La selección cubana de softbol masculino terminó en el décimo lugar del XVI Campeonato Mundial de la disciplina que se desarrolla en República Checa.
Después de 31 años de ausencia a estas justas, con el único antecedente del cuarto lugar en el torneo celebrado en Canadá en 1988, este equipo era una gran incógnita.
Sin embargo, la imagen fue positiva más allá de que se les escapó a última hora la oportunidad de incluirse entre los ocho mejores del orbe. El softbol cubano va por buen camino.
El difícil recorrido en la eliminatoria
Cuba llegaba como el último lugar del ranking mundial de los equipos participantes, por lo que le tocó una llave bastante complicada.
Su debut fue ante el débil Filipinas, al que le propinaron nocaut de 11-2 en solo cinco entradas con efectiva ofensiva y buen trabajo de Alberto Hernández.
En la segunda salida dejaron una muy buena imagen ante Nueva Zelanda, número uno del orbe y siete veces campeón mundial. Perdieron con cerrada pizarra de 0-2 e incluso batearon más indiscutibles que sus rivales.
Un cuadrangular de Joel James Evans con Thomas David Enoka en base y otros dos imparables fue el gasto ofensivo de los neozelandeses ante tres tiradores cubanos.
Después vendrían dos victorias consecutivas ante Botswana y México, respectivamente. Al equipo africano lo dominaron 6-0 con par de jonrones del designado Roger Rosete.
Alain Román contuvo a los mexicanos y solventaron el desafío con cómodo marcador de 7-2. Con otra victoria en los tres duelos que quedaban, aseguraban su pasaje a cuartos de finales.
Ante Argentina cayeron 2-3 y ahí pagaron la novatada. Con tres carreras debajo en el marcador, bases llenas y un solo out, Yesander Rodríguez se mandó para la goma con una pelota bien cerca del receptor.
Esta jugada fue el punto de viraje para el equipo que tuvo opciones reales de vencer a los gauchos más allá de que Alain Román no estuvo bien como abridor.
El juego contra Japón parecía una derrota cantada por el nivel del equipo asiático, pero otra vez Cuba dio la cara. Hikaru Matsuda lo hizo todo con excelente pitcheo de solo dos hits y cuadrangular decisivo de dos carreras en la sexta entrada. Derrota cerrada 0-2 ante el único invicto el grupo.
El juego decisivo sería ante los locales checos. Los antillanos remontaron un marcador adverso 1-3 en el séptimo con indiscutible oportuno de Reinier Vera con las bases llenas, pero el pésimo corrido de las almohadillas impidió la realización de más carreras.. El enmascarado pinareño impulsó tres de las cuatro carreras de Cuba para demostrar su linaje a la hora buena.
Sin embargo, los anfitriones lo dejaron todo para el final con cuadrangular de dos carreras que dejó al campo a los cubanos. La derrota ante Dinamarca discutiendo el noveno lugar era previsible después del mazazo recibido en el anterior encuentro.
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¿Pudo ser mejor ese décimo lugar? Creo que sí, y lo demuestran los cerrados marcadores en las derrotas ante equipos bien curtidos a este nivel.
El manejo del pitcheo no fue el ideal. Afloran varias interrogantes. ¿Por qué sacar en el último juego de la fase clasificatoria a Gusbel Plutín después que había puesto una entrada complicada en punto de mate? El zurdo santiaguero nunca recibió confianza de la dirección, y solo abrió contra el difícil Japón.
Si Alberto Hernández fue clave como lanzador en el título en Barranquilla ¿a qué se debió que solo iniciara el primer día? ¿Y la excesiva confianza en Alain López, único de los cuatro lanzadores que no estuvo en el título centrocaribeño?
Las claves estuvieron en el mal manejo de los lanzadores, y la marcada ansiedad por querer hacer las cosas.
A Cuba le toco bailar con la más fea debido a su pobre ranking. Los tres primeros lugares de su grupo: Japón, Argentina y Nueva Zelanda se colaron en las semifinales.
El Cuba por dentro
La ofensiva del equipo estuvo muy bien con promedio colectivo de .301 (las estadísticas no contemplan el duelo ante Dinamarca), aunque el gasto se concentró en los cinco primeros bateadores. La tanda estaba partida por la mitad.
Entre Juan Carlos Rodríguez, Yuri Rodríguez, Yesander Rodríguez, Reinier Vera y Roger Rosete sumaron 42 indiscutibles de los 55 que conectó el equipo en la etapa clasificatoria.
Yesander fue otra vez el mejor bateador del conjunto. El santiaguero terminó sexto en promedio con .409 y segundo en remolcadas con nueve, mientras Juan Carlos compiló .391 y lideró al equipo en tubeyes con tres.
Yuri bateó .381 y terminó como segundo en anotadas con ocho. Rosete fue segundo en jonrones con tres y en slugging con .800. Vera fue el más oportuno del equipo, ya que con .391 de average y un solo extrabase (cuadrangular) remolcó siete carreras.
La alta tasa de ponches (61 en siete juegos), y la poca productividad de la parte baja del line up son los únicos aspectos que pueden señalársele al bateo cubano, que no está acostumbrado a lanzadores de tanto calibre.
El pitcheo estuvo muy bien con una efectividad de 2,23. El bateo de los contrarios fue de .265, con 48 ponches y 17 boletos.
Alain Román fue el quinto en efectividad del torneo con 1,65 aunque no estuvo fino en partidos claves, y fue el segundo más bateado entre los cubanos con promedio de .277.
Plutín perdió un juego y salvó otro. Solo le conectaron para .171 y lanzó para 1,70. Mereció más oportunidades en momentos de responsabilidad. Alberto Hernández y Alain López fueron los que menos trabajaron, aunque el segundo sufrió dos derrotas y le batearon para elevado 357.
La defensa cometió cinco errores (promediaron 976), cuatro de ellos alrededor de la segunda almohadilla, aunque Yesander y el torpedero Luis Raúl Domínguez fueron los líderes en asistencias con 20 para cada uno. El inicialista Yasmani Ríos participó en siete doble play, con promedio de uno por juego, algo bien difícil en este deporte.
La prolongada ausencia de 31 años a certámenes de este tipo terminó por pasarle factura a un conjunto que tenía armas suficientes para colarse entre los ocho mejores equipos del mundo. Lo más positivo es que el certamen checo evidenció la certeza de que Cuba no está tan alejado del primer nivel mundial.
Clara advertencia de que con mas roce internacional otro seria el resultado, ya veremos q ocurre en los Pnam Lima