Ayer, lunes 10 de diciembre, se revelaron los premios a los mejores deportistas cubanos del año 2012, algo así como la campanada que anuncia el inminente fin de la temporada atlética en el gran archipiélago caribeño y la cercanía de las celebraciones por navidad y año nuevo. Cuba toda congratuló a los héroes que hicieron realidad el ideario deportivo nacional y enaltecieron los valores de superación y excelencia del mundo del músculo, en esta modernidad oscura y desfigurada.
Los laureles quedaron en poder del gladiador Mijaín López y la judoca Idalys Ortiz, por mucho los atletas más importantes del movimiento deportivo cubano en este curso, en uno y otro sexo. Estos son los que son, aunque, ciertamente, el “pistolero” Leurys Pupo también gozó de decenas de preferencias en las votaciones, gracias a su cetro estival en pistola rápida a 25 metros.
Mijaín, campeón olímpico en Londres-2012, en la división de los 120 kilogramos de la lucha grecorromana, obtuvo el 56 por ciento de los votos, o lo que es igual, 73 papeletas de 131 posibles, y de paso se adjudicó el sexto nombramiento en su carrera deportivo como Mejor Atleta del Año, el cuarto desde 2008.
Esta mole pinareña, doble monarca estival, sin duda nació para ganar. Desde hace rato inscribió su nombre con letras doradas en la historia del deporte cubano, junto a leyendas como Javier Sotomayor, Omar Linares, Mireya Luis, o Teófilo Stevenson (donde quiera que este ahora mismo, lo aplaude).
Si la faena de Mijaín es impresionante que podremos decir de Idalys Ortiz, dueña del oro olímpico en la capital de la Gran Bretaña, con el plus de haber doblegado espectacularmente a la fuera de serie china Tong Wen, reina de cuanto torneo participó desde 2003.
La judoca de más de 78 kilogramos recibió el nombramiento con mayoría abrumadora, sin la sombra de una rival. Simplemente “aplastó” a sus oponentes en las votaciones, pese a competir contra atletas de primer nivel mundial, como la pertiguista Yarisley Silva (subcampeona olímpica).
De los premios secundarios, el más importante recayó en el joven boxeador de 18 años Robeisy Ramírez, quien catapultó a Cuba en el medallero general de los Juegos de Londres con su metal dorado, por demás inesperado y fuera de la mayoría de los pronósticos.
Los más destacados -esta vez seleccionaron 13 en lugar de los 10 tradicionales- fueron Pupo, Silva, los boxeadores Roniel Iglesias, Robelis Despaigne, Lázaro Álvarez y Yasnier Toledo, los judocas Yanet Bermoy y Asley González, el decatlonista Leonel Suárez, el luchador libre Liván López, el pesista Iván Cambar, el nadador Hanser García, y la discóbola Yarelis Barrios.
En otras distinciones, los voleibolistas Wilfredo León y Yanelis Santos fueron los mejores atletas en deportes coletivos, mientras se destacó la labor del boxeo como mejor deporte individual y el voleibol masculino como el mejor equipo.
El Béisbol, ahora mismo novela de amor y odio para todos los cubanos, resultó el deporte colectivo más sobresaliente, en gran medida por la resurrección de los topes “amistosos” Cuba-Estados Unidos, producto de un arduo trabajo por parte de la Federación Cubana.
Finalmente, los dominadores de balón Erick Hernández y Johen Lefont fueron elegidos los mejores en actividades especiales, en tanto la multicampeona paralímpica Yunidis Castillo obtuvo el premio de Mejor Atleta Discapacitada de Año.
La fecha de la gala de entrega de los premios es hoy una incógnita, sin embargo los más optimistas soñamos con su pronta realización, aunque por ello no deja de ser una fantasía.