas se iniciaron en su práctica a finales de los años ´90.
Yo tengo ahora 37 años y soy atleta desde los 11 años. Comencé con el sistema de enseñanza del país: primero en la EIDE, luego paso a la ESPA provincial. Pero me fui quedando en provincia, los años pasaron y aunque una y otra vez ganaba en los Juegos Escolares no era captada para la ESPA nacional, ni para ningún centro nacional.
A los 15 ó 16 años entendí que me había convertido en atleta y tenía bien claro si seguía ese camino lo haría con la única mi aspiración de llegar al Equipo Nacional. Entonces, ¿qué hacer para entrar?, mi sueño siempre fue vestirme con los colores patrios y representar a mi país en la arena internacional.
¿Y cómo hizo?
Con, aproximadamente, 21 años, se me ocurrió que la salida era practicar algo novedoso. Incursioné en las pesas femeninas y al mismo tiempo con la pértiga.
Entrenaba en la mañana con la pértiga, y sobre las 10 de la mañana comenzaba en el gimnasio. Yo les di mi palabra a los profesores de que lo primero que autorizaran yo lo empezaría a practicar con la seriedad que lleva ser atleta de alto rendimiento.
¿Así llegó la garrocha?
Si, así fue como llegue a la pértiga, que era oficial en Cuba porque las pesas aun no se han autorizado.
¿Y al equipo nacional?
Bueno, me decidí por garrocha pero aun no tenía matrícula en el equipo nacional. Es una larga historia…
A los 22 años vine a La Habana a la Copa Cuba representando a Santiago de Cuba después de haberme ganado el derecho al saltar 2.70m (para participar se pedían 2.60).
Ahí alcancé el 4to lugar compartido, con lo que pude ver que tenía posibilidades reales de estar entre las mejores de Cuba. Entonces conversé con el profesor que estaba al frente de la especialidad y le dije –Yo vengo el próximo curso para acá-. Y así lo hice, fui a mi provincia, organicé todos los papeles del traslado de la universidad, y vine para La Habana, para casa de un familiar.
Pero tuve que empezar a prepararme por fuera, pues este profesor (no menciona su nombre) no pudo representarme porque había litigio con una de las atletas que él atendía (Mariana McCarthy en ese momento la primera figura que existía con 3.50m).
Por estas cosas de la vida, el destino puso en mi camino a Alexander Navas, que era profesor de la ESPA y se ofreció para ayudarme. Terminé ese año con 3.40m de marca personal y así conseguí entrar al equipo nacional; el primer paso de mi sueño.
¿Alexander Navas para tí?
Sin olvidar a los profesores con que me inicié, ni a Rubén Camino (actual seleccionador del masculino) que también me ayudó, considero que Navas fue promotor de mi carrera como pertiguista.
Desde aquel día en que nos encontramos me ofreció su ayuda, yo tomé la oportunidad, él me hizo unas pruebas y me dijo: “Yo tengo una cosa muy clara, si tú has venido desde Santiago de Cuba por tus propios medios, es porque tú tienes deseos de trabajar”. De ahí hasta que me retiré fue el que me condujo por los mejores momentos. Con él logré la altura para llegar al equipo nacional, después los 3.95m que me valieron para ser invitada a una gira.
También superé los cuatro metros, convirtiéndome en la primera que superó la marca en Cuba y ese 4.25 que es mi tope personal y que a la vez fue record nacional.
¿Resultados más destacados?
Primer lugar en el Campeonato Centroamericano y del Caribe celebrado en Guatemala en 2001 (3.85), Quinto Lugar Juegos Panamericanos Santo Domingo 2003 (4.10) y Oro Campeonato CAC Nassau 2005. Allí salté 4.25, Récord Nacional y Récord CAC en ese momento.
¿Cómo era practicar la garrocha en ese entonces?
Muy difícil, imagínate no había muchos recursos y tampoco mucha fe en lo que hacíamos. Solo contábamos con las garrochas de una atleta que había sido medallista de plata a los juegos Centroamericanos de Mar del Plata. A eso súmele estábamos intentando con una disciplina en la que nadie confiaba, por ello éramos los últimos para todo….A nosotros nos tocó abrir el paso y hacernos de un lugar.
¿Llegó a compartir entrenamiento con la generación que ahora representa esta especialidad?
Si, con todas; con Maryoris Sánchez, Yarisley Silva, Daylis Caballero y también con Lázaro Borges. Todos entrenábamos juntos.
¿Hay futuro asegurado?
Ahora mismo las muchachas son muy jóvenes y el evento es bastante longevo en cuanto a la duración de las atletas en el primer nivel. Los resultados han comenzado a salir pero es fruto de un trabajo de años y tenemos el problema de que no hay una base en este minuto, no tenemos ni cadetes, ni juveniles. Pero confío en que esto se revierta ya que el evento es mejor visto y poco a poco se van adquiriendo los recursos. Esto también permite masificar su práctica, lo cual es la clave para mantener lo logrado hasta hoy.
De su carrera como deportista ¿qué recuerda con mayor orgullo?
Bueno definitivamente, lograr realizarme como atleta, haber logrado ingresar al equipo nacional y representar a mi país.
Jamás pensé que sería en esta modalidad; primero por lo complicada y difícil que es su práctica; y segundo, porque en aquel momento había que luchar con muchas cosas: conmigo y las lesiones, con las escaseces (de recursos) y contra falta de confianza. Por eso me siento muy contenta por haber librado esas batallas y haber sido la primera mujer de Cuba en pasar la barrera de los 4 metros. Pero me enorgullece mucho más el haber incursionado en un evento como este que ha protagonizado las mejores actuaciones cubanas en los últimos tiempos y haber tenido como profesor al que hoy es entrenador de la mejor de Cuba y una de las mejores del mundo. Entonces, definitivamente, para mí es un privilegio haber estado ahí, porque me siento parte de lo que se ha logrado.
¿A qué se dedica actualmente?
Trabajo con la base en mi provincia (Santiago de Cuba). Estoy haciendo una labor con muchachos de escolares, tengo 12-13, y 14-15, varones y hembras, mixto. Ahí vamos, con lo que tenemos, tratando de ayudar a la continuidad de esta historia.
¿Algún consejo para los jóvenes que se inician el deporte?
Que no pierdan la motivación jamás, esa es la clave de los grandes resultados.