La percepción de que el deporte cubano se encuentra sumido en una crisis profunda no es descabellada. Definitivamente, los tiempos han cambiado y hemos quedado rezagados en diversas materias, pero todavía los atletas de la Isla conservan algo de la mística que colocó al movimiento antillano en la cúspide mundial.
El 2019 fue una clara demostración de ello, con victorias y actuaciones rimbombantes en distintos escenarios, desde torneos locales y continentales, hasta eventos mundiales y profesionales frente a los contrarios más espinosos del orbe.
OnCuba repasa a continuación varios de esos momentos estelares, y deja abierta la entrada para que cada aficionado, desde cualquier rincón del planeta, sume sus instantes preferidos del deporte cubano en el 2019.
El regreso de Simón
A finales del 2018, tomó fuerza el rumor de que Robertlandy Simón podía jugar con Bulgaria en la arena internacional, hecho que, de concretarse, terminaría por alejar definitivamente de la Isla a la última gran generación del voleibol cubano.
Pero, por fortuna, el 2019 nos trajo un cambio en el escenario, cambio que muchos cubanos llevaban años esperando. Simón, junto a Raydel Hierrezuelo y Maykel Sánchez comenzaron el proceso para reinsertarse en el sistema competitivo de Cuba, algo que finalmente se concretó en el mes de julio.
La Federación Cubana de Voleibol, luego de los pertinentes análisis, los reinscribió en su registro de jugadores y abrió la puerta para el regreso a la selección nacional de tres hombres con la capacidad de elevar el nivel cualitativo del plantel a un año de los Juegos Olímpicos de Tokio.
A la postre, solo Simón ha vestido la casaca de las cuatro letras, pues Hierrezuelo rechazó algunos términos del acuerdo con la Federación y se bajó del tren, mientras “El Ruso” sufrió una desafortunada lesión en Corea del Sur que lo tiene en el dique seco.
Desde su regreso, Simón ha pasado automáticamente a liderar la escuadra nacional. Su impacto demoledor por el centro de la cancha ofrece mucha más profundidad al juego de Cuba, sin obviar que su sola presencia representa un aliciente para los chicos del conjunto, muchos de los cuales crecieron admirando el poderío de un voleibolista de época.
Simón aporta frescura, contundencia y seguridad al plantel antillano, que en enero se jugará la clasificación a Tokio 2020. Además, el laureado central tiene como objetivo encaminar a la selección rumbo al máximo nivel de la Liga de las Naciones, lo cual le daría a Cuba una oportunidad de desarrollar y asentar a su camada emergente de jugadores desde el mismo inicio del próximo ciclo olímpico.
Show cubano en MLB
El anillo de Roennis Elías, la irrupción de Yordan Álvarez, los jonrones de Jorge Soler, la consistencia de José Abreu, el despertar de Yoan Moncada, el poder de Aroldis Chapman, el show de Yulieski Gurriel…
Muchos fueron los hechos que marcaron la temporada de los cubanos en las Grandes Ligas, donde este año jugaron 30 peloteros de la Isla, cifra que iguala el récord histórico de nuestro país, establecido en 1967 y reeditado en 2016.
Ciertamente, uno de los puntos más relevantes fue la temporada de Yordan Álvarez, quien llegó a las Mayores con los Astros de Houston en junio y logró 23 jonrones y 78 remolques, para totalizar 50 vuelacercas y 149 empujadas si sumamos su rendimiento en los dos primeros meses de la campaña en las Menores.
Álvarez se convirtió en tendencia de la noche a la mañana. Pegó siete jonrones en sus primeros 12 duelos (récord de la franquicia) y estableció una marca absoluta en MLB con 51 impulsadas en sus primeros 45 juegos. Al final, fue el mejor novato en extrabases (53), OBP (.412) y slugging (.655).
Con semejantes números, se llevó de manera unánime el premio de Novato del Año en la Liga Americana, tercer galardón de este tipo que consiguen los peloteros cubanos desde el 2013 hasta la fecha, y quinto en la historia.
Bien cerca de Yordan brilló también Yulieski Gurriel, quien a sus 35 años fue candidato al Guante de Oro en una posición que prácticamente no había jugado en su carrera, y sobrepasó las barreras de 30 jonrones y 100 impulsadas.
Si Gurriel hubiera emigrado con poco más de 20 años, probablemente estos números no serían nada extraordinarios para el portentoso espirituano, pero el hecho de que los consiga en la recta final de su carrera habla mucho del talento y de la enorme capacidad de adaptación de un hombre que “chocó” con el profesionalismo, como quien dice, el otro día.
Su caso solo despierta admiración entre la mayoría de los amantes del béisbol, quienes nos quitamos el sombrero ante sus indudables virtudes en el diamante. ¿Detractores? Es cierto, todavía hay grupos que atacan sin piedad a Yulieski, pero al menos esta temporada han tenido que permanecer en silencio.
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Por cierto, de manera muy callada, alejado de los focos de los grandes equipos, Jorge Soler montó su propio show de jonrones y el negocio le salió a pedir de boca, pues terminó como líder de la Liga Americana.
Antes de esta temporada, Soler tenía 38 vuelacercas en 1 132 comparecencias al plato durante cinco campañas en las Mayores, pero ahora finalmente explotó con 48 bombazos –en 589 turnos– que lo consolidan como el primer rey cubano del jonrón desde que José Canseco se titulara en 1991.
El habanero, además, quebró la marca (47) para un jugador de la Isla que impuso Rafael Palmeiro por partida doble.
Estas historias nos dicen claramente que los cubanos no son meros espectadores en la Gran Carpa, donde crecen en número pero también destacan por su rendimiento. Sustentan la teoría el liderato en impulsadas de José Abreu, la pegada de los relevistas Aroldis Chapman, Yoan López y Raciel Iglesias, la consolidación de Yoan Moncada o la consistencia de Yasmani Grandal.
La guinda del pastel llegó en octubre, cuando Roennis Elías levantó el trofeo de la Serie Mundial. El zurdo guantanamero llegó a los Nacionales de Washington a mitad de año tras ser canjeado desde los Marineros de Seattle, pero casi no tuvo tiempo de ser protagonista con los capitalinos por diversas lesionas que lo alejaron de los diamantes.
Elías ni siquiera tiró una pelota en la Serie Mundial, pero disfrutó la corona por todos los amantes del béisbol en la Isla. Aunque nos parezca que son muchos éxitos para digerir, lo mejor de Cuba en MLB está por llegar, pues muchos jóvenes prospectos vienen empujando fuerte, con deseos y posibilidades de ser reyes en la próxima década.
Reyes a nivel mundial
Las miradas del deporte cubano en el 2019 se centraron, mayormente, en los Juegos Panamericanos de Lima. Sin embargo, varias estrellas del movimiento atlético nacional demostraron que tienen el nivel necesario para reinar en eventos de máximo rigor.
Son los casos de Rafael Alba (taekwondo), Andy Cruz (boxeo), Ismael Borrero (lucha) y Yaimé Pérez (atletismo), quienes subieron a lo más alto del podio en sus respectivas citas mundiales.
Alba, Andy y Borrero ya sabían lo que era triunfar en citas del orbe, una de las asignaturas pendientes de Yaimé, quien ahora arrasó en Doha frente a las rivales más fuertes del disco femenino en la presente década.
Todos ellos –más Mijáin López– son, sin dudarlo, los principales candidatos a coronas olímpicas en Tokio, tal cual demostraron este año en competencias de altísimo rigor, contra rivales de alcurnia que buscaban consolidarse a solo meses de la cita estival.
Por cierto, si hablamos de campeones mundiales no podemos olvidar los subtítulos de Ludia Montero (20 años) en el arranque y acumulado total del Mundial de pesas de Pattaya, Tailandia, así como las coronas en categorías inferiores del canoísta José Ramón Pelier (juvenil) y de los luchadores Gabriel Rosillo (juvenil), Milaymis de la Caridad Marín y Reinieri Andreu (Sub 23).
El reinado con sabor cubano del Lube Civitanova
Liga Italiana, Champions, Mundial de Clubes… El tridente de voleibolistas cubanos que milita en el club Lube Civitanova ganó absolutamente todos los trofeos de máxima relevancia en el 2019, por lo que no podían quedarse fuera de este recuento.
Robertlandy Simón, Osmany Juantorena y Yoandy Leal literalmente arrasaron a rivales de alcurnia y demostraron, por enésima ocasión, que pertenecen a una clase de jugadores muy virtuosos que no se ve todos los días.
Sus triunfos fueron espectaculares, en particular el título liguero, que consiguieron tras remontar la final contra el Perugia, casaca que también defiende un cubano, el estelar Wilfredo León.
Civitanova perdía la definición de la corona y estaban al borde del abismo, pero igualaron la serie como locales y después remataron al Perugia en su casa, en el mismísimo Pala Barton. Ese pleito conclusivo fue de altos quilates, porque borraron una desventaja de 0-2 para levantar la corona.
Después vino la Liga de Campeones en Alemania, donde rompieron una cadena de cuatro títulos en fila del Zenit Kazán ruso, sus víctimas en la final de la lid. Para cerrar con broche de oro, ganaron el Mundial de Clubes en Betim, Brasil, liquidando a los anfitriones del Sada Cruzeiro en el duelo por el cetro.
En el orden individual, Juantorena sumó su cuarto título de Liga, su tercera Champions y su quinto Mundial de Clubes, líder absoluto en este último evento. Leal y Simón, por su parte, consiguieron sus primeras coronas en Italia, y pasaron a engrosar la exclusiva lista de jugadores que han ganado el Mundial de Clubes con más de un equipo.
El nuevo boom de Leinier Domínguez
Tras dos años alejado de los torneos de partidas clásicas, el Gran Maestro cubano Leinier Domínguez reapareció por todo lo alto en el 2019. Compitiendo bajo la bandera de Estados Unidos después de oficializar su cambio de federación, el antillano fue un azote en diversos escenarios y demostró que conserva el potencial de gran estrella.
“El Ídolo de Güines” logró el subtítulo en el Campeonato Nacional norteño, ganó la Liga Rusa con el club Jinetes de Bronce de San Petersburgo y también se coronó en el Sparkassen Chess Meeting de Dortmund.
Además, llegó hasta la ronda de los 16 mejores en la Copa del Mundo de Khanty-Mansiysk, donde perdió con el anfitrión Alexander Grischuk luego de espectaculares remontadas en rondas anteriores.
Todos estos resultados le han permitido mantenerse entre los 15 primeros del ranking mundial, alcanzando topes personales y acechando a las estrellas del Top 10, lo cual es una verdadera proeza si tenemos en cuenta su tiempo de inactividad en torneos clásicos.
Onel Hernández, el chico cubano de la Premier League
Al futbolista Onel Hernández le llegó primero el ascenso a la Premier League que la convocatoria a la selección nacional cubana. Con goles, velocidad y desborde, el avileño se erigió en pieza esencial del Norwich City, monarcas de la segunda división inglesa.
Onel conquistó el corazón de los fanáticos del fútbol en la Isla por sus cualidades y su impacto en el juego del Norwich, club en el que ha encajado a la perfección luego de sus primeras experiencias profesionales en Alemania.
Además, el extremo antillano ha resaltado el nombre de Cuba en el mapa futbolístico global. Por ejemplo, el país se ha convertido en el decimoséptimo miembro de la CONCACAF con un jugador en la Premier, y ha pasado a engrosar la lista de 110 naciones con presencia en la máxima categoría del fútbol inglés desde 1992.
¿Qué significa el ascenso de Onel Hernández a la Premier League?
Todavía algunos fanáticos de la Isla no conocen de los logros y la calidad del extremo antillano, pero su presencia en la Premier puede aumentar mucho más la fiebre futbolística en el patio.
Por una parte, es motivador ver a un cubano corriendo por los principales campos de la Premier cada fin de semana, y por otra reconforta que ese mismo jugador sea la bandera del movimiento para que finalmente las autoridades de la Isla acepten a los legionarios y los convoquen a partidos internacionales.
Las Pequeñas Ligas y un gran paso (por concretar)
A principios de marzo, la Federación Cubana de Béisbol y las Pequeñas Ligas firmaron un Memorando de Entendimiento enfocado en potenciar el desarrollo de las categorías inferiores, las cuales recibirían una importante inyección de implementos deportivos y de los servicios necesarios para construir o rehabilitar terrenos en la Isla.
Además, el acuerdo permitiría la creación de la Liga Pequeña de Cuba, sistema que ayudaría a aumentar de manera considerable el espectro de chicos practicantes del béisbol en diversas comunidades, teniendo en cuenta que la esencia de las Pequeñas Ligas es, justamente, el desarrollo local como vía para competir luego en niveles superiores.
Todas esas líneas suenan como un cuento de hadas para el béisbol cubano, necesitado como nunca antes de rescatar la práctica de base, eslabón tremendamente dañado por la desatención de años.
Ese, sin dudas, fue uno de los hechos más notables para el deporte cubano en el 2019, pero, desafortunadamente, entre las peores noticias del año deberíamos incluir en silencio de las autoridades antillanas respecto a la implementación del pacto y al surgimiento de la Pequeña Liga de la Isla. Seguimos esperando…
Despaigne y compañía: samuráis en Japón
Alfredo Despaigne, Yurisbel Gracial, Liván Moinelo y Ariel Miranda se proclamaron campeones de la Liga Profesional de Japón con los Halcones de Softbank, novena que acumula seis títulos en los últimos diez años.
El conjunto ha creado una verdadera dinastía, con tres coronas consecutivas, algo que ningún equipo había conseguido en los últimos 30 años. De hecho, en ese lapso solo los Leones de Seibu (1990-1992) ganaron tres cetros en fila.
Todas las palmas para Gracial, quien se desbordó en el tramo final de la contienda y culminó como MVP de la Serie de Japón, mérito que antes solo había logrado un cubano: Orestes Destrade en 1990.
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Moinelo también dejó números impresionantes en su rol de relevista, mientras Despaigne mantuvo su condición de ídolo en tierras asiáticas, donde sigue pegando jonrones sin piedad.
Esta campaña totalizó 36 vuelacercas –líder de los Halcones– y sobrepasó la barrera de los 400 jonrones, sumando sus totales en Cuba, México y Japón.
Con 32 años, la meta está ahora en los 500, cifra lejana y prácticamente inaccesible para la mayoría de los peloteros del planeta, pero posible para Despaigne gracias a su talento, calidad, poder y gran ética de trabajo.
Omara de oro
Y entre tantos momentos espectaculares del deporte cubano, quién se atreve a dejar fuera a Omara Durand, la velocista antillana, nuestra particular hija del viento, que reina a sus anchas en lides para discapacitados.
La santiaguera tuvo un 2019 brutal, a la altura de sus resultados y récords de años anteriores. En los Parapanamericanos de Lima no encontró resistencia y después, en el Mundial de Dubai, se paseó a sus anchas junto al guía Yuniol Kindelán, quien también merece todo el crédito por tantos éxitos.
La dupla dominó sin contratiempos el hectómetro, los 200 metros y la vuelta al óvalo, siempre con rendimiento superlativo y ventajas notables sobre sus más cercanas perseguidoras, quienes no pueden hacer otra cosa que mirar la matrícula de Omara mientras se aleja en la pista.
Después de ganar tanto, Omara no bajará el ritmo y se espera que el 2020 sea otro año fabuloso, con la mirada puesta en el reto olímpico de Tokio.
El deporte cubano hace frente al tornado
Los Leñadores de Las Tunas en pleno. Javier Méndez. Juan Padilla. Ana Fidelia Quirot. Dalia Henry. Javier Sotomayor. Dayron Robles. Héctor Olivera. Yunel Escobar. Erick Hernández…
Esos son algunos de los nombres de deportistas cubanos que, conmocionados por el fuerte tornado que golpeó La Habana a finales de enero, mostraron su apoyo de las más disimiles maneras a los afectados en los municipios de 10 de Octubre, Guanabacoa y Regla.
“Aquella es mi tierra y por mis venas corre la sangre de los míos. Cuando supe la noticia de esa tragedia, entendí que debía hacer algo, así que buscamos la forma de ayudar de la mejor manera posible, sentenció Yunel Escobar, uno de los bateadores de la Isla más consistentes en las Mayores durante los últimos 15 años.
Por otra parte, las estrellas habaneras Juan Padilla y Javier Méndez se unieron al Centro Promotor del Humor para llevar su aporte hasta las comunidades afectadas. Las dos míticas figuras de los Industriales en el siglo pasado pasaron por algunos de los lugares que más sufrieron.
El campeón olímpico de 110 con vallas, Dayron Robles, también se volcó a las zonas del desastre y convocó a sus amigos en la red social Facebook para aportar a los damnificados.
“Estaremos apoyando a muchas de las personas que sufrieron el embate de la madre naturaleza. Saldremos del Parque Curita en el municipio de Centro Habana, llevaremos lo que sea; comida enlatada, toallas húmedas, refrescos, ropa de cualquier tipo, etc. Usted también cuenta, entre todos ayudaremos muchísimo a los que lo perdieron todo…”, escribió Robles.
Y el apoyo no fue solo material. Muchos de los deportistas cubanos llegaron para ofrecer su mano y recoger escombros, limpiar casas, regalar autógrafos y tomarse fotos con los vecinos. Erick Hernández, por ejemplo, dio varias demostraciones de su magia en el dominio del balón y arropó a decenas de muchachos, que por un momento tuvieron una sonrisa en el rostro.
También Ana Fidelia Quirot y Javier Sotomayor, dos figuras muy queridas por la afición, se detuvieron a conversar y a tomarse fotos con decenas de admiradores, antes de ponerse a disposición para realizar tareas de recuperación.
La gesta desapercibida de Roberto Skyers
Roberto Skyers no ganó ninguna de las grandes competencias del atletismo en el año, tampoco fue figura en los Panamericanos de Lima, pero dejó un registro histórico para las pistas cubanas durante el Memorial Rafael Fortún, con sede en la capital agramontina.
Frente a su público, el velocista de Minas corrió el hectómetro en 9.98 segundos, igualando así el récord nacional del subcampeón olímpico de Moscú 1980, Silvio Leonard, quien consiguió su marca en Guadalajara, México, el 11 de agosto de 1977, hace ya 42 años.
En todo ese tiempo, ningún otro corredor cubano había logrado bajar de los diez segundos, muestra clara de que estamos frente a un hecho extraordinario. Skyers, además, se confirma como uno de los principales velocistas en la historia del atletismo en la Isla, pues es también plusmarquista nacional en los 200 metros, con tiempo de 20.02 segundos.
Manrique Larduet sale del ostracismo a Tokio
Manrique Larduet terminó en los puestos 97 y 187 en las barras paralelas y los ejercicios de manos libres, respectivamente, durante el Mundial de Doha, a finales del pasado 2018. Definitivamente, algo andaba mal con el mejor gimnasta cubano de la actualidad.
Unas dolencias en sus muñecas le impedían entrenar y emplearse a fondo, por lo que fue sometido a tratamiento de células madre para intentar evitar el quirófano. Pero ese tratamiento no dio resultados y finalmente el santiaguero pasó por el salón de operaciones en mayo, a solo dos meses de los Juegos Panamericanos de Lima.
A la postre, Manrique no participó en la lid continental y se enfocó solo en el Mundial de Stuttgart, ventana de clasificación olímpica. Sin embargo, el camino hasta la cita alemana no fue sencilla, tanto por los avatares normales de la rehabilitación como por los forzosos cambios de entrenadores que se dieron en la gimnasia artística después de Lima 2019.
Sin la égida de Carlos Rafael Gil, su preparador desde categorías inferiores, podía pronosticarse que Larduet no tendría un buen Mundial, pero el chico impuso su calidad y, tras un año sin competir, logró el boleto olímpico directo junto a Marcia Videaux, que también vio cómo su entrenadora Yareimi Vázquez era separada del colectivo técnico femenino poco antes de la lid del orbe.
Ellos no ganaron medallas rimbombantes, incluso, podemos asegurar que la gimnasia quedó por debajo de las expectativas en Lima, pero la clasificación olímpica de Manrique y Marcia dio un aire a la disciplina, que ahora se mantiene viva y con esperanzas de repetir o superar los históricos dividendos conquistados por Manrique en Río de Janeiro 2016.
Las satisfacciones de Lima
Los Juegos Panamericanos de Lima dejaron la menor cantidad de títulos (33) para Cuba desde Cali 1971 (30) y, además, el pabellón de la Isla se quedó por primera vez en 56 años fuera de los cuatro lugares de vanguardia.
Estos simples números pueden ilustrar la inconformidad de muchos fanáticos con la actuación global de Cuba en Lima, pero no hay manera de negar que algunos atletas dieron una imponente demostración en la capital peruana y merecen estar en cualquier repaso de los momentos más relevantes del año del deporte cubano.
Ese último tiro de Yaimé Pérez en el disco, las pedaladas de Arlenis Sierra, las espectaculares competencias de Luis Enrique Zayas y Yarisley Silva en el salto de altura y la pértiga, el ritmo demoledor de las jovencitas Mayvihanet Borges y Katherin Nuevo en su canoa, la impresionante escalada de Adriana Rodríguez en el heptalón, la sangre fría de los tiradores Jorge Grau, Laina Pérez y Jorge Félix Álvarez, la consistencia de boxeadores y judocas…
Esas son algunas de las páginas doradas que quedarán en la memoria cubana de unos Juegos que, además vieron coronarse por quinta vez consecutiva a Mijaín López, quien no ha perdido en 16 años en el escenario continental.
El rastro de Lima: ¿ha decepcionado Cuba en los Panamericanos?
Pero si hablamos de rachas, el triple salto masculino se lleva los honores, pues suman siete Juegos Panamericanos consecutivos con dos medallistas. La línea inició en Mar del Plata 1995 con Yoel García (bronce) y Yoelbi Quesada (oro), y continuó ahora con Jordan Díaz (plata) y Andy Díaz (bronce).
También reconforta el regreso de la esgrima a lo más alto del podio, luego de 12 largos años en blanco (Guadalajara 2011 y Toronto 2015). Los espadachines retomaron la senda dorada de una disciplina que, entre Cali 1971 y Rio 2007, sumó 54 cetros.
En sentido general, Cuba cuenta con una generación de jóvenes talentosos que puede crecer mucho más en los dos ciclos siguientes, pero queda mucho trabajo por hacer, quedan muchas dificultades por superar, y para lograrlo se impone un cambio de mentalidad en la cúpula del deporte. Solo desde allí se puede gestar la revolución que necesita el movimiento atlético para retomar viejas glorias.
buen artículo, muchas gracias!