Horas después de que el INDER, organismo rector del deporte en Cuba, promoviera a Ariel Sainz como nuevo vicepresidente de la institución, los jugadores antillanos Robertlandy Simón, Osmany Juantorena y Yoandy Leal se coronaron campeones del Mundial de Clubes de voleibol con el plantel italiano Lube Civitanova.
Durante años, Sainz ha fungido como el presidente de la Federación Cubana del deporte de la malla alta, puesto desde el que cerró las puertas a los atletas que, al igual que Simón, Leal y Juantorena, decidieron probarse por su cuenta en los más diversos escenarios internacionales.
En alguna gaveta o buzón de correo deben estar archivadas las solicitudes de Juantorena o Leal, quienes terminaron aceptando las propuestas de Italia y Brasil, respectivamente, para que su brillo no se apagara a nivel de selecciones. También bajo llave debe estar la voluntad de Simón de volver a vestir la casaca nacional –algo que finalmente consiguió, demasiado tarde quizá–, después de haber rechazado propuestas de varios países.
Y lo más grave, en la mente de Ariel Saínz deben estar guardados todos los momentos en que pudo interesarse por traer de vuelta a Wilfredo León, a Fernando Hernández y compañía, y no movió un dedo, prefirió quedarse sentado, esperando quién sabe qué milagro.
Por cierto, quisiera saber cuáles son los pensamientos que pasan por la cabeza del ahora vicepresidente del INDER cuando estos atletas –y otros tantos más– triunfan lejos de su país, con demasiados méritos y condiciones para regresar.
Quizás Sainz, bajo la más absoluta discreción, celebra los éxitos de Juantorena y compañía. Quizás, abrumado por el silencio y la soledad de sus oficinas, se retuerce por esas mismas victorias. O quizás, en un triste performance que jamás veremos, se arrepiente de haber dado tantas veces la espalda a la unión de los cubanos.
Pero, a fin de cuentas, entiendo que poco importan los pensamientos de quien ha dirigido los destinos del voleibol cubano, quien más que un hombre de acción ha sido el clásico directivo que acata órdenes sin cuestionarse nada, ni siquiera si su deporte cae por el precipicio sin frenos.
Sainz, sin dudarlo, ha asumido con naturalidad el papel de víctima del sistema, el mismo que, a cambio, lo ha perpetuado en la alta dirección del deporte cubano con todo lo que ello implica.
Lo peor es que ese nivel de influencia ha trastocado la lógica de las cosas. Si tres cubanos ganan un título mundial de clubes y se toman una espectacular fotografía con trofeos y medallas, lo más natural sería que ocuparan las portadas nacionales, como héroes.
Pero no. En Cuba, lo más natural es lo ilógico, lo absurdo. En Cuba, ese obsesivo control multiplica por cero la imagen y permite, si acaso, que una parte de la prensa nacional ofrezca a sus dóciles consumidores una visión generalista del asunto, sin demasiados detalles, sin demasiadas loas a los hijos de la tierra.
En el mejor de los casos, algún grupo de periodistas asumen los riesgos de informar y mantener vivos los vínculos de la nación con sus estrellas deportivas, da igual bajo qué bandera compitan, a qué clubes representen o en qué circunstancias decidieron salir del país.
En el peor, otros periodistas –también cubanos, no de Sri Lanka o Burundi– violan olímpicamente su misión social y obvian los hechos, como si no existieran, como si nada hubiera sucedido.
Lo más triste es que en el medio quedan los aficionados, los que de verdad sufren, gozan y padecen por sus atletas. Ellos son los que se cuestionan por qué un grupo selecto de personas (incluyendo a Ariel Sainz) tiene la libertad de elegir –arbitrariamente– qué se puede saber o qué es, en teoría, prohibitivo para la vista y los oídos de los fanáticos.
Mientras, las imágenes del triunfo y la celebración de Simón, Juantorena y Leal en el Mundial de Clubes le dan la vuelta al mundo, y provocan el orgullo de los cubanos –sean de aquí, allá o acullá– que se enteran por una u otra vía. Y eso, ningún silencio o prohibición lo puede evitar.
El trabajo se basa en la opinión del autor y para nada quiero cuestionarlo porque cada quien dice lo que piensa y está en su derecho de plasmar su pensamiento donde quiera. Primero el atleta es Fernando Hernández no “Fernando Sánchez”. Por otro lado, Ariel Sainz es un tipo que en un final responde a un cargo donde tiene q acatar órdenes superiores, pero cuando tuvo que plantarse para defender jugadores que cayeron en desgracia no dudó en hacerlo, pocas personas conocen a fondo su trabajo y la pregunta es si sabemos de alguien que lo pueda hacer mejor, por lo demás en otras cosas lleva toda la razón.Un cordial saludo y espero haber sido breve.
Es triste ver el panorama tedioso de la crítica fácil y gratis a las personas que ocupan un puesto cualquiera en el panorama político o no de nuestro país. Evidentemente cuando el autor habla de Ariel como el que cerró las puertas a quienes no están, demuestra un desconocimiento supino de cuanto hizo Sainz porque sí estuvieran.
Quien habla de que el entonces comisionado de voleibol en Cuba no movió un dedo no se imagina los desvelos del directivo por todo lo concerniente al deporte en Cuba y fuera de la isla también.
Si lo conociera, como lo conozco yo, supiera que no celebra con discreción y que a su alegría suma el pesar profundo de que no lo hagan por nuestro país y bajo nuestra bandera. Ariel ante todo es cubano y es quien primero se duele de que no regresen algunos por la razón que sea. Tal vez si el periodista le pregunta, el gustoso le responde.
Sobre el suceso estoy de acuerdo que debe ocupar los titulares porque un evento como que protagonizan nuestros compatriotas lo merecen. Sucede que mientras eso es noticia en este artículo ponderan los cuestionamiento manidos y comunes a Sainz.
Quizá quien escribe en algún momento no corrió los riesgos que hoy reclama a sus colegas. Sólo supongo eso aunque estoy casi seguro de que no fue así. En tal caso sería tener doble moral y alguien tan estrictamente posicionado debía saberlo.
Seguramente Ariel Sainz tendrá mucho trabajo en su nuevo puesto en el INDER pero será bueno esperar que no lo haga para cuestionario. Entonces tal vez tendría sentido la crítica, a fin de cuentas hasta en Pinar del Río, de donde es Ariel, de donde salió curtido en sol de mediodía enseñando voley a los niños u no de detrás del buró como se pretende hacer ver aquí, los bueyes van delante de la carreta.
Una de las cosas más grandes que me robó la Revolución fue el voleibol.
El periodista debe actualizarse. Robertlandy Simón está jugando con el equipo Cuba
Si efectivamente está jugando Simón con la selección nacional, jugó en los dos últimas presentaciones de Cuba…. están desinformando
Buen artículo. Gracias Aliet por informarnos.
Jose: “Una de las cosas más grandes que me robó la Revolución fue el voleibol.” ????
De que hablas, usted comenzó a ver el voli el otro día?
Juantoarena es mi Daddy!
Nos cansamos de decir que en el béisbol es el bloqueo quien no permite formar un equipo unificado y aun así se informa y se siguen los resultados de los cubanos allí juegan, se hayan ido de la forma que sea, aun no es suficiente pero ya se dan los primeros pasos…
ahora bien… y el voly qué!!!
qué bloqueo nos impide invitarlos a participar en las concentraciones con la selección?
qué bloqueo impide que se transmitan los partidos importantes en las selecciones donde juegan?
qué bloqueo es el que no deja que se pongan las imágenes victoriosas de nuestros deportistas allí donde estén?
cómo es posible que ese bloqueo celebre en nuestros medios de prensa con bombos y platillos cuando llega cualquier deportista de talla internacional, desde Sergio Ramos a Nadia Komanesci y no sea capaz de poner las declaraciones de nuestros voleibolistas cuando ganaron y dedicaron sus triunfos a su pueblo y familia? o cuando vienen a Cuba a titulo personal algo que hace Simon al menos todos los años
me parece que quien toma esas decisiones o quien no toma esos riesgos están viviendo en la época equivocada, personas como ellos son los que han llevado nuestros resultados internacionales al bajo nivel en que se encuentran
Pues si Ariel Sainz fue un santo baron de la defensa de los jugadores cubanos, sería bueno a alguno de los bien informados foristas levantara el dedo a señalara a los auténticos culpables, solo para completar la idea.