Melissa Vargas, como una Morena del Caribe

La estelar atacadora cubana, que en los Juegos Olímpicos de París 2024 defiende los colores de Turquía, firmó su segundo partido consecutivo con más de 30 puntos.

Foto: www.haberglobal.com.tr

A fuerza de repetirse, las impresionantes actuaciones de Melissa Vargas en el voleibol los Juegos Olímpicos de París 2024 dejarán de ser noticia. La cubana nacionalizada turca firmó este jueves otro despliegue de ensueño contra República Dominicana, guiando a la escuadra otomana a un triunfo en cuatro mangas que la mantiene imbatible en la cima de la llave C.

Otra vez las turcas fueron presas de un tibio arranque. Algo imprecisas, vieron como las quisqueyanas sacaban buen provecho a sus errores no forzados para apuntarse el éxito en el parcial inicial con pizarra de 25-21.

 

Esta vez la reacción de las turcas llegó más temprano con pizarras de 25-18, 25-22 y 25-15 para evitar el borde del precipicio. Comenzaron a funcionar como un equipo candidato a la corona, y las diferencias comenzaron a notarse, pero mucho más la incontestable potencia de Vargas, que con cada partido coloca un bloque más al pedestal que le sostiene como la mejor del planeta.

Los 31 puntos fijados en su casillero, otra prueba más por si alguien se atreve a cuestionarlo; dos bloqueos y tres aces como para secar alguna duda -si la hubiese- de su polivalencia dentro de la cancha. Si hace unos días se convirtió en la primera cubana con más de 30 unidades en un partido bajo los cinco aros, será difícil que otra logre eslabonar dos seguidos con ese desempeño.

De momento la opuesta turca le saca 11 puntos a sus más cercanas perseguidoras en el listado de máxima anotadoras, la serbia Tijana Boskovic y la estadounidense Andrea Drews.

Melissa Vargas, 30 puntos para rescatar a Turquía del abismo

Que aparezca con 114 intentos de ataque, cuando ninguna de sus compañeras haya llegado aún a 50, habla de cuánto representa para las aspiraciones de su equipo, y el desgaste puede pasarle factura. Sin embargo, no se trata de una situación inédita para la cubana.

“Verla jugar me recuerda mucho a lo que yo hacía” comentó a OnCuba la gran Mireya Luis desde París, donde se encuentra cumpliendo funciones como miembro de la Federación Internacional de Voleibol (FIVB).

Y es altamente probable que por estos días la legendaria rematadora, ícono de aquellos equipos que hilvanaron tres títulos olímpicos consecutivos en las ediciones de Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Sídney 2000, recuerde sus propias actuaciones cuando juega Melissa. 

Para Mireya, pese al hecho de que la espigada cienfueguera no defienda ahora los colores de la isla, “su origen es la escuela cubana de voleibol y su estirpe es la de una Morena del Caribe”, en alusión al sobrenombre que se ganaron las integrantes de aquellas exitosas generaciones moldeadas y conducidas por Eugenio George.

Hasta ahora ninguna jugadora ha brillado tanto como Melissa a los pies de la Torre Eiffel, lo cual no significa que en lo que quede de torneo alguna lo haga. Talento concentrado en la capital francesa hay de sobra y el legado de la cubana será mayor o menor en la medida de que su equipo logre llegar a los duelos decisivos.

En el horizonte asoma para Turquía el que parece su duelo más exigente en la fase de grupo, con Italia del otro lado de la net, y tal vez con el liderazgo en juego. El voleibol femenino de París 2024 apenas transita por su tramo inicial y queda mucho por disfrutar. Ojalá que de Melissa también.

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