Mundial de Fútbol: El efecto Costa Rica

Ni Messi ni Cristiano fueron el tema de conversación de los cubanos este fin de semana. Más allá del decepcionante desempeño de Argentina y Portugal, “las portadas” del boca a boca (o radiobemba) repiten hasta el cansancio algo tan incierto como imposible: “Si Costa Rica puede jugar así en un mundial, Cuba al menos pudiera clasificarse”. ¿El argumento? Hace diez años ticos y cubanos empataron par de encuentros en busca de la clasificación mundialista.

De aquella selección solo quedan Christian Bolaños y Michael Umaña; además, tras aquel resultado, el Director Técnico Steve Sampson fue separado de la absoluta. Aquella sele que tanto sufrió para derrotar a los dirigidos por Miguel Company, cambió varias veces de rostro antes de llegar a la cita de Alemania.

No obstante, ¿cómo es posible que una selección de CONCACAF, una de las zonas más débiles del universo futbolístico, haya golpeado en pleno rostro a par de campeones del mundo? No es tan difícil de explicar. De los 15 jugadores que pisaron la arena en la victoria 1-3 sobre los uruguayos, dos militan en clubes de la MLS, dos lo hacen en el Deportivo Saprissa de Costa Rica y los otros once controlan el esférico en Europa. Cuando Cuba fue goleada 3-0 en la Copa de Oro del 2013 por los ticos, muchos de los mundialistas no estaban sobre la cancha, ni siquiera sus principales estrellas estaban allí. Por supuesto, todos los integrantes de la selección cubana jugaban en el Campeonato Nacional de Fútbol.

Frente a Italia, la única diferencia fue la entrada como sustituto de Brenes por Barrantes; ¿son los jugadores los artífices de este juego maravilloso? En parte sí, pero gran parte del mérito lo tiene también su director técnico. Pinto ya había dirigido a la selección, sin mucho éxito. Regresó en 2011, tras el fracaso de Ricardo La Volpe al frente de los ticos y la sele mejoró bastante, al punto de que hoy son los únicos clasificados en el grupo D, considerados por muchos como el apartado de la muerte.

Lo de Costa Rica no es un caso aislado. México llegó a Brasil entre dudas y sufrimiento, pero su actuación ha sido muy buena, más que aceptable, empatando un juego con los locales y favoritos para alzar el título. Estados Unidos también ha conseguido buenos resultados en otro grupo bien difícil. Incluso Honduras, dentro de lo que cabe no ha sido de lo peor. ¿Ha mejorado la CONCACAF?

No existe un torneo que permita medir las fuerzas de las diferentes regiones. Por lo general, UEFA y CONMEBOL son consideradas las de mejor fútbol, y es lógico, poseen las mejores ligas del mundo y todos los campeones de mundiales pertenecen a estas. Sin embargo, no existe un medidor real para conocer qué zonas son más potentes, y por eso a veces estas sorpresas mundialistas asombran más de lo debido. Lo mismo ha ocurrido con equipos africanos.

Pero seamos realistas, si el fútbol de Centro y Norte América ha mejorado, por transitividad, el balompié de este archipiélago no tiene por qué haberlo hecho. Los nuestros se mantienen bien lejos de la realidad, aunque el confiable ranking de la FIFA diga lo contrario y nos coloque por encima de selecciones mundialistas. Nuestro fútbol precisa de una inyección monstruosa de dinero y exportación masiva de jugadores, para empezar. No hablemos de una campeona del mundo, vencer a selecciones como Rusia o Camerún son metas bien lejanas para los nuestros, tanto que un objetivo más cercano sería jugar un amistoso frente a ellos.

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